El castigo que está infligiendo la subida del euríbor al bolsillo de más de 3,7 millones de hipotecados a tipo de interés variable no afloja. Tras tocar en enero del año pasado sus mínimos históricos y situarse en el -0,504%, el principal índice para el cálculo de las hipotecas en España ha ascendido hasta cerrar julio en el 4,149%, un 318% más comparado con el mismo mes del año pasado.
Esta cifra, la más alta en 15 años, ha supuesto que las hipotecas que se revisan en agosto se encarezcan un 38%. Así, para una hipoteca media la cuota subirá en 231 euros al mes y en 2.777 euros al año, calcula Estefanía González, portavoz de finanzas personales de Kelisto.
Esta subida hace que muchos propietarios tengan dificultades para afrontar el incremento de sus cuotas. Para facilitar su pago pueden acogerse a alternativas que van desde cambiar de hipoteca variable a fija o mixta, hasta amortizar anticipadamente su deuda, solicitar las ayudas a las hipotecas aprobadas en 2022 por el Gobierno, ampliar el plazo o negociar una carencia.
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Estas alternativas han hecho que la renegociación de hipotecas haya subido un 204,87% en el primer semestre de este año respecto al mismo periodo de 2022, haciendo que el importe total renegociado alcanzara los 2.192 millones de euros, una cifra muy superior a los 719 millones de los primeros seis meses de 2022, según datos del Banco de España, .
En este escenario, “muchos hipotecados han tratado de llegar a un acuerdo con sus bancos para suavizar la subida de sus cuotas y muchos de ellos han conseguido renegociar sus condiciones con éxito”, señala Miquel Riera, experto en hipotecadas de HelpMyCash.
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De variable a fija o a mixta
Una de las estrategias preferidas por los hipotecados para mitigar la subida de sus cuotas es el traspaso de sus hipotecas variables a fijas. Aunque estas últimas se han encarecido entre un 54% y un 62% en el último año, todavía se pueden encontrar ofertas al 2,90% a un plazo de 25 años, que es el que se adapta al período medio al que se piden los préstamos hipotecarios en España.
Otra baza a su favor es que el coste de cambiar el tipo de una hipoteca de variable a fijo -mediante subrogación o novación- se ha reducido en los bancos que se han acogido al plan de ayudas a los hipotecados. En esos casos, durante 2023 las entidades no podrán cobrar comisión por subrogación/novación y, a partir de 2024, este cargo quedará limitado al 0,05%.
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Otra medida es cambiar de hipoteca variable a mixta en aquellos casos en que el hipotecado puede amortizar deuda anticipadamente, ya que las mixtas permiten acceder a un interés fijo más ventajoso que el de las fijas.
“Hay hipotecas mixtas con un interés a partir del 2,25%”, asegura Estefanía González, aunque este solo se aplicaría durante algunos años. “Cuantos más sean, más alto será el tipo fijo que aplique el banco y transcurrida esta primera etapa, la hipoteca volvería a ser variable y, por tanto, el usuario estaría expuesto a los vaivenes del euríbor”, explica la experta.
Amortización anticipada para los ahorradores
Otra fórmula para esquivar la remontada del euríbor es amortizar anticipadamente parte de la hipoteca para reducir la cuota mensual. Eso sí, esta es una opción que solo pueden ejecutar aquellos que dispongan de ahorros. En estos casos, la cantidad que se amortice se descuenta del capital pendiente por pagar.
También hay que tener en cuenta que hay bancos que cobran comisiones por amortización anticipada, pero estas están limitadas por la ley: en las hipotecas variables la cuantía es de un 0,25% durante los tres primeros años, y nada a partir del cuarto (o un 0,15% durante cinco años y nada a partir del sexto), y en las hipotecas fijas, un 2% durante los 10 primeros años y un 1,5% a partir del undécimo.
No obstante, “los bancos que hayan decidido acogerse al plan de ayudas a los hipotecados no podrán cobrar nada por este concepto durante 2023 a quienes tengan una hipoteca variable”, recuerda González.
Solicitar ayudas, ampliar plazos o negociar carencias
Los hipotecados pueden acogerse a las ayudas del Gobierno, pero solo los que cumplan determinados requisitos de ingresos y tengan suscrita su hipoteca con un banco que haya decidido adherirse a estas ayudas.
Entre ellas se incluyen medidas como alargar el plazo de las hipotecas hasta siete años para reducir la cuota, pedir un período de carencia de hasta cinco años en el que solo se paguen intereses o, incluso, solicitar que se congele el pago de la cuota de la hipoteca durante 12 meses. Estas alternativas no salen gratis. Según los cálculos de Kelisto, los gastos derivados de estas operaciones aumentan el coste final de la hipoteca entre un 16% y un 72%, dependiendo de la opción elegida.
Otras opciones son solicitar una ampliación del plazo de la hipoteca mediante una novación, o negociar una carencia, alternativas que no recomiendan los analistas, ya que “ambos trámites tienen costes y, a la larga, encarecen la cantidad que se terminará pagando en concepto de intereses”, advierte González.
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