Cascais, Portugal, enviada especial
Oscuridad, soledad, una puesta de sol asombrosa, miedo, solidaridad, angustia, compañerismo... Así es como los jóvenes de diferentes clases sociales, religiones y nacionalidades ven el mundo actual. Y así lo han plasmado en un mural de más de tres kilómetros que concluía en la sede de Scholas Occurrentes en Cascais. Ha sido el Papa Francisco quien, bajo este lema de unión de todas las culturas como único camino para avanzar, ha dado el toque final.
Una obra de arte que él mismo ha calificado como “la capilla sixtina de la juventud” y que no concluye aquí, ya que gracias a la inteligencia artificial, la última pincelada trazada por el Santo Padre ha sido la primera del mural digital donde podrán participar jóvenes de todo el mundo.
Scholas Ocurrentes es uno de los proyectos más personales de un Papa que pone la necesidad de educar en el respeto y en la escucha de los demás, sin tener en cuenta sexo, raza o religión. “Scholas es un encuentro caminando. Todos. Del país que seas, de la religión que seas. Es mirar adelante y caminar juntos, y eso es constructivo, como los tres kilómetros y medio de mural que ustedes han hecho para llegar acá”, ha destacado Bergoglio.
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Y así se ha plasmado. El Santo Padre ha respondido a las preguntas de tres jóvenes. El primero, Paulo, perteneciente a la iglesia evangélica, ha querido trasmitir al Papa la importancia que ha tenido este mural para él. “La base de este trabajo nos permitió profundizar más en toda nuestra comunidad, conocernos más y canalizar todo eso en una sola pincelada” ha asegurado.
El segundo, Aladje, un joven musulmán que también ha participado en la creación de este mural, ha hecho hincapié en el sufrimiento, y como muchas personas, no saben salir de él. La respuesta de Bergoglio ha sido clara: las crisis son necesarias para el crecimiento y el aprendizaje de las personas, y como, al igual que cuando se cosecha el trigo y se pasa por una zaranda, se cribaba, las crisis hacen que las personas sepan separar lo bueno de lo malo.
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“Una vida sin crisis es una vida aséptica. ¿A vos te gusta tomar agua? Si yo te doy agua destilada, vas a decir que es un asco. El agua destilada es un agua sin crisis. Una vida sin crisis es como el agua destilada. No tiene sabor a nada. No sirve para nada sino para guardarla en el ropero y cerrar la puerta. Las crisis hay que asumirlas y resolverlas, porque quedarse en la crisis tampoco es bueno, porque es un suicidio continuo”, ha advertido.
“Vida entre dos mundos”
Por último, Mariana, una joven católica, ha sido la encargada de darle al Papa el pincel con el que concluye este proyecto denominado “Vida entre dos mundos”, que ha unido a 100 organizaciones de la comunidad de Cascais, y en el que han participado más de 2.000 personas, que en grupos de 5 a 10 crearon de manera colectiva 300 murales que fueron reunidos en una única obra. Y es que, la tecnología permite que esto no acabe aquí. La última pincelada del Santo Padre es el inicio de un nuevo mural en que participarán jóvenes de todo el mundo.
Apelando desde el inicio hasta el final del encuentro a que los jóvenes creen una comunidad basada en la ayuda, el respeto y la interacción entre las distintas culturas, el Papa se ha despedido pidiendo que le tengan en sus oraciones. “Rezad por mí, y si por el motivo que sea no rezáis, entonces mandadme buena onda” ha concluido entre risas.
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