El Atlético de Madrid aún no sabe quién será su delantero referencia para toda la temporada -el futuro de Morata es incierto- todo apunta a que se quedará, pero su entorno escuchará ofertas hasta el final del mercado de fichajes. Sin embargo, lo que sí tiene este Atlético son alternativas ofensivas. Morata, Depay y Llorente, con goles tan distintos como válidos, certificaron la victoria de los rojiblancos (3-1) en su debut liguero. La nota negativa la puso Koke, quién se marchó lesionado a los siete minutos de partido dejando su lugar a Pablo Barrios. Simeone ve en el canterano el relevo natural al capitán colchonero y ante el Granada demostró los motivos.
La noche se antojaba melancólica en el Metropolitano. No hay aficionado colchonero que al iniciar LaLiga como local ante el Granada no rememore el campeonato liguero 2020/2021. Aquella temporada los rojiblancos iniciaron el curso goleando al cuadro nazarí con dos goles de Luis Suárez y dieron el pistoletazo de salida hacia la última Liga conquistada por el Atlético de Simeone. Sin embargo, el vestuario rojiblanco sabe que se le juzgará por lo que haga en la actualidad y no por lo ganado en el camino.
La sonrisa va por Barrios
El duelo comenzó apagado, con un Metropolitano intentando despertar a sus jugadores que iniciaron algo lentos en la conducción. Problema cuya solución se encontró de la peor manera posible. Koke se lesionó a los siete minutos de partido y Pablo Barrios tuvo que sustituirle. Koke se suma a Giménez, Reinildo, Nahuel Molina y Vitolo como integrante de la enfermería rojiblanca. No hay mal que por bien no venga, el canterano, asentado en el primer equipo, asumió con éxito el reto de liderar el centro del campo colchonero. Fue capaz de realizar rápidas transiciones que obligaban al Granada a correr hacia atrás.
Te puede interesar: El Real Madrid no falla en su estreno en LaLiga y derrota al Athletic con un gran Bellingham
Poco a poco, los de Simeone fueron despertando de su letargo. Sin generar claras ocasiones de peligro, pero llevando la iniciativa del encuentro. El partido, trabado y disputado en la medular, estaba abocado al empate, sin embargo, cuando menos parecía romperse, Morata batió a Andre Ferreira. Recogió dentro del área un balón que había golpeado en Vallejo y no falló ante la salida del meta luso. El tanto fue un jarro de agua fría para un Paco López que movió el banquillo en busca de la reacción.
Dio entrada a Gonzalo Villar que desde su ingreso se convirtió en la principal arma nazarí. De sus botas nació la jugada del empate. Recuperó la posesión ante un intento osado de Carrasco por salir con la pelota jugada desde atrás y asistió a Samu que le ganó la posición a un Savic, dormido, que pudo hacer mucho más. La felicidad no le duró ni cinco minutos a los granadinos. Depay se sacó un derechazo inapelable para André Ferreira. Todos los focos de la jugada se la llevó Memphis, pero Söyüncü, uno de los recién llegados realizó ese trabajo sucio que no brilla tanto.
Tal y cómo le había pedido Simeone, subió la línea para contener el ataque de los suyos y recuperar la posesión evitando la salida al contragolpe del Granada. El turco, junto a Azpilicueta, fueron de lo más destacado del Atlético de Madrid. Ambos han caído de pie en el Metropolitano. Se mostraron sólidos y contundentes. Dos cualidades que Simeone más valora en un defensor.
Las sustituciones refrescaron a un Atlético de Madrid que cerró el partido con un tardío tanto de Llorente tras aprovechar la indecisión de la zaga nazarí en el despeje. Los de Simeone siguen la misma línea ascendente con la que finalizaron la temporada pasada. Sólidos en defensa y contundentes en ataque. El dominio de las áreas convierte al Atlético en el primer líder de la temporada.
Seguir leyendo: