El pueblo de Portugal al borde de un acantilado que tiene una piscina natural en la playa

La localidad cuenta con una de las vistas más impresionantes del país luso

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Estes pequeño pueblo de Sintra, que es uno de los más especiales de la región: cuenta con una piscina natural en uno de sus márgenes

En la variedad paisajística que tiene Portugal es donde reside parte de su encanto. A lo largo de su geografía, el viajero puede encontrar playas kilométricas, rutas en mitad de la montaña, multitud de piscinas naturales y acantilados tan característicos como los de la costa del Algarve. No obstante, más allá de sus atractivos típicos y más conocidos, el país luso es hogar también de los parajes y destinos más insospechados. Así, se pueden encontrar rincones mágicos que normalmente se pasan por alto, pero que son todos una delicia visual.

En este sentido, destaca un pequeño pueblo de Sintra, que es uno de los más especiales de la región. Estamos hablando de Azenhas do Mar, una localidad costera incrustada en la pared de un acantilado. Su estampa muestra cómo las casas, de un color blanco satinado, caen por la pared del acantilado, para descansar sobre una playa. Este arenal es uno de los más bonitos del país, y además cuenta con una piscina natural en uno de sus márgenes.

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Una piscina natural en la playa

El nombre de Azenhas do Mar, significa en castellano ‘molinos de agua de mar’, y procede de una poderosa corriente marina que movía los molinos en su camino hacia el mar. Y es que, esta bella localidad ha estado siempre ligada a la pesca y al mar. Tal es su belleza, que durante el siglo XX, muchas familias adineradas de Lisboa y Sintra establecieron en esta villa sus casas de verano. No obstante, el núcleo central está formado por viviendas típicamente pesqueras que se deslizan por el acantilado.

Azenhas do Mar, en Portugal.
Azenhas do Mar, en Portugal.

Sin duda, el mayor atractivo es su pintoresca playa, pero sobre todo la piscina natural que se ha habilitado. El mar es el encargado de llenarla en un vaivén constante de las olas. Además, debido a la disposición de la playa, de apenas 30 metros de largo, es el único lugar donde el viajero se puede dar un chapuzón con la marea alta, pues la playa desaparece. Asimismo, es recomendable degustar uno de los muchos pescados que tiene el restaurante próximo a ella.

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Por otro lado, la estampa que crea el pueblo sobre el acantilado y la playa es imperdible. Esta vista es una de las más espectaculares de Portugal y se puede disfrutar de ella desde el mirador habilitado. Este se encuentra justo antes de llegar al pueblo y cuenta con un aparcamiento donde poder estacionar el coche. Para completar la visita, el viajero puede perderse por las empinadas calles del pueblo y disfrutar de la esencia marinera del país luso.

Cómo llegar

Su proximidad con Lisboa hace que sea un destino perfecto para visitar si se está en la capital portuguesa. Pues desde la ciudad, el viaje tiene una duración aproximada de 45 minutos por la carretera A37. Por su parte, desde Sintra el trayecto es de apenas 15 minutos por la vía N247.

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