Valencia suma 12 noches tórridas en julio, el triple que las registradas en 50 años: ¿cómo nos influye el calor?

Valencia ha registrado este mes de julio 12 noches tórridas consecutivas, con temperaturas que no bajan de los 25 grados, lo que supone un récord histórico. Esa cifra es el triple que las registradas entre 1940 y 1989 y las mismas que en el decenio 1990-1999, según informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que advierte que desde el año 2003 estas noches se han hecho mucho más frecuentes en España.

“Hace un par de años nos fijábamos en el término ‘noche tropical’, que es cuando la mínima no baja de 20 grados, pero hemos tenido que elevar el listón a 25 grados para las estadísticas porque últimamente el número de noches tropicales era de más de 90. El año pasado, por ejemplo, se superaron las 100″, dice a Infobae España José Ángel Núñez, jefe del área de Climatología de la Aemet en la Comunidad Valenciana.

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Cuando se superan los 25 grados nuestro cuerpo tiene más dificultades para regular su propio calor y mantener una temperatura interna adecuada y en Valencia, al igual que otras zonas del Mediterráneo, se complica aún más por la alta humedad y escaso viento, lo cual dificulta conciliar el sueño.

“Hay una correlación muy alta entre la temperatura del agua del mar y las noches cálidas en el Mediterráneo y este año está muy cálido, sobre todo cerca del litoral. La boya de Valencia de puertos del Estado ha superado este mes varias veces el récord de temperatura más alta del agua del mar en un mes de julio”, explica Núñez. Esa temperatura tan alta del mar y el viento de levante que ha predominado en las últimas semanas es uno de los factores que ha dado lugar a que las noches sean “extremadamente cálidas y no sólo en Valencia, sino en toda las ciudades costeras e incluso de interior”, añade.

Desde la Aemet indican que tras el ligero descenso de temperaturas de este martes, “es probable que vuelva a haber un repunte a partir del viernes”, por lo que volverá a haber noches tórridas en los próximos días.

Las altas temperaturas, y más aún cuando se prolongan en el tiempo, pueden aumentar cualquier tipo de malestar como la depresión o la ansiedad, explica a este medio la psicóloga Rosana Pereira, de Haztúa Psicología Positiva. “Cualquier tipo de trastorno de la salud mental se ve agravado con el calor”, indica, hasta tal punto que incluso hay estudios que relacionan las olas de calor con un aumento de la agresividad y de las visitas a urgencias por temas de salud mental.

“El calor nos cambia el humor, las ganas de estar rodeados de gente y todo nos sienta mal, sobre todo cuando no hemos dormido a consecuencia de esas altas temperaturas”, añade la experta.

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El calor no solo dificulta quedarnos dormidos, sino que también se altera el ciclo del sueño, lo que hace que pasemos menos tiempo en las fases más reparadoras y eso reduce la calidad del descanso. También puede provocar una deshidratación, porque al sudar más por la noche, se pierden líquidos y electrolitos que son claves para el correcto funcionamiento del organismo.

El uso de ventiladores o aire acondicionado en la habitación ayudan a mantener fresco el ambiente, aunque si no se dispone de ellos también hay otras medidas que ayudan a sobrellevar el calor, como elegir prendas ligeras y transpirables para dormir o una ropa de cama adecuada con tejidos como algodón o lino.

También es fundamental hidratarse durante el día y tener cerca una botella de agua durante la noche, así como cenar ligero que nos ayude a refrescarnos. Por último, darnos una ducha de agua fría o templada antes de acostarnos puede ayudarnos a descansar mejor en las noches más cálidas.

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