Siempre es difícil despedir a alguien, y más a una leyenda que lleva más de 50 años haciéndonos reír ininterrumpidamente. Al filo de cumplir los 78 años el próximo 14 de agosto, el cómico y actor Steve Martin y anunció que, con el final de Solo asesinatos en el edificio, llega también el final de su carrera. Tan duro como lo oyen pero toda una declaración de intenciones por parte de un hombre que se ha esforzado durante mucho tiempo por arrancar una sonrisa al espectador en multitud de series y películas, desde Un loco anda suelto a Doce en casa o El padre de la novia.
“Éramos muy felices haciendo el programa en directo. Puede que haya un final natural -alguien se pone enfermo, alguien se agota-, pero yo no lo haría sin Marty (Martin Short). Cuando termine este programa de televisión, no voy a buscar a otros. No voy a buscar otras películas. No quiero hacer cameos. Esto es, extrañamente, todo”, comentaba Martin en The Hollywood Reporter, haciendo referencia a su gira You Won’t Believe What They Look Like Today! con Martin Short, con el que también comparte pantalla en Solo asesinatos en el edificio.
Te puede interesar: Crítica de ‘Solo asesinatos en el edificio’: Mabel, Oliver y Charles, el mejor trío desde Messi, Suárez y Neymar
Martin comenzó su carrera allá por 1967, primero como humorista y posteriormente como actor. Desde joven había mostrado su pasión por la actuación y el mundo del espectáculo a través de su estancia en Disnelyand, donde realizaba todo tipo de números de espectáculos de malabares y demás mientras iba desarrollando su interés por la comedia y la interpretación. Sin embargo, y tras salir durante un tiempo con Melissa Trumbo, la hija de uno de los escritores y guionistas más famosos de Hollywood, Martin comenzó a trabajar escribiendo en el programa The Smothers Brothers Comedy Hour. Con apenas 23 años ya había obtenido el premio Emmy y se preparaba para dar el salto y ponerse frente a las cámaras.
Tras sus pequeñas apariciones en el programa que él mismo guionizaba a finales de los 60, fue a mediados de los 70 que comenzó a encadenar apariciones frecuentes como comediante en The Tonight Show de Johnny Carson, en The Gong Show, On Location, The Muppet Show y en el Saturday Night Live, cuyo éxito aumentó tanto con sus apariciones especiales que no tardó en coronarse como un joven prodigio de la comedia. Aunque Martin cosechaba éxitos en los escenarios, su auténtico sueño desde hacía tiempo era dar el salto a la gran pantalla, y eso es lo que hizo a partir de 1978, primero con Sargento Pepper, y al año siguiente con The Jerk -titulada aquí Un loco anda suelto- en la que ya era el absoluto protagonista y podía dar rienda suelta a su imaginación como cómico en el papel del patoso e ingenuo inventor Navin Johnson.
El padre de la familia americana
Con el director de Un loco anda suelto, Carl Reiner, Martin haría más películas, entre ellas la divertida parodia de cine negro titulada Cliente muerto no paga, que fragmentos de varias películas clásicas para construir una delirante trama detectivesca con Martin como protagonista y conociendo a algunos de los iconos del Hollywood en blanco y negro. También trabajó a las órdenes de Frank Oz en comedias musicales como La tienda de los horrores o Un par de seductores antes de hacer una de sus grandes películas, El padre de la novia. En ella daba vida a George Banks, un hombre que se negaba aceptar que su joven hija se casase, y en la que compartía pantalla con su buen amigo de SNL y con el que aparecería en tantos otros filmes y series, Martin Short.
El éxito de El padre de la novia fue tal que no solo obtuvo una secuela un par de años después, sino que convirtió a Martin en toda una referencia de la comedia familiar y en icono del padre norteamericano moderno. Para entonces el actor ya había aceptado su paulatino encasillamiento, el cual había querido evitar a toda costa en los 80 con películas como Dinero caído del cielo o que buscaba trabajando con Stanley Kubrick, quien se reunió con él para presentarle un pequeño proyecto que terminaría derivando años después, ya sin Martin, en Eyes Wide Shut. Antes de llegar a Solo asesinatos en el edificio, el actor confirmaría su imagen de padre bonachón y divertido con las películas de Doce en casa, en las que ejercía de patriarca de una gran familia en la que estaban jovenes actores como Hilary Duff, Tom Welling, Piper Perabo o Ashton Kutcher.
Con Solo asesinatos en el edificio, estrenada en 2021 y cuya tercera temporada acaba de llegar a Disney+, Martin pretende cerrar una carrera en la que hizo más reír que llorar, pero en la que consiguió el éxito al que aspiraba cuando solo era un joven haciendo malabares en Disneyland. Y encima lo ha hecho siempre bien acompañado de sus amigos y demostrando que la comedia no entiende de edad. Si esta ha de ser su despedida, qué mejor manera que con Martin Short y en una comedia de éxito.
Seguir leyendo: