A menos de ocho días para la constitución de la Mesa del Congreso, coincidiendo con el día en el que eche a andar la XV legislatura, esta batalla se antoja muy complicada ante la aspiración del PSOE, segunda fuerza en la Cámara Baja, de revalidar al frente del órgano de gobierno de esta institución. El PP insiste, sin decir con quién –PP, Vox, UPN y CC sumarían 172 escaños, a priori insuficientes–, en que reivindicará “que quien tiene el mayor grupo, tenga su reflejo en la Presidencia de la Cámara”.
Hasta el próximo 17 de agosto, cuando se celebra dicha cita, hay tiempo, pero al menos desde el PSOE y Sumar, según afirman, han tenido contactos con los partidos independentistas, ERC y Junts (7 escaños cada uno) para obtener su apoyo en una votación de carácter secreto, pero que pondrá a prueba el posible bloque de una nueva investidura de Pedro Sánchez.
Te puede interesar: ERC y Junts no cumplen los requisitos para tener grupo parlamentario propio en el Congreso
Esta negociación, además, podrá desembocar en la posibilidad de que estos partidos tengan grupo parlamentario propio, una cuestión de gran calado para su impacto y fuerza a lo largo de la legislatura. Y es que, tener grupo propio en la Cámara Baja, algo que el PSOE facilitará previsiblemente, implica más recursos económicos y políticos.
Supone tener presencia en todas las comisiones, en la Diputación Permanente, voz propia en la Junta de Portavoces, entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones en las sesiones de control, más margen para llevar las proposiciones no de ley a los plenos y autonomía para intervenir en todos los debates.
En el campo económico, los grupos pueden acceder a “locales y medios materiales suficientes” y se les asigna dos subvenciones, una de carácter fijo e igual para todos los grupos y otra variable en función del número de diputados. También, los grupos propios pueden acceder al cobro de las subvenciones por envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña y tener espacio en los debates electorales.
¿Para qué sirve la Mesa y cómo se elige?
La Mesa de la Cámara Baja, compuesta por el presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios, es el órgano rector de la Cámara y ostenta la representación colegiada de ésta. Entre la infinidad de funciones de dicho órgano está la de decidir sobre los procedimientos legislativos de las diferentes iniciativas parlamentarias y, en este punto, ante un hipotético nuevo gobierno de izquierdas, una mayoría conservadora en la mesa otorgaría al PP la potestad de torpedear la acción de gobierno.
Te puede interesar: El PP sugiere al rey que proponga a Feijóo como candidato a la investidura pese a no tener asegurada una mayoría
Disponer de una mayoría absoluta en la Mesa del Congreso es esencial para controlar los ritmos de la legislatura y, por supuesto, ostentar la Presidencia implica ser la tercera institución del Estado, por detrás del jefe del Estado y del presidente del Gobierno. Para su elección se necesita mayoría absoluta de los miembros de la Cámara o, en caso de que ninguno obtuviera en primera votación dicha mayoría, se repetirá la elección entre los que hayan alcanzado las dos mayores votaciones y resultará elegido el que obtenga más votos, reza el reglamento del Congreso.
Según han informado diferentes voces parlamentarias, está sobre la mesa que el bloque de PP y Vox obtenga cuatro representantes y el de PSOE y Sumar otros cuatro, aunque podrían ceder un puesto a un representante de los nacionalistas o independentistas. El PNV sumaría enteros para ello. De hecho, fuentes jeltzales, preguntadas por esta cuestión, se limitan a recordar que en la IX ya tuvo la secretaria segunda de la Mesa del Congreso.
Te puede interesar: El PP se queda sin opciones de torpedear un gobierno de Sánchez desde el Congreso tras el portazo del PNV
ERC y Junts tienen más que ganar con una Mesa de mayoría progresista
Con estas cuentas, tener la Presidencia puede decantar la balanza hacia un espectro u otro. Y, en este punto, ERC y Junts tendrían más que ganar con una mayoría de izquierdas que de derechas. “Es obvio que para empezar a hablar necesitamos una mesa del Congreso presidida por este supuesto progresismo”, reconoció recientemente en una entrevista la diputada republicana Teresa Jordà, quien lidera la negociación de su partido con los socialistas.
De entrada, y no es una cuestión menor, la Mesa puede amparar la posibilidad de que ERC y Junts tengan un grupo propio en la Cámara Baja, algo que con los resultados del 23 de julio no ha sido posible al no cumplir con ninguno de los requisitos. Estos son: contar con al menos 15 escaños, o superar los cinco diputados y obtener el 15% en todas las circunscripciones en las que se concurre, o bien el 5% de los votos en todo el país.
Te puede interesar: ERC y Junts no cumplen los requisitos para tener grupo parlamentario propio en el Congreso
Si bien, ambos tienen más de cinco escaños y están cerca de la barrera del 15%, por lo que la Mesa tiene la potestad de perdonar estas escasas décimas o incluso puede permitir el préstamo de diputados de otros grupos, como se ha hecho en otras ocasiones. Esta solución ya lo ha puesto sobre la mesa el PSOE como aliciente para pescar votos en los ríos independentistas. “Tener grupo propio, evidentemente, es un gesto de buena voluntad para empezar a hablar”, añadió Teresa Jordá en esa misma entrevista. Desde luego, puede ser una importante baza para que el PSOE logre la Presidencia del Congreso, lo que supondría dar la primera estocada en la pugna con el PP.
Seguir leyendo: