Las mayorías tras las elecciones generales del 23-J son ajustadas. La derecha, la noche del domingo, sumaba un total de 171 escaños, frente a los 172 que agrupaban el PSOE y Sumar con el apoyo de la anterior legislatura, lo que dejaba en manos Junts la victoria o el fracaso de la formación de un nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.
Con este escenario, Sánchez pretendía lograr la abstención del partido de Puigdemont y poder reeditar la coalición con Yolanda Díaz. Sin embargo, tras el recuento del voto CERA, la situación ha cambiado. En Madrid, el Partido Popular ha logrado un escaño más, robándole el asiento al Partido Socialista. Carlos García Adanero, que el pasado domingo no había logrado los votos suficientes para entrar en el Congreso de los Diputados como parlamentario popular, lo logró ayer gracias a la entrada en escena del voto del extranjero. Los populares lograron sumar más de 1.749 votos de diferencia con el PSOE en la capital, cayendo el diputado socialista en favor del PP.
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Con este cambio de asientos, las mayorías varían. Ahora la suma de votos del PP, Vox, UPN y Coalición Canaria agrupan un total de 172 representantes. Por otro lado, el bloque de izquierdas y las fuerzas nacionalistas e independentistas, es decir, PSOE, Sumar, PNV, ERC, BNG, EH Bildu anotan 171 diputados. Por lo que ni siquiera en la segunda votación de la investidura, en la que tan solo se necesita una mayoría simple, es decir, más síes que noes, Sánchez lograría la confianza de la cámara.
El papel de Junts, CC y el PNV, clave
La aritmética parlamentaria lleva a tres escenarios: el primero de ellos es el sí de Junts a Sánchez, una posición que, en principio, saldría más cara que una simple abstención. Con el sí de los independentistas catalanes, el PSOE sumaría un total de 178 votos, dos más que los necesarios para firmar la mayoría absoluta.
Otro de los escenarios posibles, aunque también complicado, sería que la izquierda lograra el sí de Coalición Canaria y, al mismo tiempo, la abstención de Junts Per Catalunya. Esta jugada a dos bandas también permitiría a Sánchez formar un nuevo Gobierno de coalición. No obstante, la representante canaria ya anunció que no apoyaría ningún Gobierno que supusiese la entrada o la colaboración con “la extrema izquierda, o la extrema derecha”, en referencia a Sumar y Vox, respectivamente.
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La tercera opción es la repetición electoral, ya que el Partido Nacionalista Vasco ha descartado por completo sentarse a negociar con Feijóo debido a sus pactos con la ultraderecha en las comunidades autónomas y ayuntamientos. La intención de los populares, en un principio, era agrupar los votos del PP, Vox, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y el PNV. Sus votos afirmativos serían 177, frente a la oposición de 173 votos del bloque de la investidura. Feijóo lograría la confianza de la cámara y podría formar Gobierno.
El fracaso de la investidura, tanto de Feijóo como de Sánchez, pondría en marcha el llamado ‘reloj de la democracia’, es decir. Desde el fracaso de la segunda votación de investidura, los plazos se ponen en marcha. Los grupos parlamentarios tienen dos meses para agrupar una mayoría –simple o absoluta– y lograr investir a un nuevo presidente del Gobierno.
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