España está registrando temperaturas históricas durante este verano, lo que impacta de lleno en el turismo. Pese a que se espera una llegada de viajeros récord, tras varios años marcados por la pandemia y las restricciones de movilidad, lo cierto es que se han producido ciertos cambios a la hora de elegir el destino vacacional. De esta forma, las consecutivas olas de calor que asolan nuestro país han empujado a los turistas a buscar lugares con temperaturas medias más bajas, lo que ha impulsado el número de visitantes de las zonas costeras del norte de España en detrimento de las del sur.
En junio de este año, el turismo nacional mostraba una recuperación mayor que el extranjero. Así, los viajeros españoles que decidían pasar sus vacaciones dentro de nuestras fronteras ascendían a 5,4 millones, superando así las cifras del mismo mes de año 2019, cuando se registraron 5,18 millones. Por su parte, el turismo extranjero ha consolidado su recuperación, aunque no ha conseguido superar las cifras prepandemia, según los datos del portal de análisis Datamania a partir de datos de empresas hoteleras.
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Una vez que los niveles de viajeros se han estabilizado, dejando atrás la debacle soportada por el sector turístico durante los años marcados por la pandemia, hay que tener en cuenta ciertos cambios de hábitos que se han producido durante este periodo, marcado por el auge del turismo rural tras el coronavirus, la subida de las temperaturas y el incremento de los precios.
En cuanto a temperaturas, el mes de junio de 2023 ha tenido una temperatura media de 21,1 grados, uno más que la media del periodo de referencia (1991-2020), lo que le ha convertido en el noveno mes de junio más cálido desde el comienzo de la serie histórica. Así, este aumento de las temperaturas, sumado a las olas de calor temporales que se han producido en nuestro país, han provocado que las provincias del norte de España, tradicionalmente más frescas, experimenten un incremento de viajeros de entre el 7% y el 19% con respecto a los registros de 2019, cambiando así el mapa tradicional del turismo en nuestro país.
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Así, según el mapa, La Coruña es la región que más crecimiento ha experimentado con respecto a sus viajeros de 2019, con un incremento del 19% en el número de viajeros. Otras regiones del norte, como es el caso de Lugo y Asturias, han presentado incrementos superiores al 10% con respecto a los viajeros que llegaban a estas zonas en junio de 2019. En esta misma línea, han aumentado entre un 5% y un 7% los turistas que han elegido Cantabria o País Vasco para estas vacaciones.
La Costa Brava y la Costa del sol, por debajo de los niveles de 2019
Desde la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), aseguran que conforme se elevan las temperaturas se encuentran con que “los hábitos de consumo respecto a las vacaciones pueden cambiar”. “Las olas de calor afectan directamente en el consumo del viajero; en cuándo acudir a la agencia y también respecto al tipo de producto que reserva”, remarca José Manuel Lastra, vicepresidente ejecutivo de CEAV.
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Algo que ya se traduce en los datos, ya que, regiones tradicionalmente más demandas por ese turismo de sol y playa se han quedado por debajo de las cifras prepandemia. Muy llamativo es el caso de Málaga, cuyo registro de viajeros es un 20% inferior a los de 2019. Del mismo modo, aunque con menores descensos, Valencia y la Costa Brava tampoco consiguen recuperar las cifras previas a la covid-19, manteniéndose hasta un 9% por debajo de los datos prepandemia. Sin embargo, las islas mantienen su tónica habitual, superando, en el caso de Baleares, en hasta un 12% las cifras de 2019 y en hasta un 7% en el caso de las Islas Canarias.
Mismo fenómeno a nivel Europeo
Las temperaturas cada vez más extremas que están viviendo España y el sur de Europa a causa del calentamiento global transformarán el turismo en los próximos años. “Empieza a haber una tendencia de que los viajeros europeos busquen en verano alternativas a los países mediterráneos del sur que, sin embargo, siguen siendo los destinos preferidos”, explica Eduardo Santander, director de la Comisión Europea de Viajes (ETC).
Los expertos prevén que en los próximos años se reduzcan los viajes en julio y agosto, pero a cambio se amplíe la temporada turística y aumenten las pernoctaciones en zonas de naturaleza; además, los destinos deberán adaptarse para ofrecer vegetación, sombras y agua a los turistas durante estos episodios.
La Comisión Europea de Viajes, una entidad que aglutina a 35 entes nacionales de turismo –incluido TurEspaña–, acaba de publicar una encuesta con datos de 10 países que muestra que el número de europeos dispuestos a viajar al área mediterránea de junio a noviembre ha caído un 10% respecto al año pasado; y que un 7,6% de los viajeros ven los fenómenos climáticos extremos como un motivo de preocupación para sus trayectos.
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