¿Por qué han condenado a Juan Muñoz, marido de Ana Rosa? Grabó a un abogado tomando cocaína para chantajearlo

La Audiencia Nacional solo le ha condenado a tres meses de prisión por colaborar en la investigación y porque nunca llegó a utilizar el material comprometido que consiguió contra un exsocio

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Juan Muñoz, mardio de Ana Rosa Quintana, ha sido condenado a tres meses de cárcel por su implicación en el caso Villarejo

Juan Muñoz Támara, marido de la presentadora Ana Rosa Quintana, ha sido condenado a tres meses de prisión (con esta pena no pisará ningún centro penitenciario) por su implicación en una de las piezas del ‘caso Tándem’ (más conocido como el ‘caso Villarejo’), que consistió en intentar chantajear al abogado de un exsocio que les debía dinero. Tras pactar con la Fiscalía y colaborar con la investigación, no ha sido condenado por el delito de extorsión ya que nunca usó el material comprometedor que llegó a conseguir.

Todo comienza en 2016, cuando Juan Muñoz y su hermano Fernando, ambos empresarios residentes en Sevilla, intentaron que un exsocio suyo, Mateo Martín Navarro, “modificara su estrategia procesal” en un procedimiento judicial que se ha había abierto precisamente contra Mateo Martín, Fernando Muñoz y el padre de este último (es decir, el cuñado y el suegro de Ana Rosa Quintana).

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Mateo Martín se había declarado insolvente después de que la Agencia Tributaria les reclamase a los tres un millón y medio de euros, por lo que toda la actuación de Hacienda se estaba dirigiendo exclusivamente contra Fernando Muñoz y su padre. Los Muñoz acusaban a Mateo Martín de ocultar parte de su patrimonio para eludir hacerse cargo de la deuda que le correspondía. Los Muñoz recurrieron primero a la vía legal para tratar de recuperar lo que, según ellos, era su dinero. Pero fracasaron.

Los Muñoz echaban sobre todo la culpa al abogado que había contratado su exsocio, Francisco Javier de Urquía Peña. En enero de 2017, dado que la situación se enquistaba para los Muñoz, Juan Muñoz (hermano e hijo de los acusados en el proceso penal abierto por fraude fiscal) les recomendó que contrataran los servicios de un comisario de Policía Nacional que podía ayudarles, José Manuel Villarejo. ¿Con qué objetivo? Que este último “les proporcionara información sensible” sobre Mateo Martín y su letrado.

El comisario jubilado José Manuel Villarejo, en su comparecencia en la Comisión del Congreso que investiga la 'operación Kitchen', en octubre de 2021 (Eduardo Parra - Europa Press)
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, en su comparecencia en la Comisión del Congreso que investiga la 'operación Kitchen', en octubre de 2021 (Eduardo Parra - Europa Press)

Los Muñoz querían conseguir esa información comprometedora de Mateo Martín y su abogado para “presionarlos” y lograr así cerrar un acuerdo ventajoso para ellos. El marido de Ana Rosa tenía información de que Fernando Javier de Urquía Peña, el letrado de su exsocio, era adicto a la cocaína y podrían obtenerse imágenes de este consumiendo dicha droga “para poder intimidarlo con la exhibición de las mismas entre sus familiares, o con su difusión pública a través del canal internet Youtube”, según reza el auto de la Audiencia Nacional.

Al parecer, según la sentencia, ya existía un vídeo que comprometía a Fernando Javier de Urquía, grabado en 2006 por encargo de un conocido traficante de armas, Monzer al-Kassar, conocido como el ‘Príncipe de Marbella’, cuando De Urquía era juez y tenía abierta una causa contra el traficante. “En dicho video, al parecer, aparecía Francisco Javier de Urquía Peña consumiendo cocaína acompañado por dos mujeres ataviadas con prendas de lencería”.

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Esta grabación fue exhibida en una reunión celebrada el 7 de marzo de 2017 en la sede Cenyt (empresa de Villarejo), en la que estaban presentes los hermanos Muñoz, su abogado, Villarejo y un socio de este último. Los Muñoz se llevaron una copia. La investigación ha acreditado que los Muñoz pagaron inicialmente 20.000 euros a la organización del comisario, precio que se abonó en efectivo. Era un primera adelanto de una operación que costaría entre 150.000 o 200.000 euros. “Menos no se cobra por esos curros, porque si te pillan te comes cuatro años por revelación de secretos”, afirmaba Villarejo en una conversación grabada por él mismo.

Villarejo y su equipo (un grupo de detectives) siguieron a Mateo Martín y a su esposa y al abogado De Urquía, recabaron de ellos información de “bases de datos policiales de carácter restringido”, e incluso llegaron a tener acceso a sus correos electrónicos. Los detectives que trabajaban para Villarejo grabaron en abril de 2017 con una cámara oculta un video de Francisco Javier de Urquía Peña “mientras se encontraba en el baño de caballeros del establecimiento ‘Living Room’ de Marbella manteniendo una conversación telefónica profesional mientras consumía cocaína”.

Catorce procesados

En esta pieza, el juez finalmente procesó a 14 personas por los delitos de extorsión y revelación de secretos, entre ellos a Villarejo, su hijo, los Muñoz, varios abogados y a un grupo de detectives subcontratados para estas tareas de espionaje. Según el auto de la sentencia hecho público esta semana, los Muñoz nunca llegaron a usar el material comprometedor obtenido contra su exsocio. Finalmente Juan y Fernando Muñoz han sido condenados a tres meses de prisión y a una “multa de tres meses con una cuota diaria de 100 euros” tras pactar con la Fiscalía un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Han sido absueltos del delito de extorsión. Los Muñoz también han indemnizado con 5.000 euros a Mateo Martín.

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