La escasez de sandías y melones en España ha provocado que muchos proveedores acudan a terceros países, como Marruecos, para surtirse de esta fruta del verano. Sin embargo, muchos de estos lugares que quedan fuera de la Unión Europea no cumplen las normas fitosanitarias que se establecen en España para el tratamiento de los cultivos, según advierten las asociaciones agrarias.
La primera alerta ha saltado con unas sandias que superan por mucho los niveles del pesticida Metomilo. Lo hacen en una proporción de 0.38+/-0.19 mg/kg - ppm, cuando el Límite Máximo de Residuos para esta sustancias es de 0.015 mg/kg - ppm.
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El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), dependiente de la Comisión Europea, emitió este aviso sobre la entrada en España de un lote de sandías procedentes de Marruecos con un alto nivel de este pesticida, que puede resultar muy nocivo para la salud. El aviso es considerado por la autoridad europea como “serio”, el nivel más alto.
El sistema europeo califica la incidencia de “grave” y remite a las agencias nacionales la investigación del caso y la distribución de la que han sido objeto las sandías afectadas. En el caso de España, la encargada de gestionar los avisos de la RASFF es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente de los ministerios tanto de Consumo como de Sanidad, que se encarga a su vez de comunicar a las distintas entidades autonómicas las órdenes de retirada.
Alerta en toda Europa
A pesar de localizar estas sandias en el control de la frontera españolar y bloquear su paso, la Comisión Europea ha enviado el aviso para advertir al resto de países europeos. En el informe, se especifica que Francia ya ha tomado medidas al respecto.
Efectos del consumo de alimentos con este pesticida
El metomilo puede tener consecuencias graves en algunos casos si entra en contacto con el organismo a través de alimentos que han recibido este pesticida en cantidades superiores a las permitidas. Los síntomas de intoxicación por esta sustancia son dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sudoración excesiva, temblores, debilidad muscular y visión borrosa.
La mezcla del metomilo con el consumo de alcohol, puede impactar en el sistema nervioso central y periférico, y puede llegar a provocar fallos renales.
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