Resultados de las elecciones generales de España del 23-J: escrutinio completo de los votos

Este domingo 23 de julio, España aspiraba a tener un nuevo presidente del Gobierno, pero los resultados electorales dejan esa opción en el aire. Alrededor de 40 millones de españoles acudieron a votar a los colegios electorales en unas elecciones generales claves para el futuro del país. A las 20:00 h cerraron los colegios, dando lugar al inicio del escrutinio. El recuento de los votos dio lugar a los siguientes resultados: PP, 136 escaños; PSOE, 122; Vox, 33; Sumar, 31.

Consulta en esta gráfica los resultados finales de todos los partidos:

La clave para asegurar la mayoría absoluta en las elecciones generales en España reside en la capacidad de un partido para conseguir la mitad de los escaños parlamentarios más uno, según la norma electoral vigente. 350 escaños conforman el Congreso de los Diputados y se requiere un mínimo de 176 para que un partido pueda gozar de la ansiada mayoría absoluta.

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El Congreso, como el epicentro de la representación política española, alberga semanalmente a los diputados de los diferentes partidos políticos. Su composición se distribuye entre las 52 circunscripciones de España, que incluyen las 50 provincias españolas y las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Cada provincia tiene asignados al menos dos escaños, mientras que las ciudades autónomas se atribuyen uno.

La ley electoral española establece un sistema de representación proporcional, conocido como Ley d’Hondt, que distribuye los escaños según el número de votos obtenidos en cada circunscripción. Sin embargo, la asignación de escaños no es estrictamente proporcional al número de habitantes de cada circunscripción, lo que otorga a las provincias menos pobladas una representación ligeramente mayor.

Aunque la aspiración de cualquier partido político es conseguir la mayoría absoluta, la realidad política actual en España pone de manifiesto que es prácticamente imposible conseguir los 176 escaños. El antiguo bipartidismo de PP y PSOE ya no es suficiente para conseguir gobernar en solitario.

La Constitución Española, en su artículo 6, reconoce a los partidos políticos como instrumentos fundamentales para la participación política, abriendo de esta manera la puerta a la formación de coaliciones y pactos postelectorales. El procedimiento y normativa para alcanzar acuerdos de gobierno está también regulado por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y otras leyes de ámbito autonómico. Por ello, después de conocerse los resultados de las elecciones, los partidos políticos pueden pactar para sumar los escaños necesarios.

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Paralelamente a los pactos, un mes tras la realización de las elecciones generales, se constituye el Congreso de los Diputados, en un proceso que incluye la asignación de los componentes de la mesa y la elección del presidente de la Cámara. Tras la configuración del Congreso entra en escena el rey Felipe VI. El Jefe del Estado convoca en los días siguientes a los líderes de los partidos políticos con más representación en el Palacio de la Zarzuela, y encomienda la tarea de formar gobierno a uno de ellos.

La elección del candidato designado se realiza a través de la Sesión de Investidura en el Congreso. Si los diputados le dan la mencionada mayoría absoluta de 176 escaños, ese candidato será investido como presidente del Gobierno. No obstante, si la votación sale desfavorable, se da el pistoletazo de salida a un periodo de dos meses para proceder a nuevos pactos e intentos de investidura. Si a pesar de esa prórroga no hay consenso para investir a un presidente, se disuelven las Cortes y se convocan nuevas elecciones generales. Estos comicios electorales solo podrán celebrarse 54 días después de la mencionada disolución,.

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