Traspasando las fronteras de la península, las islas Baleares y Canarias conforman un pedacito de paraíso en mitad del Mediterráneo y océano Atlántico. Durante todo el año, y sobre todo el verano, son uno de los destinos favoritos para disfrutar de una naturaleza impecable y unas vacaciones inolvidables. En el caso de Canarias, gracias a su exclusiva orografía volcánica, permite disfrutar de parajes naturales únicos. De todos ellos, cobran gran importancia sus playas vírgenes y paradisíacas, pero también sus impresionantes cumbres y lenguas de lava.
Por si esto fuera poco, el archipiélago canario guarda un rincón mágico que es digno de admirar si se tiene la oportunidad. Estamos hablando de La Graciosa, la octava isla de las islas Canarias, la cual esconde uno de los paisajes más salvajes y vírgenes de nuestro país, solo interrumpido por un pequeño núcleo de población: Caleta del Sebo. De hecho, no tiene carreteras asfaltadas y solo cuenta con unos 700 habitantes (INE 2022). A esto se le suma un rico y espectacular fondo marino enmarcado dentro de la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo.
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Playas paradisíacas y un volcán
La isla de La Graciosa es un tesoro. Toda ella invita a relajarse disfrutando de un patrimonio natural y paisajístico que tiene su máximo exponente es sus bellas playas. Son su principal atractivo gracias a su carácter virgen y su arena blanca y agua turquesa. Sorprende que, siendo una isla tan pequeña, cuente con un gran abanico de arenales donde poder relajarse y tomar el sol. Destacan aquellas solitarias y de aguas tranquilas, ideales para practicar esnórquel, y otras en las que la naturaleza domina la imagen, creando un hipnótico contraste de arena blanca, dorada y roca volcánica.
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Por otro lado, al no haber carreteras, una de las actividades más recomendadas y populares es recorrer la isla en bicicleta. Además de ser un transporte respetuoso con el entorno, su llana orografía permite descubrir sus bellos rincones pedaleando sin apenas dificultad. De esta forma, se puede disfrutar de playas como La Francesa, La Cocina, Las Conchas, Ámbar, La Laja y El Salado, catalogadas como las mejores de la isla por el portal turístico holaislascanarias.com.
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Por su parte, también se pueden realizar rutas a pie por senderos que recorren gran parte de un territorio dominado por austeros paisajes volcánicos. Al igual que ocurre con los ciclistas, los senderistas también deben evitar salir de los caminos señalizados para no dañar este frágil y valioso ecosistema. Las cuatro principales rutas de senderismo nos llevan a las playas paradisiacas y otros lugares interesantes de la isla que seguro a nadie dejarán indiferentes.
Así, destaca el camino que lleva al viajero hasta el volcán de Montaña Amarilla. Parte desde Caleta del Sebo y es el mejor camino para acceder a las playas míticas de El Salado, La Francesa y La Cocina. De hecho, esta última es una de las calas más especiales de la isla, pues el color de sus aguas esmeralda contrastan a la perfección con los tonos amarillos y ocres de la montaña. Al volcán se llega después de unos 30 minutos o una hora y media, dependiendo de las paradas que se hagan para disfrutar del bello paisaje.
Un paseo en barco
Otra de las actividades que el viajero debe realizar (si puede), es un hermoso paseo en barco a través de la costa de la isla. Así, La Graciosa se muestra imponente desde otra perspectiva, permitiendo disfrutar de una experiencia inolvidable. Son numerosas las empresas que organizan la excursión desde Lanzarote, aunque también parten barcos desde Caleta del Sebo. Durante el trayecto, se pueden observar el volcán de Montaña Amarilla y numerosas playas, pero también los islotes que forman junto a La Graciosa el Archipiélago Chinijo: Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste (llamado también Roque del Infierno).
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Por otro lado, los más intrépidos y amantes de la fauna marina, se pueden sumergir y bucear en la mayor reserva marina de Europa. La Graciosa, junto a los islotes del norte de Lanzarote, pertenece a una de las tres Reservas Marinas de las Islas Canarias. Esto hace que la isla esté completamente protegida, brindando una experiencia submarina única gracias a sus fondos abruptos y abundantes túneles y cuevas. No obstante, para aquellos inexpertos o que no se atrevan a bucear en mar abierto, algunas playas de la isla, son ideales para practicar esnórquel.
Cómo llegar hasta la isla de La Graciosa
La única forma de llegar a La Graciosa es en barco. El trayecto tiene una duración de aproximadamente 30 minutos y sale desde Lanzarote, más concretamente desde el puerto de Órzola, y desembarca en Caleta del Sebo. Existen varias compañías de ferries que ofrecen este servicio, haciendo varios viajes diarios.
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