Europa aguarda a su supercampeón. Un torneo menor para muchos, pero seguramente el título con más de pedigrí de todos los de segundo orden. A él aspiran el Manchester City, campeón de la Champions League, y el Sevilla, el rey de la Europa League. La relación del cuadro hispalense con la segunda competición europea de clubes es una historia interminable. Gana, gana y vuelve ganar, sin importar las circunstancias. El curso pasado, después de una temporada en la que coqueteó con el descenso, se plantó contra todo pronóstico en su séptima final dejando en el camino al Manchester United y Juventus y abrochó su séptima Europa League tras ganar a la Roma de Mourinho.
En el estadio Georgios Karaiskakis de Atenas tendrá que batir a un equipo que aspira a instaurar una hegemonía en la Champions toda vez que ha conquistado la primera tras muchos años intentándolo y muchos millones invertidos. El City de Guardiola estrenó su palmarés continental después de vencer al Inter de Milán con un gol de Rodri. Fue la primera Champions para Pep fuera del Barça y el título que le elevó a una dimensión privilegiada: en Estambul se convirtió en el primer entrenador capaz de ganar dos tripletes con dos equipos distintos.
El inquebrantable City tiene una pequeña grieta
El inquebrantable equipo de Guardiola, que hace poco más de dos meses tenía atemorizada a Europa, ahora es algo más vulnerable. Al menos ha perdido su condición divina de inmortal, porque un dios es menos dios sin su armadura y al City le faltan De Bruyne, Bernardo Silva, Stones y Ruben Dias por lesión y Gündogan y Mahrez, traspasados al Barça y Al-Ahli respectivamente. “Tenemos bajas importantes. Mira cuántas lesiones de ligamento cruzado ha habido en este inicio de temporada. La gente no ha tenido descanso. Te hacen jugar partidos muy duros en pretemporada, con muchos viajes. Acabas la Champions y los jugadores se van dos semanas con las selecciones y luego el año próximo el Mundial de Clubes en Estados Unidos con 37 equipos. Es demasiado. Esto es una batalla perdida hasta que los jugadores se planten y digan que no juegan”, manifestó Guardiola.
Te puede interesar: El Sevilla gana su séptima Europa League tras derrotar a la Roma en los penaltis
Diferente punto vista tiene José Luis Mendilibar, su homólogo en el banquillo hispalense. “Me hace gracia hablar de las bajas del City. En portería y defensa se han gastado más de 500 kilos. No se pueden quejar de bajas. Si nos quejamos parece que tenemos que decir amén a todo porque cobramos mucho. Son cosas que no termino de entenderlas”. El argumento de las ausencias es tan cierto como que las alternativas que tiene el City para paliarlas son estrellas de primer orden. Futbolistas como Haaland, Foden, Rodri, Grealish y los recién llegados Gvardiol y Kovavic, están a disposición de Guardiola y dispuestos a olvidar la dura derrota de hace una semana ante el Arsenal por penaltis en la Supercopa inglesa que les dejó sin la posibilidad del sextete.
‘Súpergafe’ del Sevilla
En busca de sacar beneficios de las circunstancias se encuentra el Sevilla de un Mendilibar que no sabe lo que es perder un partido europeo desde que el vasco aterrizó en la capital andaluza. Eso sí, el escenario no es el ideal para los hispalenses. Vienen de perder en el Sánchez-Pizjuán ante el Valencia en su estreno liguero y, para colmo, ese idilio que mantienen con la Europa League se desvanece cuando disputan la Supercopa de Europa, que únicamente han ganado en una de las seis oportunidades que han tenido.
Hay que retroceder hasta 2006, cuando Luis Fabiano y Kanouté perforaban las redes rivales, para encontrar el único triunfo del Sevilla en dicho torneo. De aquel triunfo de los hispalenses sobre el Barça (3-0) hay un superviviente en la actual plantilla: Jesús Navas.
Después de tocar el cielo hace 17 años, el resto de intentos sevillistas cayeron en saco roto. Perdieron al año siguiente contra el Milan para posteriormente claudicar frente al Real Madrid en dos ocasiones, entre medias una con el Barça y la última ante el Bayern de Múnich. “Los datos lo miro poco en todos los sentidos. Es un partido. No tiene nada que ver con el resto”, afirma Mendilibar, que ya realizó un milagro reviviendo al Sevilla hace pocos meses. Ahora busca uno más difícil todavía: ganar al City de Guardiola y romper la supermaldición sevillista.
Seguir leyendo: