El Real Madrid se presenta en LaLiga con dos problemas importantes si se atiende a esa regla tan extendida de que los partidos y los títulos se ganan en las áreas. Es decir, que el éxito depende, principalmente, del portero y del goleador. El día que arranca el campeonato, el equipo de Ancelotti no tiene ni una cosa ni la otra. Los blancos visitan este sábado una plaza siempre exigente como es San Mamés para medirse al Athletic (21.30 horas, Movistar LaLiga) sin guardameta titular y sin nueve, literalmente. No hay ningún jugador en la plantilla que porte uno de los dorsales más icónicos y demandados no solo en el Madrid sino en cualquier equipo de cualquier rincón del mundo.
Que suceda es tan inusual como voluntario y premeditado, al menos por el momento. La espantada de Benzema a Arabia Saudí pilló a contrapié a los dirigentes madridistas, que contaban con el francés hasta junio del próximo ahora. A la marcha del todavía Balón de Oro y su recambio los últimos años, Mariano Díaz, el Madrid solo ha respondido con la llegada en forma de cesión de un suplente de garantías, Joselu Mato. A Ancelotti, que la falta de efectivos en ataque le ha obligado a modificar el sistema, parece no quitarle el sueño y asegura que no habrá más refuerzos por más que la pretemporada haya evidenciado que el equipo necesita jugadores que facturen.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) August 10, 2023
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El italiano no lo ve así, o al menos eso dice en público. “En la pretemporada hemos metido muchos goles y ocasiones, el problema ha sido defensivo. Ha faltado acierto, el delantero aún no tiene frescura en verano, pero arriba estamos muy bien, tenemos”, argumentó en la conferencia previa al debut liguero Ancelotti, quien no ve que de aquí a final de mes llegue nadie para ocupar ese dorsal ‘9′ que ha quedado huérfano tras la salida de Benzema. “Yo creo que no... porque como he dicho siempre, estoy muy satisfecho con esta plantilla”, apuntó.
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Pero por más que diga Ancelotti, la realidad es que el número espera un por si acaso llamado Kilyan Mbappé. El dorsal parece reservado para él, bien ahora bien en 2024. Que se adueñe de él antes del 1 de septiembre depende de que el propio jugador y su club, el Paris Saint-Germain, alcancen un acuerdo en torno a su salida. No es sencillo, pero parece la única solución a un enredo en la que todo lo complica el dinero.
La fatídica lesión de Courtois
Y cuando en los despachos de Chamartín solo Mbappé parecía alterar el orden, llegó la terrorífica lesión de Thibaut Courtois. En una arrancada para tapar un rechace durante un entrenamiento, el belga escuchó ese crujido en su rodilla izquierda que anuncia casi siempre una rotura en el ligamento anterior. O lo que es lo mismo, una baja de ocho meses y adiós a la temporada.
El suceso, que sacudió Valdebebas como si de un terremoto se tratase, generó un problemón y abrió un dilema: acudir o no al mercado en busca de un sustituto de garantías para el belga. Ancelotti no lo descarta, y es que por más que ahora dé la cara por su suplente, Andriy Lunin, lo cierto es que no termina de ser de su agrado, hasta el punto de haberle abierto la puerta este verano.
“La confianza es total en Lunin y los próximos días veremos si metemos un portero más en la plantilla”, dijo el técnico, que asegura que no decidirán con prisa. “Tenemos tiempo hasta el 31, por detrás de Lunin los porteros tienen potencial, pero son jóvenes. Lo pensaremos. Fran tiene 17 años, si fichamos lo haremos por número, porque tenemos confianza en Lunin”, agregó.
A la espera del culebrón Mbappé y de la decisión en la portería, el Madrid se presenta este curso sin el portero y el delantero que sostuvieron al equipo en los últimos años, con la Champions de 2022 como momento cumbre de ambos. Cosa seria.
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