Cómo producir verdura y pescado en mitad del desierto para más de 170.000 saharauis

El proyecto Saharaponics busca encontrar soluciones para remediar las carencias nutritivas estructurales de los refugiados saharauis ante la imposibilidad no tener cultivos y la aridez del desierto en el que viven

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Una misión de la AECID
Una misión de la AECID visita los campamentos saharauis de Tinduf. (Foto de archivo/Europa Press)

En Tinduf, en mitad del desierto argelino, viven en un campamento más de 170.000 personas. Son los refugiados que forman parte de la diáspora que queda de la antigua colonia española del Sáhara Occidental y que fueron desplazados tras la irrupción de Marruecos en el territorio. La situación es insostenible, lo lleva siendo décadas y no parece que vaya a resolverse. Uno de los principales problema del asentamiento es el hambre. La tierra que les rodea es seca y árida, por lo que cultivar no es una tarea sencilla, ni muy fructífera por el inconveniente añadido de la escasez de agua.

Esta sucesión de inconvenientes provoca que los refugiados saharauis sufran de forma estructural carencias nutritivas derivadas de su dieta basada mayoritariamente en carbohidratos como el arroz, los cereales y el azúcar, que son suministrados por el Programa Mundial de Alimentos. Esta dieta poco variada provoca enfermedades como la anemia en las mujeres fértiles y la diabetes de la población general.

Ante la problemática de esta dieta incompleta y poco variada, surge el proyecto Saharaponics, que tiene el objetivo de desarrollar sistemas para la producción local de pescado, que les brinde proteínas de alta calidad y verduras, que les aporten a su vez vitaminas y minerales. Para conseguir estos productos, el proyecto, financiado por Proyectos de Cooperación de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la ONG Voluntary Nómada, ha desarrollado un complejo mecanismo mediante el desarrollo de sistemas acuapónicos de bajo coste y reducido consumo de agua.

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Javier Marugán, profesor de la URJC y responsable del proyecto junto a la profesora Cristina Pablos, explica que “el objetivo del proyecto es la mejora de la calidad nutritiva de la dieta de las comunidades de refugiados en zonas áridas”. Loïc Le Goueff, CEO de Green In Blue, empresa colaboradora del proyecto, especialista en el diseño e instalación de sistemas acuapónicos, añade que “la instalación de este prototipo constituye un primer paso en el desarrollo de infraestructuras de producción local de alimentos de alto valor nutritivo”.

Un aliento para los jóvenes del campamento

Jalihenna M. Mustafa, director del departamento de juventud de República Árabe Saharaui Democrática, incide en que este tipo de proyectos son un impulso para la población, especialmente para los jóvenes, que participan en “proyectos innovadores a la vez que contribuyen a la mejora de la alimentación del pueblo saharaui”.

Cómo funciona la técnica de acuaponía

La técnica de acuaponía combina la cría de animales acuáticos (acuicultura) con el cultivo de plantas en agua sin necesidad de suelo (hidroponía). Estos sistemas reutilizan el agua en forma eficaz, porque se basan en la relación entre los animales y las plantas. Existen varias formas de llevar a cabo este sistema, pero todas se basan en el uso del agua en el que viven los peces en estanques de cría para el riesgo del las plantas, que se cultivan en macetas.

Sistema de Acuponía. (Getty)
Sistema de Acuponía. (Getty)

En general el agua no se desecha, pero se puede agregar agua para compensar su pérdida por la absorción y transpiración de las plantas, la evaporación superficial, el desbordamiento del sistema a causa de la lluvia y la remoción de biomasa como es el desecho sólido del sistema. Por ello, la acuaponía utiliza aproximadamente solo el 2% del agua que requiere una granja convencional para irrigar la misma producción de vegetales. Este método permite que se pueda obtener plantas y pescado en áreas donde el agua o tierra fértil son escasas, como sucede en los campamentos saharauis.

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