La negociación por el reparto del poder en la Mesa del Congreso encara su fase final, aunque la imagen fija no se sabrá hasta que la votación se produzca. Y es que la legislatura echará a andar este jueves, pero la incógnita sobre quién se convertirá en la tercera institución del Estado hasta el momento de la decisión vaticina una legislatura de alto voltaje.
A la espera del inicio de la segunda parte de las negociaciones del PSOE con los grupos –esto es, de cara a la posible investidura de Pedro Sánchez–, dentro del bloque progresista hay un amplio consenso para que la primera piedra de la legislatura, la constitución de la Mesa del Congreso, sea una cuestión técnica que allane el camino a las reivindicaciones posteriores.
Pero además de estos votos son necesarios los siete de Junts, un partido que llevará al límite esta primera batalla al convocar un ejecutiva para tomar dicha decisión este mismo jueves por la mañana, poco antes del comienzo de la sesión constitutiva de la XV Legislatura de la democracia. Esta reunirá a partir de las 10 horas a los nuevos diputados en el hemiciclo por primera vez.
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A lo largo de estos días, el soberanismo catalán, vasco y gallego (ERC, EH Bildu y BNG) ha apostado por mantener un papel pragmático en Madrid en aras de cerrar la puerta a un gobierno del PP y Vox, y de revalidar el ejecutivo de coalición progresista con Pedro Sánchez al frente. Para ello, tienen claro que PSOE y Sumar deben tener mayoría en el órgano de gobierno del Congreso.
En esta legislatura, la aritmética parlamentaria otorga a Junts un lugar importante que deja un escenario totalmente incierto, ya que en dicho partido conviven dos sectores: uno más radical, liderado por la presidenta del partido, Laura Borràs, y avalado por su portavoz en la Cámara Baja, Miriam Nogueras; y otro de la cuerda pactista que aboga por negociar con el PSOE para evitar una repetición electoral.
Cabe destacar que en los comicios del pasado 23 de julio, los partidos independentistas de ERC y Junts fueron la cuarta y quinta fuerza, respectivamente, por detrás del PSC, Sumar y el PP. No obstante, ambas formaciones suman 14 escaños en el Congreso, y al saberse importantes en este nuevo periodo en Madrid, ERC insiste en pedir a Junts un frente común, algo que estos últimos reclamaban a los republicanos en la anterior legislatura en la que ERC negoció los indultos y la derogación del delito de sedición, además de estar presente en la mesa de diálogo.
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Máxima discreción en las negociaciones
Hasta la fecha, el voto de Junts es una incógnita en cuanto a que no ha trascendido nada sobre el sentido de las negociaciones. Sí se conoce que se han producido contactos. También, que los socialistas estarían dispuestos a dejar que ERC y Junts puedan formar un grupo parlamentario propio pese a no cumplir con los requisitos (contar con al menos 15 escaños, o superar los cinco diputados y obtener el 15% en todas las circunscripciones en las que se concurre, o bien el 5% de los votos en todo el país). Sin embargo, ambos tienen más de cinco escaños y están cerca de la barrera del 15%, por lo que una mayoría progresista en la Mesa del Congreso, como se ha hecho en otras ocasiones, podría perdonar estas escasas décimas o incluso permitir el préstamo de diputados de otros grupos.
En este sentido, el expresidente de la Generalitat y fundador de JxCat, Carles Puigdemont, pidió este lunes “paciencia, perseverancia y perspectiva” en las negociaciones. Asimismo, advirtió que “encarar una negociación a través de declaraciones públicas no es nuestra opción”. “Quizás por esto, a medida que se acercan días decisivos, como este próximo 17, crece el nerviosismo, sube la subasta y se disparan las especulaciones”, pronunció en un tuit.
Mientras tanto, ERC y EH Bildu, según fuentes parlamentarias de ambos grupos, dialogan también con Junts para tratar de salvar esta primera prueba. Si la semana pasada fue el turno de la negociadora de ERC, Teresa Jordà, quien abogó por una mayoría progresista en la Mesa, esta semana fue el turno de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, quien destacó el beneficio de una suma que supere el bloque de la derecha, formado previsiblemente por PP, Vox, UPN y Coalición Canaria.
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En el marco de esta cuestión, se descarta la posibilidad de que un candidato de PNV lidere la Mesa del Congreso. Aunque desde el PP, en un principio, y desde CC, después, se deslizó esta posibilidad, ni PSOE, ni Sumar, ni ERC, EH Bildu y BNG están de acuerdo frente al silencio decretado en el partido jeltzale. De hecho, este mismo lunes la portavoz de EH Bildu reconoció en público que “este tema no está encima de la mesa ni como posibilidad”. En esta línea, estas formaciones auguran que sea un candidato del PSOE quien presida el órgano de gobierno de la Cámara Baja.
Esto no exime que el PNV cuente finalmente con un puesto en la Mesa, como ya ocurrió en la IX legislatura al tener la Secretaría Segunda. En el aire está la distribución de los puestos de PSOE y Sumar, y el bloque de la derecha se sitúa ante un tablero endiablado que puede dejar sorpresas durante la votación secreta, introduciendo una papeleta en la urna. También es una incógnita quiénes serán los elegidos por las principales formaciones para ostentar estos cargos. En el PSOE, el nombre que más se repite en los últimos días es el de Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y quien capitanea las negociaciones de cara a este jueves, y el de la expresidenta de Baleares y diputada electa, Francina Armengol.
Una vez se pase esta pantalla, estará por ver qué candidato afrontará primero un debate de investidura, si Alberto Núñez Feijóo, como pide el PP al ser la principal fuerza parlamentaria, o Pedro Sánchez, el representante con más opciones ante el amplio rechazo a un gobierno de PP y Vox. En cualquier caso, la votación de este jueves pondrá a prueba los cimientos de la nueva legislatura.
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