Cuántos escaños se reparten por provincia en las elecciones del 23-J: así funciona la Ley D’Hondt

El modelo electoral español está determinado por tres factores clave: el número de escaños, su reparto por circunscripciones y la fórmula matemática para llevarlo a cabo

Guardar
Así funciona la ley D'Hondt en España: el valor del voto puede variar en función de la provincia

Las elecciones generales ya se han celebrado. Casi 40 millones de personas estaban llamadas a depositar su voto en las urnas y elegir al próximo Gobierno de España. Con las encuestas cada vez más ajustadas entre el bloque de la derecha y el de la izquierda junto a los partidos periféricos, los partidos llamaron a la movilización con especial interés en activar la idea del “voto útil”.

Con este escenario tan apretado, tanto el PSOE como el Partido Popular apelaron a jugar con el sistema en beneficio propio para que los votos a sus respectivos bloques no cayesen en saco roto. Esta maniobra de los partidos políticos más grandes responde a la forma en la que está diseñada la fórmula electoral en la que se asignan escaños a cada candidatura.

España se divide en 50 provincias, que es la unidad en la que se divide el territorio. A cada una de ellas se le asignan un número determinado de escaños a repartir en función de la población que vive en el territorio. Tal y como especifica la ley, en todas las provincias se reparten, como mínimo, dos asientos en el Congreso de los Diputados. A partir de ahí, se añaden un número mayor de diputados. En este punto, es imprescindible recordar que España también cuenta con dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, donde solo se reparte un diputado.

Las circunscripciones en las que mayor número de diputados se elige son Madrid, Barcelona y Valencia. En la capital, las formaciones se juegan 37 representantes, en Barcelona 32 y en Valencia 16. Por la contra, en los lugares de España donde menos escaños se deciden, además de Ceuta y Melilla, está Soria, que es la única provincia de toda España que reparte el número mínimo de representantes establecido por la ley: dos

Mapa de reparto de escaños por provincias. Elaborado por Europa Press Data.
Mapa de reparto de escaños por provincias. Elaborado por Europa Press Data.

Un asiento en las Cortes más –tres– se reparten en la mayoría de provincias de Castilla y León: Ávila, Palencia, Segovia y Zamora. Un número que se repite en Guadalajara, Huesca, Cuenca y Teruel. Las llamadas provincias pequeñas son aquellas que reparten entre tres y cinco escaños. Además de las ya mencionadas, faltarían León, Lleida, Lugo, Rioja, Salamanca, Burgos, Cáceres, Albacete, Ourense y Álava, que juegan la partida por cuatro representantes, y Cantabria, Castellón, Ciudad Real, Badajoz:, Huelva, Navarra, Valladolid, Jaén, donde los partidos pelean por cinco asientos.

En la categoría de provincias medianas están aquellos territorios que envían al Congreso de los Diputados entre seis y diez diputados. Córdoba, Gipuzkoa, Girona, Tarragona, Almería y Toledo reparten seis representantes. Por otro lado, en Asturias, Zaragoza, Granada, Pontevedra, Santa Cruz de Tenerife, Zaragoza se pelean siete, uno menos que en Baleares, Bizkaia, A Coruña, Las Palmas de Gran Canaria, donde hay ocho en juego. En Cádiz son nueve y en Murcia, diez.

Te puede interesar: La Yolanda Díaz más emocional: “Somos la fuerza decisiva contras las mentiras e insultos del PP”

Por último, las circunscripciones más grandes son las que sobrepasan la decena de escaños a repartir. A Madrid, Barcelona y Valencia, se unen a este grupo las provincias de Alicante y Sevilla, que reparte 12 escaños, y Málaga, que hace lo propio con 11.

La ley D’Hondt

Este método en ocasiones ha sido tachado de beneficiar a los grandes partidos. En las elecciones autonómicas, la ley establece la mencionada barrera del 3% –las candidaturas que estén por debajo se descartan– por lo que, lo primero para poder calcular los escaños, es conocer los votos totales. A partir del total de papeletas, se puede calcular qué porcentaje de votos ha tenido cada formación política.

Una vez establecido el porcentaje de voto, se toma en consideración el número de votos totales válidos y se hacen divisiones. Es decir, se dividen los votos obtenidos por cada formación en 2,3,4... Después, se seleccionan los cocientes más altos para seleccionar el total de los escaños a repartir. Por ejemplo, con los resultados expuestos en el gráfico, el Partido C conseguiría un representante y los partidos A y B lograrían dos representantes.

Seguir leyendo:

Guardar