En 2017, Lieke Martens vivió un año de ensueño para cualquier futbolista. Primero, sus grandes prestaciones en el Rosengard sueco, que llevaron al FC Barcelona a prendarse de la neerlandesa y ficharla sin tiempo que perder. Después, la Eurocopa que ganó con Países Bajos, y como estrella indiscutible del torneo. Por último, y no menos importante, el premio The Best de la FIFA, que la convirtió en la mejor jugadora del planeta. A partir de entonces, la atacante ya no abandonaría la élite del balompié femenino: también fue subcampeona del mundo con su selección en 2019 y, cuatro años después, no ha perdido su puesto de honor en el combinado que se enfrentará a España en los cuartos de final mundialistas.
Podría decirse que la extremo neerlandesa, de 30 años, se consolidó en la cima gracias a su estancia en nuestro país. De hecho, varias de las rivales de Martens este viernes fueron, hasta 2022, sus compañeras de equipo, puesto que es bien sabida la trascendencia del Barça en el equipo nacional. Sin embargo, flota en el ambiente la sensación de que aquella etapa tan fructífera en lo deportivo no terminó nada bien fuera del terreno de juego.
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Es más: en el club azulgrana se vivió la salida de la que durante cinco temporadas fue una de sus máximas estrellas como una auténtica traición. Nadie habría podido imaginar que la etapa de Martens en la Ciudad Condal (un gol y dos asistencias en los cuatro partidos mundialistas disputados hasta la fecha) terminaría por la puerta de atrás. Pero es lo que ocurrió, generándose un malestar, a tenor de lo que ha declarado ella posteriormente, de esos que no se olvidan fácilmente.
Pieza clave en la primera Champions del Barça
Si nos ceñimos a lo futbolístico, a la de Nieuw-Bergen no pudieron salirle las cosas de forma más satisfactoria mientras jugó en tierras catalanas. Como culé, sus números fueron sobresalientes, salvo en el curso 2019-2020, cuando quedó lastrada por las lesiones. Especialmente notoria resultó la que sería su última temporada, cuando marcó 22 goles en 32 partidos: anotó 14 en dos campañas y 20 en otra.
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Eso sí, Martens pasó a la historia del Barça, sobre todo, por su contribución a la hora de conquistar la primera Champions femenina de la entidad, en 2021. Un hito sin el que no se entendería el que también fue el primer triplete del equipo femenino. Desde luego, su palmarés fue más que destacable en esa etapa, ya que a la Copa de Europa hay que añadir tres Ligas (de forma consecutiva), cuatro Copas de la Reina y dos Supercopas de España. “Elegí al Barça, entre otras cosas, porque siempre fui una gran seguidora. Me siento muy identificada con su manera de jugar debido al estilo que implementó Johan Cruyff, una leyenda que comparten mi país y el club”, llegó a proclamar con orgullo cuando ganó The Best.
Aun así, el periplo de Martens en Barcelona terminó de forma abrupta, y puede que con ese amor por los colores esfumándose por completo. Aunque su renovación estaba apalabrada, decidió dar marcha atrás y fichar por el PSG. ¿El motivo? Según informó El País, no quería estar tan lejos de su hoy marido, el portero Benjamin van Leer (con el que, por cierto, acaba de casarse en Málaga). Algo que acabó siendo capital para su marcha, tildada de “fake news” en un primer momento en el vestuario barcelonista (lo dijo Caroline Graham Hansen) tras ser adelantada por Le Parisien.
Cuando el Barça ya se había puesto manos a la obra para intentar que algún conjunto catalán o incluso el Andorra se hiciesen con los servicios del entonces novio de Martens, se dio de bruces con el portazo de esta. “Si es verdad que lo tiene cerrado desde febrero, lo hubiésemos preferido saber con más anticipación”, no escondían su enojo, a través del periódico español, desde las filas azulgranas. No menos amargo fue el sabor que le dejó el asunto a la protagonista, como reconoció tiempo después.
“Pude escoger, y no fue una decisión fácil ni inmediata. Lo hablé mucho con mi entorno. Después de doce años, quería tener a la familia más cerca”, declaró Martens a Mundo Deportivo cuando ya jugaba en París. En esa entrevista, no escatimó nada de dureza al sincerarse sobre su marcha: “La gente habla demasiado y repite que abandoné mi casa. Por mucho que lo fuera durante cinco años, mi hogar siempre estará en Holanda. No soy española, y lo di todo por el Barça. Creo que hice un buen trabajo, en una época especialmente histórica para el club. Que no me lo agradezcan es una lástima, pero no es mi problema. Mi carrera no ha acabado. Soy ambiciosa, y soy feliz en el PSG [...] Si fui tan importante en una final de Champions, me hubiera gustado sentirme igual de importante después”.
Se llegó a asegurar que la holandesa no había calado entre las líderes del vestuario del Barça. “La relación con las demás chicas fue fantástica”, trató de quitar hierro al asunto ella, añadiendo que mantenía el contacto con algunas de sus excompañeras. Un año después de que saltase la polémica, llega un duelo entre España y Países Bajos en busca de las semifinales de toda una Copa del Mundo. ¿La venganza soñada para Lieke Martens? Nunca se sabe.
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