El 23 de septiembre de 2022, 15 de las jugadoras que Jorge Vilda, seleccionador español, había convocado para la Eurocopa femenina remitieron un comunicado a la Federación trasladando su decisión de declararse ‘no convocables’ si el entrenador no era relevado del cargo. 226 días después de aquel motín que provocó un terremoto en España y puso a Luis Rubiales, presidente de la RFEF, contra la espada y la pared, la Roja, con Vilda al frente, se juega ante Suecia (10.00 horas, La 1) alcanzar la final de un Mundial, un hito histórico y sin precedentes para una selección que solo había participado en tres campeonatos del mundo y que nunca había sido capaz de ganar un partido eliminatorio en un ningún torneo internacional.
Si se echa la vista atrás, a aquel momento de ruptura absoluta entre Vilda y una buena parte del núcleo duro de la selección, resultaría realmente complicado imaginar el momento que vive la España actual. Razones al margen, cada uno tendrá las suyas, lo cierto es que gran parte del mérito de la hazaña le corresponde al técnico, pues si este equipo lleva algún sello, ese es el suyo. Respaldado hasta el extremo por Rubiales, Vilda recompuso la selección y se mantuvo fuerte y relativamente ajeno a todo el ruido externo que le rodeaba. Puede decirse que ganó la batalla, porque la hubo.
Por el camino hasta la cita de Australia y Nueva Zelanda, charló con las jugadoras que discrepaban de su método hasta conseguir que algunas de ellas decidieran dar un paso atrás en su decisión. Es el caso, al menos, de Aitana Bonmatí, una de las líderes de España en este Mundial, Ona Batllé y Mariona Caldentey. También se ofreció, según trascendió, la guardameta del FC Barcelona Sandra Paños, a la que decidió no convocar.
Revolución durante el Mundial
A las puertas del partido más importante de siempre para el fútbol español, Vilda reconoce que si está donde está, es gracias a Rubiales. “Quiero poner en valor el apoyo de nuestro presiente, sin él no estaríamos aquí. Reaccionó con valentía. Apostó por mi cuerpo técnico y por mí”, dijo en la conferencia previa ante el choque ante Suecia, toda una histórica, con una Eurocopa en sus vitrinas, dos platas olímpicas y un subcampeonato mundial en ocho participaciones. La empresa no será sencilla, como tampoco lo ha sido el camino.
Tras dos plácidas victorias ante Costa Rica y Zambia, Japón bajó a la tierra a España con una goleada que introdujo las primeras dudas en torno al equipo. Vilda no se arrugó y apostó por llevar a cabo una revolución en el once que había diseñado durante la fase de grupos. El técnico introdujo hasta seis cambios. En la portería sentó a Misa, titular en el Real Madrid, y colocó a Cata Coll, suplente en el Barcelona; Laia Codina sustituyó en el centro de la defensa a Ivana Andrés y movió a Ona al lateral izquierdo para introducir a Ohiane en el derecho, mandando al banquillo a Olga Carmona. Además, reinventó a Jenni Hermoso como interior y confió el ataque a la pichichi de la liga, Alba Redondo, y a Esther.
La apuesta le salió redonda frente a Suiza y, a partir de ahí, fue moviendo únicamente alguna pieza en la zona ofensiva para adaptarse a las exigencias del rival. Ante Países Bajos introdujo a Mariona, más trabajadora, y sentó a Salma, a la postre héroe en la prórroga con el gol decisivo. Ese momento, el tiempo extra tras el gol in extremis de las holandesas, fue probablemente el más complejo de manejar para un Vilda que, de una manera u otro, también dio con la tecla.
España nunca ha ganado a Suecia
Ahora le espera otro hueso duro, la Suecia de la barcelonista Rolfo a la que nunca ha ganado España. “Pueden tener más la obligación de ganarnos por la historia, pero estoy convencido de que las podemos mirar perfectamente a los ojos”, confía el seleccionador, consciente de que la exigencia será máxima. “Sus fortalezas son obvias, sus condiciones físicas, es un equipo tremendamente potente en el plano físico, a balón parado son muy peligrosas. Su potencia en las transiciones ofensivas les puede hacer muy peligrosas. Tengo claro es que nos va a exigir la mejor versión de nosotros para ganar el partido”.
Pase lo que pase, España ya ha hecho historia en un Mundial que cambiará para siempre la dimensión del fútbol femenino en nuestro país. “Si consiguiéramos un gran éxito se vería una explosión”, apunta Vilda. Una victoria ante Suecia puede empezar a provocarla.
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