Las vacaciones de verano son una ocasión habitual en la que los conductores toman el coche y ponen rumbo a sus destinos vacacionales. El gran número de desplazamientos obliga a la Dirección General de Tráfico a aumentar la presencia de controles policiales y radares, al tiempo en el que se ponen en marcha diferentes campañas de concienciación con el objetivo de educar a la población en algunas de las normas más básicas en cuanto a seguridad vial.
Los desplazamientos en estas fechas producen un aumento de la probabilidad de tener accidentes por no respetar las normas de tráfico o llevar a cabo imprudencias que pueden salir demasiado caras. Algunas de ellas pueden ser, por ejemplo, no respetar la distancia de seguridad, circular demasiado rápido en una carretera, superando el límite de velocidad permitido por la Dirección General de Tráfico o algunas actitudes de los usuarios que, al tiempo que incívicas, también suponen una violación de las normas de tráfico vigentes.
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Entre las actividades más incívicas, la Dirección General de Tráfico señala que una de las más habituales se corresponde con el arrojo de basura a la carretera. No es nada inusual ver a algunos conductores tirar por las ventanillas, papeles, envoltorios de golosinas o caramelos o colillas de cigarrillos.
Sobre esta última cuestión, el departamento responsable del normal desarrollo del tráfico en las carreteras españolas, la Dirección General de Tráfico, ha advertido a través de sus redes sociales algunas de las consecuencias de llevar a cabo este tipo de prácticas. La legislación considera que no son correctas y por las que se puede ser sancionado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Más allá de las sanciones económicas, administrativas o relacionadas con los puntos del permiso de conducir, la Dirección General de Tráfico hace especial énfasis en las consecuencias inmediatas que puede suponer que un conductor decida arrojar una colilla por la ventanilla de su vehículo a la carretera. Entre las principales consecuencias, señalan, está la puesta en peligro de otros usuarios de la carretera, aunque es imprescindible poner el foco, no tanto en los conductores de coches, sino en otros vehículos como las motos o las bicicletas, que se pueden ver afectados si reciben la colilla de la que otro usuario se ha deshecho.
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Además, en temporadas de verano, deshacerse de un cigarro ya fumado por medio de la ventanilla de un coche, puede provocar una gran tragedia forestal o de otro tipo, puesto que puede ser la causante del desarrollo de un fuego. Por otro lado, apunta la Dirección General de Tráfico, este tipo de actitudes, tan solo contribuyen a ensuciar las carreteras y cunetas españolas.
En relación con las principales consecuencias económicas y administrativas. Todos aquellos usuarios que lleven a cabo estas acciones, la Dirección General de Tráfico apunta a que el infractor que las perpetre se puede enfrentar a multas de hasta 200 euros y la retirada de hasta seis puntos del permiso de conducir.
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