Recuperar para las grandes ligas a todo un gran actor como Jamie Foxx siempre es una buena noticia, y más cuando Hollywood ha estado muy cerca de perderlo. La vida del actor ganador del Oscar por Ray ha dado muchas vueltas en los últimos meses. Pero, afortunadamente, parece haber llegado a un punto de inflexión para bien, culminado con el estreno de su último trabajo, El clon de Tyrone, que acaba de aterrizar en Netflix.
Foxx sufrió un grave problema de salud que no ha trascendido públicamente, pero que lo ha mantenido durante más de tres semanas hospitalizado. “Sufrió un episodio médico grave y necesitó atención inmediata. Tuvo que ser revivido. Tiene mucha suerte de estar vivo”, aseguraban desde su propio entorno, poniendo en alerta a la gente de que el actor había pasado por un momento muy crítico y cercano a la muerte.
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Desde ese momento, su familia se mantuvo en silencio, mientras el actor fue dado de alta un mes después de su ingreso, y posteriormente trasladado a un centro hospitalario en Chicago especializado en rehabilitación de casos de recuperación de accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales traumáticas, rehabilitación de lesiones de la médula espinal y secuelas de todo tipo de cáncer. Una rehabilitación a la que sigue acudiendo de manera externa, dada su pronta recuperación y óptima condición.
Fue el propio Foxx quien rompió el silencio impuesto por su familia, primero con una publicación en Instagram agradeciendo el apoyo y tranquilizando a sus fans. Recientemente, el actor ha hecho su primera aparición pública, en la que se le podía ver del todo recuperado y en una aparente buena condición. Foxx lucía de traje y subido a un coche de carreras para anunciar su nuevo compromiso publicitario. Más tarde subió un vídeo a sus redes sociales echando la vista atrás sobre todo lo sucedido.
“Lo primero de todo quería dar las gracias a todo el mundo que ha estado apoyándome durante estos meses. He pasado por algo por lo que nunca pensé que pasaría. Sé que muchos han estado esperando alguna actualización, pero para ser sincero no quería que me vierais así, quería que se me viera riendo, pasando un buen momento, de fiesta, haciendo bromas, haciendo alguna película, haciendo alguna serie. No quería que me vieran entubado y tratando de averiguar si iba a salir de esta”, comenzaba diciendo Foxx, antes de agradecer a su hermana y a su hija el cuidado y respeto que han mantenido para con su imagen durante todo este tiempo.
“A veces por estar callado las cosas se van de las manos. Algunas personas decían que estaba ciego y como pueden ver mis ojos están bien, también decían que estaba paralizado y no lo estoy, pero sí pasé por el infierno y volví. Estoy preparado para volver”, concluía el actor de L.A. Confidential con su mensaje de agradecimiento a los fans.
‘El clon de Tyrone’, su nueva película para Netflix
De momento, Foxx ha vuelto a lo grande con su nueva película, El clon de Tyrone, la cual acaba de llegar a Netflix para traer al actor de nuevo a la pantalla. En ella, da vida a Slick Charles, un proxeneta de armas tomar que se cruza en el camino de Tyrone (John Boyega), un traficante de drogas de poca monta que se mete en una pelea en la que está a punto de morir, pero amanece a la mañana siguiente de una pieza. En ese momento, Tyrone, con la ayuda de Slick Charles y la prostituta Yo-Yo (Teyonah Parris), se embarcan en la investigación de una gran conspiración que incluye experimentos biológicos y clonación.
El clon de Tyrone, que fue grabada mucho antes de que Foxx atravesara la enfermedad que le ha mantenido apartado durante tres meses, es su primer proyecto estrenado desde su reaparición. No obstante, el actor también tiene pendientes otros proyectos, como La bala de Dios, que llegará a nuestros cines en septiembre, o Back in action, otra película para Netflix en la que aparece junto a Cameron Diaz. Afortunadamente, parece que hay Jamie Foxx para rato.
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