El impresionante Parador donde se alojó el emperador Carlos V: un castillo del siglo XV rodeado de piscinas naturales

La Vera es una de las comarcas más especiales de Cáceres. Conocida mundialmente por su pimentón, son muchos los encantos que esconde más allá de este tesoro culinario. Es considerada por muchos como una región histórica y natural, pues sus tierras ofrecen parajes inimaginables, además de haber sido hogar de reyes y personajes ilustres. En este sentido destaca un espacio en especial que a día de hoy se ha convertido en uno de los alojamientos más importantes de la zona.

Entre gargantas de agua, piscinas naturales y bosques de castaños y robledales se alza el impresionante Parador de Jarandilla de la Vera. Ocupa el antiguo castillo-palacio de los Condes de Oropesa, fortaleza en la que se hospedó durante meses uno de los reyes más relevantes de la historia de España: el emperador Carlos V. Además, el entorno que rodea a la villa ensalza más su valor gracias a espacios naturales como el Parque Nacional de Monfragüe o la Reserva Natural Garganta de los Infiernos.

El castillo-palacio de los Condes de Oropesa es uno de los tesoros arquitectónicos de Jarandilla de la Vera. Se levantó en el siglo XV por petición de Fernando Álvarez de Toledo y a mediados del siglo XVI fue el hogar del emperador Carlos V hasta que se terminó la construcción de su residencia en el Monasterio de Yuste. Durante la Guerra de Independencia sufrió grandes daños tras el saqueo de las tropas francesas, pero tras varias reformas y restauraciones se convirtió en 1966 en Parador Nacional de Turismo.

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De esta forma, el visitante puede disfrutar a día de hoy de un impresionante alojamiento en el que destacan las impresionantes torres, el patio de armas y una espaciosa galería gótica de dos pisos. A su vez, las habitaciones cuentan con todo tipo de servicios que garantizan la máxima comodidad, entre los que sobresale la piscina. A esto se le suma una rica gastronomía regional extremeña que se puede degustar en el restaurante del Parador.

El viajero no puede irse sin disfrutar de Jarandilla de la Vera, uno de los pueblos más pintorescos de la región. Un paseo por sus calles es perfecto para sumergirse en la esencia de la localidad y descubrir espacios tan únicos como la casa de Don Luis de Quijada, varios puentes medievales o la iglesia fortaleza de Nuestra Señora de la Torre y la de San Agustín. También son imprescindibles su Plaza Mayor, la Picota y la ermita del Cristo del Humilladero. No obstante, si por algo destaca es por sus alrededores.

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Gracias al Parque Nacional de Monfragüe y a la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, el entorno natural que rodea la localidad es ideal para los amantes de la naturaleza. Así, el viajero puede disfrutar de hasta 46 piscinas naturales perfectas para darse un chapuzón en verano. La más popular y visitada es la Garganta de los Infiernos, un conjunto natural que alberga multitud de pozas, cascadas y marmitas de gigante. Además, el entorno permite realizar multitud de rutas de senderismo que son de las mejores de Extremadura.

Por otro lado, el viajero no se puede marchar sin hacer la conocida como ruta de La Vera. Se trata de un recorrido por los diferentes pueblos de la comarca que han sido declarados Conjunto Histórico Artístico. Estas localidades son: Pasaron de la Vera, Garganta de la Olla, Cuacos de Yuste, Valverde de la Vera y Villanueva de la Vera.

Desde Cáceres, el viaje hasta el Parador de Jarandilla de la Vera es de alrededor de 1 hora y 35 minutos por las carreteras A-58 y A-5. Por su parte, desde Talavera de la Reina el trayecto tiene una duración aproximada de 1 hora y 10 minutos por las vías A-5 y EX-119.

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