El rey Juan Carlos se encuentra en la localidad gallega de Sanxenxo disfrutando de su gran pasión: la vela. El emérito participa en las regatas que se están celebrando este fin de semana en el municipio pontevedrés a bordo del Bribón, al que lleva años unido. Este deporte náutico ha vuelto a convertirse en el principal y único motivo por el que Juan Carlos ha regresado a España desde su exilio en Abu Dabi, y es que las tres veces que ha regresado ha sido por esta causa.
Con excepción de la princesa Leonor y la infanta Sofía, la vela es el deporte por excelencia ligado a la Familia Real y es que todos sus miembros han disfrutado de ella desde su más tierna infancia. El fundador de esta tradición es el propio Juan Carlos, quien ha dedicado muchos años de su vida a surcar los mares.
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Pero para él no se trata solo de una afición y es que tiene un pasado desconocido con la vela, ya que de su mano participó en unos Juegos Olímpicos. Fue en los del año 1972, celebrados en la ciudad alemana de Múnich, donde el Rey compitió junto al equipo español en la clase Dragon Open. Llegó bajo una gran expectación, no solo por su título, también porque se habría proclamado campeón de España en 1971 y 1972, en la clase dragón y a bordo del Fortuna.
Su entrenador, Ib Andersen contó en el libro El rey y el mar (RBA), del periodista Ignacio Gómez-Zarzuela, que el entonces no contaba “con mucha experiencia” pero que a cambio logró impresionarles “por su capacidad de concentración; en muy poco tiempo conducía el dragón tan bien o mejor que el mejor patrón de los otros barcos”.
Pese a que partía con cierta desventaja, pues el resto de equipos llevaba años trabajando juntos y preparándose, los representantes de España, con Juan Carlos a la cabeza, quedaron en una nada desdeñable 15ª posición de un total de 23.
Tradición familiar
Sin embargo, la tradición familiar de la vela comenzó antes. Este mismo deporte también llevó a la reina Sofía a los Juegos Olímpicos, concretamente en el año 1960 como suplente de la representación de Grecia. 32 años después, el turno fue del entonces príncipe Felipe, que se convirtió en deportista olímpico en Barcelona 92. En 1999, fue el turno de la infanta Cristina en Seúl, convirtiéndose en la primera mujer abanderada del equipo olímpico español.
Este mismo 2023, tanto Juan Carlos como Felipe VI vuelven a estar ligados a la vela. Mientras que el primero está en Sanxenxo, el monarca se está entrenando para participar en la 41ª Copa del Rey de Vela, que arranca oficialmente este sábado y celebrará su primera regata el lunes en la bahía de Palma.
Un año más, el monarca formará parte de esta competición náutica que supone uno de los pocos símbolos de continuismo entre el reinado de Juan Carlos I y el de su hijo. Y es que aunque Felipe ha querido desvincularse por completo de la sombra de su padre, la vela sigue siendo una tradición familiar que se mantiene. Al menos por ahora.
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