El castillo que tiene un museo del vino y que está entre los más bonitos de España

Durante el verano, la tendencia de muchos españoles es irse de vacaciones a la costa, ya sea la del sur, norte o la del este de España, para disfrutar de unos días de descanso, y huir de la rutina y, sobre todo, del calor sofocante del interior. Sin embargo, existen muchos otros puntos de España que cuentan con un gran atractivo turístico, gracias al patrimonio que hay por todo el territorio español. Desde castillos, a murallas, catedrales, palacios o ruinas. En los pueblos españoles hay maravillas escondidas como el castillo de Peñafiel, situado en Valladolid, que es conocido por su museo del vino y por ser uno de los castillos más bonitos de España.

Su origen data del siglo X, momento en que comenzó a construirse. Sin embargo, su aspecto ha sufrido varias intervenciones durante los siglos XIV y XV que han permitido conservarlo hasta nuestros días, pero que han variado su apariencia. Aunque lo que no ha perdido es su esencia y su belleza, tanto es así que incluso en el año 1917 fue declarado Monumento Nacional. Su aspecto exterior es liso y tiene una única puerta. La torre del homenaje tiene una planta rectangular de más de 30 metros de altura y 14,5 x 20 de base y está flanqueada por dos patios. Además, ocho torres pequeñas coronan esta fortaleza que alberga tres plantas abovedadas y en su interior otras dos plantas con bóvedas de piedra.

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Ahora, se ha convertido también en punto imprescindible para el enoturismo, ya que forma parte de la ruta del vino de Ribera del Duero. Esto se debe principalmente a que en su interior tiene el Museo Provincial del vino situado en el patio sur que se encuentra dentro de sus murallas. El museo fue instalado en el año 1999 y desde entonces recibe aproximadamente 100.000 visitas al año.

Sin embargo, lo del vino llegó después. Peñafiel, en el siglo IX y X mandó construir este castillo con la idea de que sirviera de defensa del Duero, tanto para cristianos como para musulmanes. Además, eligió una posición estratégica, la fortaleza está ubicada en un valle desde el que se pueden ver los ríos Duero, Duratón y Botijas y que permitía también proteger a la población. Uno de los aspectos interesantes de este castillo es su nombre, dado que inicialmente se conocía a esta fortaleza como Peña Falcón. Pero tras la reconquista que llevó a cabo el conde castellano Sancho García, este decidió cambiarle el nombre por el de Peñafiel, después de pronunciar la frase “desde hoy en adelante esta será la peña más fiel de Castilla”.

Además, este castillo cuenta con una forma un tanto curiosa, dado que su figura recuerda a la de un barco. Sí, un barco. De esta manera, parece que la fortaleza bien podría echarse a navegar. Este hecho ha provocado que también se le conozca como el Duque de Castilla.

En el año 1442, en este castillo nació el príncipe de Viana, hijo de Juan II de Aragón y Blanca de Navarra. Sin embargo, el príncipe vivió diversas desgracias, su madre murió y se vio obligado a gobernar el reino con la segunda esposa de su padre. Y no solo eso, sino que en el reino comenzaron a surgir discrepancias y problemas que provocaron su división en dos grupos. Tras ello, el príncipe fue encarcelado y murió envenenado a los pocos meses.

En esta fortaleza también vivió el infante Don Juan Manuel, sobrino del rey Alfonso X el Sabido y nieto de Fernando III el Santo. Entre las paredes de este castillo, Don Juan Manuel escribió parte de su obra. Además, durante sus últimos años de vida se dedicó a la literatura e incluso se le considera el primer escritor peninsular con conciencia de autoría, así como el máximo representante de la prosa castellana del siglo XIV.

Existen distintas formas de llegar hasta el castillo de Peñafiel. Por un lado, es posible acudir en coche, ya que una vez en el pueblo (Peñafiel) aparecen múltiples señales que indican el camino. Aunque también es posible ir en autobús, dado que en fiestas señaladas, el castillo pone a disposición este vehículo de forma gratuita para los visitantes; o incluso andando, aunque es importe saber que para llegar hasta arriba hay que subir una empinada cuesta.

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