Poco después de conocerse el supuesto crimen cometido por Daniel Sancho en Tailandia, parte de las miradas se enfocaron en Frank Cuesta, que sin tener nada que ver en este asunto vio como su nombre se relanzaba. No solo porque vive en el país asiático desde hace años, también porque él también conoció la encarcelación de un familiar, aunque por un delito que no tiene nada que ver.
En el año 2014, la por entonces mujer del naturalista, Yuyee, fue detenida en el aeropuerto de Bangkok después de encontrarse en su equipaje la cantidad de 0,005 gramos de cocaína. Por esto, la cantante y actriz estuvo en la cárcel seis años y medio. Frank ha hablado largo y tendido sobre esta época de su vida, en la que se tuvo que hacer cargo él solo de sus hijos, además de convertirse en el gran apoyo de su esposa.
Sin embargo, hasta el momento no había dado detalles sobre el periodo de Yuyee entre rejas. En una intervención en el canal de YouTube del abogado Pablo Franco, el televisivo ha contado que tuvo que invertir mucho dinero para que Yuyee tuviera buenas condiciones en la cárcel. En concreto, más de 200.000 euros que fueron destinados a sobornos y mejoras que hicieron que la madre de sus hijos tuviese condiciones “medio buenas”.
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Lo primero que ha ‘avisado’ es que su experiencia no es extrapolable, pues “las cárceles de mujeres no tienen nada que ver con las de hombres”, dando a entender que estas últimas son más duras. Además, como ya han dicho los expertos, él también ha corroborado que Daniel “va a tener que cumplir en Tailandia de 8 a 10 años de cárcel, como mínimo” y, para que esté medio bien deberán invertir grandes sumas.
“Si quieren mantenerle en las mejores condiciones posibles, se van a arruinar. Las hostias que recibes no las puedes comprar”, ha afirmado, añadiendo que además “las personas famosas o de familia con dinero suelen pasarlo bastante mal”.
Un aviso al que la familia Sancho no ha respondido, pero que pone en relieve, una vez más, las grandes diferencias entre la privación de libertad en Tailandia con los países europeos.
Problemas posteriores
En su última visita al hormiguero, el pasado mes de junio, Frank Cuesta contó que su exmujer, pese a estar en libertad, no ha vuelto a ser la de antes. “Se ha recuperado, pero tiene muchas taras y miedos”, fijo sobre ella, reconociendo que por suerte “se ha adaptado muy bien sobre todo por los niños”.
Cuando salió de la cárcel, hace casi dos años, les recomendaron que lo mejor que podía hacer era refugiarse en sus hijos, Zorro, Zen, Pepsi y Zape. “Yo me evaporé. A mí me dijeron que lo mejor era dejarla sola con los niños y eso hice”, narraba el televisivo. Si bien su expareja cada día está mejor, “cuando llegó tuvo problemas para dormir, algo que es más o menos normal, pero también tenía un montón de miedos. Se asustaba si escuchaba un avión, si veía a un policía...”, añadió.
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