La ola de calor más extrema del verano ha achicharrado al país de norte a sur en esta última semana con temperaturas de más de 40 grados. Pero hay lugares, como en la llamada “sartén de España”, la zona del valle del Guadalquivir, donde el calor siempre aprieta un poco más y, aunque su población está acostumbrada, no es fácil convivir con temperaturas que son sofocantes desde la mañana y que no permiten pegar ojo de noche.
Esas provincias donde el mercurio se dispara en verano son Córdoba, Sevilla y Jaén, y más concretamente en municipios como Écija y Andújar. Aunque también hay pueblos como Villa del Río o Montoro, que en esta misma semana han registrado los valores más altos del país al alcanzar los 45 grados.
En Villa del Río, cuya población ronda los 7.000 habitantes, la vida prácticamente se detiene entre las 12:00 y las 21:00 horas. En la calle apenas se ve un alma en esa franja horaria, pues los vecinos se resguardan del calor como pueden, bien en casa o en la oficina. “Aquí el aire acondicionado está a tope en todos los sitios, porque cuando hay 45 grados por el día y 30 por la noche los ventiladores no sirven de mucho”, dice Pedro Sánchez Collado, el concejal de medioambiente de este municipio cordobés, a Infobae España. “Las casas se ventilan un poco al amanecer, aunque ni siquiera hace fresco a esas horas, luego se cierra todo y enchufamos el aire, así que las facturas de la luz son enormes”.
Este pueblo se conoce de memoria las recomendaciones para combatir el calor: beber agua a menudo, utilizar ropa ligera y transpirable, hacer comidas ligeras, reducir la actividad en las horas centrales… Pero cuando se alcanzan valores tan extremos como los registrados esta semana en la ola de calor, los consejos resultan insuficientes. “A veces ni siquiera se puede salir cuando cae el sol porque se respira un calor agobiante”, dice el concejal.
Aunque como Villa del Río tiene la lección aprendida de otros tantos veranos, la piscina también abre por la noche, desde las 22:00 horas y hasta la 1 de la madrugada, para aliviar a los vecinos.
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Villa del Río cuenta con un sector importante dedicado a la fabricación de muebles y sus casi 100 empresas, explica Sánchez Collado, cierran en agosto debido al calor. “Ahora mismo están cerradas. Aprovechan para coger vacaciones en estas fechas” e irse a otros destinos donde las temperaturas son más llevaderas, indica el concejal, quien recuerda que antes el calor se concentraba principalmente en julio y agosto, pero desde hace unos años “ya empieza fuerte en mayo y se extiende hasta octubre”.
El caso de Sevilla
Cristina Domínguez vive en Sevilla, donde en estos días de ola de calor el termómetro ha llegado a marcar 44 grados a las 20.00. Caminar durante el día por la capital hispalense con temperaturas que pasan muchos días estivales de los 40 grados “es prácticamente misión imposible”, por lo que la población suele coger el coche para desplazarse a cualquier lugar. Al igual que en otros puntos de “la sartén de Andalucía”, aquí también tiran de aire acondicionado día y noche para combatir las intensas temperaturas del verano.
“En las olas de calor suele haber una estampida de gente y se va a lugares con playa”, aunque quien no puede por motivos de trabajo “suele ir a centros comerciales”, dice Cristina, que trabaja en un hospital y ve con frecuencia personas que ingresan por golpes de calor y deshidratación. “En Sevilla, si quieres quedar con alguien, no hay más remedio que ir a grandes superficies donde se puede estar fresquito”. Además, añade esta joven, cada vez es más frecuente quedar más tarde con los amigos: “Es algo que he notado en el último tiempo, alargamos todo más”.
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A pesar de que en Sevilla también están habituados a las altas temperaturas, el calor sigue siendo un tema de conversación diario. “Lo tenemos interiorizado y tratamos de llevarlo con humor, pero aun así condiciona nuestra vida, nuestra forma de vestir o el calzado que llevamos, porque tiene que ser lo suficientemente fresco pero que no te queme el asfalto, que a veces ocurre”, dice mientras recuerda que un día las sandalias se le quedaron pegadas al suelo.
Comienzan a bajar las temperaturas
La masa de aire de origen sahariano, muy cálida y seca, que ha dado lugar a esta última ola de calor en España –la tercera en lo que va de verano– culminó ayer, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), si bien se alcanzarán y superarán los 38 grados en amplias áreas del país.
Este domingo está previsto que comiencen a descender ligeramente las temperaturas, aunque todavía se mantendrán altas durante la jornada, especialmente en Canarias y en zonas del sur peninsular, con 13 provincias en alerta.
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