Las negociaciones para formar gobierno en Murcia y en Aragón se quedaron en stand-by la semana previa al domingo electoral. Pero los resultados electorales han trastocado el equilibrio de fuerzas entre el PP y Vox, por lo que las negociaciones no se retoman donde se quedaron. El batacazo del PP, hostigado por sus propias expectativas, ha abocado al partido a una peor posición para pedir un gobierno en solitario. Por su parte, Vox ya no tiene ningún impedimento, ni horizonte complicado, para poner sus exigencias encima de la mesa.
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La situación es paradójica, ya que el PP de Murcia ha ganado votos respecto a las generales de 2019 (118.129), mientras que Vox los ha perdido (36.959). Es más, Vox ha pasado de ser el partido más votado a una tercera posición. Y, en comparación con el 28-M, este domingo López Miras también habría ganado votos (20.428), al igual, en este caso, que Vox, que ha sumado 43.935 respecto a las autonómicas y municipales. Pero estos números pierden peso sin unas elecciones a la vista, y sin tener que hacer equilibrios con las negociaciones a nivel nacional. En este caso, lo que más teme el PP de Murcia es una repetición electoral, que se podría dar si no llega a un acuerdo de investidura con Vox antes del 7 de septiembre.
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Este lunes, López Miras se ha decantado por marcar distancias con la extrema derecha reseñando sus resultados del 23-J en Murcia: “Aquellos que han estado bloqueando el gobierno han pasado de ser primera fuerza política a tercera”, aseveró el candidato a revalidar el gobierno, que instó al partido de Abascal a “replantearse la estrategia”. Tras fijar esta posición, convocó a Vox a una reunión este miércoles para intentar volver a llegar a un acuerdo tras dos investiduras preelectorales bloqueadas. La respuesta de Vox no ha tardado en llegar, acompañada de un mensaje claro: no se reunirá con Miras para negociar un gobierno que no sea de coalición.
Además, en Murcia hay unos antecedentes que tensan el acuerdo entre los dos partidos: Vox expulsó a tres diputados autonómicos por una disputa interna con la dirección nacional en el año 2020. Un año después, López Miras alcanzó un acuerdo con ellos que evitó que saliese mal parado de una moción de censura presentada en marzo de 2021 por PSOE y Ciudadanos. Como parte del pacto, introdujo a uno de ellos en el gobierno, a la diputada Mabel Campuzano, aunque la acabó censando en enero de este año, a pocos meses de las elecciones.
Aragón, un camino más fácil
El camino parece más sencillo en Aragón, donde las negociaciones se quedaron en un segundo plano respecto a las de otras comunidades. La situación no es como en Murcia, donde PP y Vox no tienen buenos recuerdos juntos. De hecho, en Aragón los partidos separan las acusaciones durante la última campaña electoral del acuerdo al que han de llegar antes del 20 de agosto para conformar el nuevo Ejecutivo.
“No nos van a ver equivocados en quiénes son nuestros aliados y quienes nuestros adversarios”, apuntó el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, al ser preguntado al respecto. Además, dio una pista sobre cómo van las relaciones en esta comunidad autónoma: “Una cosa es señalar al PP como los responsables de truncar la alternativa en España y otra es dar respuesta a los compatriotas en Aragón”.
Hay una diferencia más respecto a Murcia. López Miras se quedó a dos escaños de la mayoría absoluta, y suma más diputados que la izquierda. Sin embargo, en Aragón el PP sacó 28 escaños de los 37 necesarios, por lo que necesita los ‘síes’ de Vox.
En cuanto a sus últimos resultados, el PP los mejoró respecto a 2019, al sumar 42.309 votos. Y también en comparación al 28M, con 24.958 papeletas más. Por su parte, Vox los empeoró respecto a hace cuatro años, al perder 15.049 votos, pero sumó 30.210 papeletas respecto a las autonómicas y municipales. En cualquier caso, son unos resultados que no serán condicionantes en las negociaciones, pero quizás sí en un eventual gobierno de coalición.
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