La renuncia del sustituto de Espinosa de los Monteros ahonda la herida interna en Vox ante la mirada impasible de Abascal

La extrema derecha cosecha dos renuncias en apenas dos días mientras la autocrítica en el seno de la cúpula del partido por los resultados del 23-J brilla por su ausencia

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El exdiputado de Vox Juan Luis Steegmann durante una sesión plenaria. (Carlos Luján/Europa Press)
El exdiputado de Vox Juan Luis Steegmann durante una sesión plenaria. (Carlos Luján/Europa Press)

Sigue el goteo de bajas en la dirección de Vox después de las elecciones del 23 de julio. Juan Luis Steegmann, la persona llamada a ocupar el escaño de Iván Espinosa de los Monteros, ha renunciado este jueves a recoger el acta y a sus cargos en la cúpula del partido. Es la segunda renuncia en apenas dos días mientras la autocrítica en el seno del partido por los resultados del 23-J brilla por su ausencia.

El partido dirigido por Santiago Abascal no cumplió con los objetivos fijados para esta importante cita con las urnas. Después de alcanzar los gobiernos autonómicos de la Comunitad Valenciana, Castilla y León, Aragón y Extremadura, aupados por el PP, el partido de extrema derecha no solo pasó a la irrelevancia al quedarse sin ser la llave de un gobierno con los de Feijóo.

Vox se dejó por el camino 626.979 votos y 19 escaños con respecto a las elecciones de noviembre de 2019. Aunque sigue siendo tercera fuerza en el Congreso, los de Abascal bajan de los 52 representantes a los 33. Sin embargo, el propio presidente del partido ultra, desaparecido en combate desde la noche electoral, no ha entonado el mea culpa por los resultados.

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De hecho, Abascal echó balones fuera y culpó al PP al criticar la estrategia de Alberto Núñez Feijóo porque vendió “la piel del oso antes de cazarlo”, lo que supuso una “clara desmovilización de nuestro electorado”. Desde entonces, al menos en público, tampoco ha habido debate sobre el liderazgo de Abascal, cada vez más blindado. De hecho, en el partido no se dan las condiciones para que ningún otro cargo le haga sombra, mientras que la silla de su relevo sigue vacía.

No obstante, los movimientos de los últimos días dentro de la cúpula, como sucedió hace un año tras la marcha de Macarena Olona, indica que no es oro todo lo que reluce. El pasado martes fue ni más ni menos Espinosa de los Monteros, el actual portavoz parlamentario de la formación, quien renunció a recoger su acta de diputado en la Cámara Baja.

Aunque alegó “motivos personales y familiares”, y aseguró que permanecerá en Vox como “afiliado de base y siempre a su disposición para absolutamente cualquier cosa”, a nadie se le escapa la puga ideológica mantenida con Jorge Buxadé, vicepresidente de Acción Política. Este último, que entró en política con Falange de las JONS y define a Primo de Rivera como “una alma superior”, representa el ala ultracatólico de Vox frente al perfil ultraliberal de Espinosa de los Monteros.

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Este jueves ha sido el turno del médico y hematólogo Juan Luis Steegmann. El número seis por la circunscripción de Madrid, por detrás de Espinosa de los Monteros, ha renunciado a recoger su acta en el Congreso y también como vocal del Comité Ejecutivo Nacional (CEE). De hecho, tal como recoge El País, en el comunicado de renuncia alaba la figura de Espinosa de los Monteros, ya que su papel “ha sido esencial para que la etapa de los 52 de Vox sea una de las más importantes de mi vida”.

Buxadé se impone en el partido

Ante el claro ascenso de la corriente liderada por Buxadé, responsable en la sombra de la campaña electoral, Víctor Sánchez del Real, exdiputado de Vox, ha sido la única cara visible que se ha atrevido a hacer autocrítica, aunque cabe señalar que este se quedó fuera de las listas el 23-J. “Se están produciendo una serie de experimentos en el ámbito de Vox, que llevan a unos resultados y es evidente que, determinados cambios en unos casos de posturas y en otros casos de personas, están llevando a unos resultados distintos”, explicó.

También, quien fuera número dos del partido, Javier Ortega Smith, apartado de manera inesperada, lamentó en Twiter la dimisión de Espinosa de los Monteros “y mucho más las razones que la provocan”. Esta nueva marcha ahonda la herida abierta en Vox. Pese al silencio de Abascal, impasible ante lo que sucede en el seno de su formación, se hace cada vez más latente.

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