Tanorexia, cuando la obsesión por el bronceado daña tu salud: “Cada vez hay más conciencia del peligro del sol”

Los expertos recuerdan que si siempre te gustaría tener más color o crees que estar muy bronceado es sinónimo de salud, deberías replantear tus hábitos de exposición al sol

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La exposición frecuente y prolongada a los rayos ultravioleta es perjudicial para la piel. (Europa Press)
La exposición frecuente y prolongada a los rayos ultravioleta es perjudicial para la piel. (Europa Press)

Los beneficios del sol sobre el cuerpo humano son indiscutibles. La luz solar mejora el estado de ánimo al aumentar la liberación en el cerebro de la serotonina, fortalece los huesos y puede bajar la presión arterial. No obstante, la exposición a los rayos del sol debe ser moderada y más aún en verano, porque si estamos demasiado tiempo puede generar problemas como quemaduras, un envejecimiento prematuro de la piel o causar cáncer a largo plazo.

Los peligros del sol se multiplican en aquellos casos en los que estar bronceado se convierte en una obsesión. De hecho, se trata de un trastorno psicológico llamado tanorexia, y la persona que lo padece nunca llega a estar contenta con el tono de piel que obtiene. “Como consecuencia de ese pensamiento obsesivo hay una alteración en la percepción de la realidad y, pese a estar muy bronceados, no se llegan a ver lo suficientemente morenos y continúan tomando el sol o utilizando cabinas de radiación ultravioleta para conseguirlo”, explica a Infobae España el doctor Juan García Gavín, director de comunicación de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

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Aunque la tanorexia puede afectar a cualquier persona, predomina más en las mujeres jóvenes. “Esto se debe muy probablemente a los factores socioculturales relacionados con el modelo de belleza imperante en Occidente desde finales del siglo XX”, según señala un estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, liderado por la doctora María Dolores Azúa y la psiquiatra Carmen Muro.

Algunos ejemplos de personalidades famosas con adicción al bronceado son Julio Iglesias, Victoria Federica, Donatella Versace o Giorgio Armani, además de políticos como Begoña Villacís y Eduardo Zaplana.

Imagen reciente de Victoria Federica en sus redes sociales.
Imagen reciente de Victoria Federica en sus redes sociales.

Síntomas

La tanorexia suele ir acompañada de efectos psicológicos secundarios como la ansiedad, la frustración por no conseguir el tono de piel deseado, la pérdida de apetito e, incluso, síndrome de abstinencia cuando no hay exposición a los rayos UV, tal como sucede con los adictos a sustancias, según el estudio citado, que lleva por título Tanorexia: ¿A quién afecta? ¿Problemas?.

Algunos de los síntomas más visibles de esta patología son el bronceado intenso y prolongado, el envejecimiento prematuro de la piel, quemaduras que a menudo se tratan de ocultar con maquillaje, sensación de estrés y ansiedad, visitas constantes a centros de bronceado y frustración sobre su fototipo, entre otros.

Afortunadamente, señala el doctor García Gavín, hoy en día hay más conciencia sobre los efectos perjudiciales de la radiación UV y el uso recreacional ha disminuido, porque existe más información al respecto. “Hay muchos menos casos de tanorexia que hace unos 15 años, cuando se popularizaron las cabinas de rayos ultravioleta en casa. Ahí sí veíamos casos de auténtico abuso”, añade, si bien el canon de belleza “también está cambiando y el bronceado ya no es un factor determinante”. Actualmente, son más habituales los comportamientos relacionados con ir a la playa a horas en las que no se debería acudir o más tiempo del debido, “pero no casos como los de antes”, insiste.

No obstante, según los datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la incidencia de melanoma cutáneo en España ha aumentado. Entre 2002 y 2022, la tasa de incidencia anual ha pasado de 10,5 a 16,3 casos en mujeres y de 10,8 a 14,6 en hombres, lo que supone un incremento anual del 2,5% y del 1,6% respectivamente.

Cómo tratar la tanorexia

La quemadura solar y el fotoenvejecimiento son dos de las consecuencias que a corto plazo puede generar la tanorexia, mientras que a largo plazo puede ocasionar cáncer de piel debido a la exposición prolongada al sol. Como normalmente la persona que sufre tanorexia difícilmente se dará cuenta de que lo padece, es recomendable que quienes están a su alrededor le hagan notar su obsesión por el bronceado para que después acuda a un dermatólogo.

Una vez reconocido el problema, indican los expertos, el siguiente paso es acudir al psicólogo, pues le ayudará a superar esa adicción.

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