Zambia y sus polémicas antes de medirse a España: abuso sexual, lesiones bajo sospecha y dudas de género

La selección africana ha sido protagonista en el terreno extradeportivo antes de que empezase el Mundial femenino de fútbol e incluso ya durante el mismo, del que se han caído dos jugadoras justo tras producirse protestas por impagos

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Barbra Banda en un partido con Zambia
Barbra Banda en un partido con Zambia

El debut en un Mundial siempre es una cita señalada. La ocasión es histórica para cualquier selección que se precie y, ante tal oportunidad, dar lo mejor de sí para cuajar una participación lo más óptima posible es lo deseable. También en el caso de Zambia. Sin embargo, las circunstancias que rodean al combinado africano fuera del terreno de juego en Nueva Zelanda distan mucho de ser ideales.

De hecho, sucede todo lo contrario: el próximo rival de España en el torneo vive en un sobresalto continuo desde hace semanas. No cabe duda de que el equipo ha acaparado los titulares, aunque por motivos que nada tienen que ver con lo deportivo. Su entrenador y varias de las futbolistas llevan desde que empezó el mes en el punto de mira, con la polémica a la orden del día.

El seleccionador, acusado de abuso sexual

The Guardian destapó a principios de julio que el técnico de Zambia, Bruce Mwape, está siendo investigado por “conductas sexuales inapropiadas”. Una jugadora llegó a afirmar al rotativo británico, bajo anonimato, que “si él quiere acostarse con alguien, tienes que decir que sí”. “Es normal que el entrenador se acueste con las jugadoras de nuestro equipo”, añadió.

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Las jugadoras de Zambia celebran un gol (Daniel Karmann/dpa via AP)
Las jugadoras de Zambia celebran un gol (Daniel Karmann/dpa via AP)

“La Federación hace la vista gorda porque las mujeres han tenido buenos resultados. Es su manera de mostrar al público y a las autoridades el éxito y la buena imagen. Pero detrás de escena, es muy feo”, se ha expuesto, además, desde el entorno de la plantilla. Tanto como para llegar a amenazar con castigos a quienes decidiesen alzar la voz. La situación viene de lejos, ya que la FIFA tiene conocimiento de la misma desde 2022.

Dos jugadoras, ‘lesionadas’

Este viernes, ya en pleno Mundial, se conoció la baja repentina de la delantera Grace Chanda. Según la doctora de Zambia, “ha enfermado y desafortunadamente su enfermedad no le permite continuar en el torneo”. “Hemos hecho todo lo posible para ayudarla. Está recibiendo toda la atención y la ayuda que necesita y mejorará con el paso del tiempo, pero no podrá participar en el torneo”, se añadió, sin especificar exactamente la dolencia que sufre la jugadora del Madrid CFF.

La sombra de la sospecha no ha tardado en cubrir tanto la salida de las convocatorias de Chanda como la de la portera Hazel Nali, que se rompió el ligamento cruzado anterior en un amistoso contra Alemania. O, al menos, eso se dijo de forma oficial. “Pregunté si tenía realmente uno de los ligamentos de la pierna roto, porque puedo caminar y puedo hacer todo. No estoy cojeando. El único dolor que tengo es cuando doblo la rodilla, no tengo ningún dolor”, llegó a reconocer la guardameta en los medios de su país.

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Estas lesiones generan unas dudas razonables. Sobre todo, si se tiene en cuenta que Chanda y Nali, dicen desde África, habrían liderado de forma destacada las protestas por impagos que también han marcado la actualidad de Zambia últimamente. Todo explotó días antes de un amistoso contra Irlanda: se exigieron asignaciones que en algunos casos databan de la Copa de África de 2022, la cantidad abonada no convenció y se les dijo que ese montante, y no otro, era el que se debía. Por este episodio, a las dos ‘lesionadas’ se las tildó de “indisciplinadas” y de ejercer “mala influencia” entre el resto de sus compañeras desde la propia Federación zambiana.

Aun así, finalmente se ha permitido que ambas jugadoras continúen en Nueva Zelanda, aunque no puedan saltar al campo. De hecho, se espera que Hazel Nali sea operada la próxima semana en Auckland. Por mucho que ni ella misma tenga clara su lesión y posterior exclusión, negándose incluso a firmar el formulario para anunciar a la FIFA que ya no es de la partida.

La capitana, también en el punto de mira

Por si todo esto fuera poco, la estrella de la selección de Zambia, Barbra Banda, tampoco escapa al escepticismo. La atacante, con pasado en el fútbol español (militó en el DUX Logroño entre 2018 y 2020), es observada con lupa por su género. Juega el Mundial, pero causó baja en la última Copa de África por “razones médicas”: sus altos niveles de testosterona en diversos tests llevaron a la Federación zambiana a tomar la decisión de no contar con ella en la competición continental.

Alineación de Zambia en un partido de Tokio 2020 (REUTERS/Molly Darlington/File Photo)
Alineación de Zambia en un partido de Tokio 2020 (REUTERS/Molly Darlington/File Photo)

Banda, además capitana de Zambia, sí pudo estar en los Juegos Olímpicos de Tokio (segunda jugadora con más goles de todo el evento), y lo mismo sucede ahora en el ámbito mundialista: como la FIFA no hace test de género, hay vía libre para su participación. Lo cual no significa que se haya dejado de dudar de ella: el Real Madrid ya descartó su fichaje en el último momento precisamente por no tener claro si es o no mujer.

Con todas estas cuestiones extradeportivas encima juega Zambia ahora. Ante tal panorama, aún es más meritorio si cabe que, en el puro y duro ámbito futbolístico, no se descarte que la vigente tercera mejor selección africana esté entre las candidatas a equipo revelación de este Mundial.

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