La reforma del lujoso hotel Palace de Madrid ya ha comenzado. La renovación incluirá todas las habitaciones (tiene 470), las áreas comunes, las salas de reuniones, el ‘fitness center’ y contará con una sorpresa gastronómica en la zona conocida como ‘la Rotonda’, donde ya hay un restaurante del mismo nombre en la zona central del hotel bajo su emblemática cúpula. El prestigioso estudio de arquitectos Ruiz-Larrea dirige el proyecto, con el apoyo del diseñador de interiores Lázaro Rosa-Violán. Uno de los secretos mejor guardados es el precio de las obras.
Los trabajos comenzaron en mayo con total discreción y teniendo en cuenta una premisa primordial: el edificio es Bien de Interés Cultural (BIC), es decir, tiene la máxima protección y la categoría de monumento, por lo que la estructura del edificio debe ser respetada. Cuenta con el mismo grado de protección que el Palacio Real o la Iglesia de la Almudena. Debido, además, a su tamaño (6.000 metros cuadrados y seis plantas sobre rasante y tres subterráneas) se va a realizar una actuación integral por fases. No hay que olvidar que el edificio ocupa una manzana completa justo enfrente de la glorieta de Neptuno y al lado del Congreso de los Diputados.
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La parte principal de la remodelación va a consistir en las 470 habitaciones con el objetivo de combinar lujo, confort y calidad. Por otro lado, el equipo de arquitectos trabajará en las zonas comunes, en la zona de acceso y en la famosa ‘rotonda’, la parte más apreciada del hotel desde donde se puede contemplar la cúpula de vidrio tintado que confiere a este espacio una iluminación especial. El hotel ya cuenta con tres restaurantes: ‘La Rotonda’, ‘Galería Asia’ y ‘Green T Sushi Bar’ (estos dos últimos gestionados por empresas externas al hotel). El proyecto conlleva una propuesta gastronómica nueva en la zona de la rotonda. Una sorpresa de la que de momento no se desvela nada. “El hotel introducirá nuevos conceptos de restauración a la amplia y rica oferta gastronómica de Madrid”, se limitan a decir desde el Palace.
El objetivo de todas estas actuaciones es conseguir que el Palace se integre en ‘The Luxury Collection’, una de las marcas más prestigiosas a nivel internacional y la enseña de edificios icónicos del operador hotelero estadounidense Marriot. El propietario del inmueble es el fondo Archer Hotel Group (participado por el fondo soberano de Singapur GIC y el fondo de pensiones holandés APG) y Marriot es quien gestiona el complejo. Así, tras las obras, el Palace dejará de llevar el sello Westin para sumarse a ‘The Luxury Collection’.
Las obras, que está previsto que duren 14 meses, no van a provocar el cierre del hotel, por eso la actuación se realiza por fases. Los arquitectos han decidido comenzar por las habitaciones situadas en la esquina de la calle Medinaceli con Cervantes. Al tratarse de un edificio protegido, incluida obviamente la fachada, el proyecto ha necesitado de un visado previo por los técnicos del Ayuntamiento para determinar qué elementos del hotel son susceptibles de cambios. El Palace tiene una gran variedad de tipologías en habitaciones, por ejemplo. El objetivo es introducir elementos de sostenibilidad medioambiental y es previsible que los patios interiores cuenten con jardines verticales
Uno de los trabajos más delicados será la restauración de la cúpula. El hotel fue abierto en 1912 y la Casa Maumejean, una prestigiosa firma familiar de varias generaciones que trabaja desde el siglo XIX realizando vidrieras artísticas, fue la que se encargó de esta parte del hotel que constituye su principal patrimonio. “El resultado será un hotel que eleve la rica historia y el legado del edificio, ofreciendo al mismo tiempo una experiencia de lujo contemporáneo con una fuerte identidad”, señalan desde el Palace.
Con una ubicación privilegiada en el corazón de la capital, dentro de la zona denominada ‘Paisaje de la Luz’, recientemente declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Palace fue el hotel moderno más grande de Europa cuando abrió sus puertas en 1912. Fue el primer hotel que contó con cuarto de baño y teléfono en cada una de sus habitaciones. A lo largo de sus 110 años de historia, sus libros de registro recogen la estancia de algunos de los huéspedes más ilustres, desde artistas como Dalí (que pintó una de las paredes de la habitación donde se alojó) o Picasso, a estrellas de Hollywood como Ava Gardner u Orson Welles, Bruce Springsteen y Antonio Banderas, así como algunos de los científicos más reconocidos, como Albert Einstein y Marie Curie a principios de la década de 1920. Años más tarde sería el centro de mando para desarticular el fallido golpe de estado del 23-F o protagonista de las icónicas fotografías de la celebración de la primera victoria electoral de Felipe González.
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