Feijóo se la juega a tres cartas este domingo: mayoría absoluta, coalición o batacazo

El candidato del PP se juega su permanencia al frente del partido después de 30 años en la política. Los resultados que consiga el 23-J determinarán su futuro próximo

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Frente a las elecciones del 23-J, hay tres posibles escenarios a los que se enfrenta el PP y que pueden determinar el futuro de su líder, Alberto Núñez Feijóo

Cuando el joven Alberto Núñez Feijóo llegó con sus 30 años a la política gallega, seguro que jamás se imaginó a lo que se iba a enfrentar cuando se doblase a sí mismo la edad. Natural de una pequeña aldea ourensana de Os Peares, Núñez Feijóo no tardó en ascender en la Administración gallega: pasó de secretario técnico a secretario general en tres meses, para después trasladarse a Madrid de la mano de José María Aznar. Allí ocupó la secretaría general de Asistencia Sanitaria y fue presidente del Insalud.

Los años como alto cargo en el Servizo Galego de Saúde (de 1992 a 1996) marcaron el futuro mediático de Feijóo, no por su trabajo en la Xunta, sino por una foto con el narcotraficante Marcial Dorado que data de 1995. Precisamente en esa década de 1990 se produjeron las primeras redadas de la Operación Nécora contra los capos de la droga, entre ellos Dorado, que ya se le reconocía como uno de los principales contrabandistas de tabaco, y ya le habían detenido por ello. De hecho, en Galicia ya se le conocía como uno de los señores do fume. En esta última semana electoral, Feijóo ha reconocido que sabía que era contrabandista cuando le conoció, aunque no narcotraficante.

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El candidato popular también presidió la empresa pública de Correos durante tres años, hasta que volvió a la Xunta, ocupando a los 42 años el puesto de consejero. Y es curioso cómo Feijóo llegó a la presidencia del PP gallego, que sería lo que, años después, le permitiese optar a estas elecciones: Manuel Fraga ganó las elecciones en el año 2005, pero se quedó fuera del gobierno por un pacto de coalición entre el PSOE gallego y el BNG, por lo que dejó el partido cuando ya había rebasado los 80 años. Lo que propulsó la carrera política de Feijóo, se ha convertido este 23J en su mayor miedo, “que la izquierda gane perdiendo”.

Después de ganar las primarias del PP de Galicia, Feijóo se puso al frente de la Xunta en 2009 tras la primera de sus cuatro mayorías absolutas en la autonomía gallega. Mantuvo una cómoda baronía hasta que se desató la mayor crisis del Partido Popular, en la que Pablo Casado salió destronado frente a Isabel Díaz Ayuso.

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Feijóo fue el elegido para rescatar al partido hace un año. El examen parcial fue el 28-M, en el que salió bien parado, pero ahora le toca el final del 23-J, en el que ya no solo vale aprobar: la nota que saque será lo que determine su futuro al frente del PP.

Mayoría absoluta, coalición o batacazo

Feijóo se la juega a esas tres cartas. El mejor resultado, aunque poco probable según las encuestas, es la mayoría absoluta: en este escenario Feijóo lograría su quinta mayoría absoluta y esta vez en unas elecciones generales. Ensalzaría lo que ha pedido, por activa y por pasiva, en las elecciones del 28-M: no tener que depender de nadie. Además, consolidaría su liderazgo al frente del partido en este mandato y de cara al próximo.

Otra opción es que el PP no alcance los 176 escaños y necesite a Vox para formar gobierno. Es la opción que más baraja la demoscopia. Aunque el Partido Popular quiere imponer un mínimo de escaños con el que, a su juicio, no tendría que depender de Vox–entre los 150 y los 160–, lo cierto es que la última palabra saldría de las negociaciones con la extrema derecha.

En el caso de que Santiago Abascal sea su vicepresidente, el mandato de Feijóo empezará ya con mal pie, al convertirse en el primer presidente del PP en formar coalición, y no con un predecible Ciudadanos, sino con la extrema derecha. El líder popular no solo lo pagará a nivel internacional, sino que su propio partido advertirá la debilidad del Ejecutivo, lo que terminará haciendo mella en su liderazgo, que podría verse agotado durante la legislatura.

La última carta que podría destaparse es la del batacazo electoral, que abarca varias fórmulas numéricas. El fracaso comprende, en la parte menos probable de la horquilla, perder las elecciones frente al PSOE, pero también pasa por ganar las elecciones pero no alcanzar la mayoría absoluta ni pactando con Vox. Esto es lo que más puede temer en estos momentos el candidato, ya que, si se hace realidad esa hipótesis, su liderazgo al frente del PP estaría comprometido a partir del 24 de julio. El domingo está en juego el futuro político de España y también el de Feijóo.

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