La caída de los precios del petróleo ha impactado de lleno en las cuentas de Repsol, reduciendo un 44% su beneficio del primer semestre hasta los 1.420 millones de euros. Pese a esta gran caída en sus ganancias -algo que no se producía desde que tras el Covid-19 comenzó la escalada de los precios energéticos- la petrolera ha vuelto a pisar el acelerador con su política de retribución al accionista, disparando el dividendo a través de la recompra y amortización de acciones.
Según el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía española ha acusado una primera mitad del año marcada por el lento crecimiento de la economía mundial, así como por las decisiones en política monetaria y las tensiones internacionales derivadas de la guerra en Ucrania y un contexto de incertidumbre e inflación global.
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Sin embargo, al inicio de este año ya se vislumbraba el inicio de la normalización de los precios: entre enero y junio los márgenes de refino cayeron un 29%, los precios del crudo Brent descendieron un 26% y el referente estadounidense de gas, el Henry Hub, se desplomó un 54%. En esta “nueva normalidad” energética, después de un convulso 2022, la compañía destacó que su buen desempeño “refleja la robustez de su plan estratégico 2021-2025 y de su modelo integrado, que se ha materializado en unos sólidos resultados”.
El resultado neto ajustado de Repsol hasta junio, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 2.718 millones de euros, casi un 15,7% menos que hace un año. “Estamos obteniendo de forma constante resultados sólidos en entornos retadores, mientras seguimos transformando la compañía y construyendo una oferta multienergética única que facilita una transición justa a nuestros clientes”, destacó el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
Dividendo
Pese a este traspié en sus cuentas, el grupo ha vuelto a acelerar en sus objetivos de retribución a los accionistas y de aprovechar oportunidades de inversión y crecimiento. Así, tras el abono este mes de un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción que, unido a la retribución pagada en enero, situó el dividendo en efectivo del año en 0,70 euros brutos por acción, un 11% más que en el ejercicio anterior, Repsol ha decidido proseguir con sus programas de recompra de acciones, una manera de complementar esa retribución a sus accionistas.
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De esta manera, la energética ha aprobado una nueva reducción de capital mediante la amortización de 60 millones de acciones propias, que se sumará a los 50 millones de acciones canceladas en junio. Esta combinación de dividendos y reducción de capital supondrá en 2023 la distribución de cerca de 2.400 millones de euros a los accionistas. Al cierre del presente año, el grupo habrá reducido su capital social en un 20% respecto al existente a diciembre de 2021, muy por encima del objetivo establecido por el plan estratégico 2021-2025.
En lo que respecta a la deuda neta de la compañía, se situó al final del periodo en 797 millones de euros, un 9% por debajo del cierre de marzo y un 65% inferior a la del 31 de diciembre de 2022. La liquidez alcanzó 11.441 millones, suficiente para cubrir cerca de seis veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
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