El Grand Prix del Verano vuelve a La 1 este lunes 24 de julio con una renovada versión que mantendrá algunos aspectos de la esencia del formato, como los juegos más recordados, la sintonía o la figura de Ramón García como maestro de ceremonias.
El vasco asume este reto con la emoción y alegría de haber materializado al fin una vuelta que él nunca había dejado de intentar. “Desde que se terminó el Grand Prix, siempre hemos estado con la idea de que volviese. Teníamos muy claro que tenía una larga vida, pero hubo un impasse de tiempo en el que los grandes programas de entretenimiento desaparecieron de la televisión en España”, afirmaba a Infobae España y el resto de medios con los que charló en la presentación del concurso.
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“Aparcamos el proyecto porque no salía, pero al final conocí a Ibai, que vio de niño el Grand Prix, y estuvimos a punto de hacerlo juntos, pero por circunstancias no salió. Estábamos a punto de hacerlo en otro sitio y llegó la llamada de TVE, estamos encantados porque esta es la casa natural de este programa”, revela.
Pese a la ilusión con la que afronta este proyecto, Ramontxu reconoce que hay algunos miedos que le asaltan ante el estreno de la nueva versión del formato: “¿En 2023 la gente joven se va a sentar a ver a un tío canoso, medio calvo, corriendo con dos chicas y con unas cosas disfrazadas? ¿Estamos locos? Porque por no haber, no hay ni vaquilla”, expresa en tono de broma.
“La vaquilla es una pérdida grande de retener espectadores, sobre todo en las zonas rurales, que es donde se ve mucho el Grand Prix”, aseguraba el presentador, que confiesa que le preocupa especialmente “cómo lo acogerá la gente joven y si no defraudaremos a los espectadores veteranos”.
El bilbaíno no ha podido evitar emocionarse al ver imágenes del antiguo Grand Prix, un programa que le granjeó uno de los mayores éxitos de su carrera televisiva. “Yo soy de lágrima fácil. Cuando ves las imágenes, te empiezan a venir recuerdos y todas las cosas se agolpan, me acuerdo de los compañeros que ya no están, en ese recorrido he sido padre y cuando hablo de mis hijas me emociono mucho”, explica.
Sus hijas no han querido perderse este momento histórico que los espectadores más nostálgicos llevaban tiempo reclamando. Y es que las dos visitarán el plató durante las grabaciones y recrearán una fotografía muy especial que Ramón se tomó junto a su primogénita en el antiguo estudio del concurso. “Natalia, la mayor, tenía dos años cuando hice el Grand Prix y Verónica no había nacido. Estoy emocionado con que vengan y vean a su padre trabajar, aunque para ellas es normal, me ven por la tele y les da igual”, relata.
El presentador se muestra encantado de poder volver a liderar un gran formato de entretenimiento: “La tele no es gente hablando, eso es la radio. A mí me gusta hacer espectáculo”, espeta. Además, asegura que la televisión que triunfaba en los 90, con formatos como el propio Grand Prix o ¿Qué apostamos?, ya no pasa “el filtro de los presupuestos”.
Ramón compaginará esta nueva etapa en su carrera con su papel al frente de En compañía, el programa que presenta en la autonómica manchega y que le encantaría llevar a la televisión nacional. “Sería un bombazo”, afirma. “Con 61 ‘palos’ que tengo, el año que viene cumplo 40 de profesión y voy feliz a Toledo porque sé que voy a ayudar a alguien de verdad a acabar con la soledad, que esta es la pandemia real”, sentencia.
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