A España se la ha situado entre las favoritas para ganar este Mundial femenino de fútbol y quiere reafirmar esa candidatura desde el minuto uno de campeonato. Su primer partido en Nueva Zelanda no pudo ser más convincente en busca del objetivo soñado: una goleada inapelable ante Costa Rica, que apenas pudo comparecer víctima de un desempeño mayúsculo de las chicas de Jorge Vilda (3-0).
Desde el pitido inicial, quedó claro que el dominio sería español o no sería. No había manera de evitar que las de rojo visitasen, en todo momento, el área tica. Un taconazo de Esther González supuso el primer aviso serio, en apenas ocho minutos de juego. A este le siguió, a los 10, un remate de cabeza de Ivana Andrés también con mucho peligro. La declaración de intenciones era clara, al igual que el monólogo español.
Te puede interesar: España inicia el mayor reto de su historia
Faltaba abrir la lata, lo que se consiguió en una jugada embarullada en la que Del Campo acabó, mala suerte, colando el balón en su propia portería. Llegaba el 1-0 en el 20, pero es que el 2-0 (en el 23) y el 3-0 (en el 27) no tardarían en seguirle. Una jugada individual portentosa de Aitana Bonmatí al quedarse sola ante la portería y la pillería de Esther González, cazando un balón muerto en el área pequeña tras una ocasión de Jenni Hermoso que se fue al larguero, ratificaron la evidencia en cuestión de seis minutos: España era insultantemente superior.
Lo máximo que pudo hacer Costa Rica fue, al final de la primera mitad, intentar alguna salida al contragolpe. Antes de que probasen esa táctica sin fortuna, las españolas se permitieron incluso el lujo de fallar un penalti: el 4-0 no llegó en el 34, ya que Hermoso, tras la infracción sobre Olga Carmona, mandó el esférico a las manos de la mejor costarricense de la jornada, Daniela Solera. La portera tica se ganó este calificativo con creces, puesto que resultó indudable que ella fue la gran causante de que La Roja no incrementase su ventaja aún más.
Te puede interesar: Así ha sido la trayectoria de España en los Mundiales femeninos
Todo resuelto ya al descanso
Nada cambió en los 45 minutos definitivos. A pesar de que Costa Rica había intentado sobreponerse un tanto al mundo que parecía plantar cara a España, el espejismo fue total. Tras el paso por los vestuarios, el ímpetu siguió acompañando mucho más a las españolas. La victoria estaba más que atada, pero el conformismo no era una opción, puesto que los remates seguían sucediéndose como si el electrónico aún reflejase un 0-0.
La diferencia ofensiva era abrumadora, como bien sufrió la guardameta Solera. Contuvo como pudo las intentonas de Carmona y Salma Paralluelo. También un nuevo cabezazo de Ivana. Sus apariciones resultaban la única señal de vida costarricense: qué distintas fueron las cosas en 2015, cuando se dio un 1-1 entre ambas selecciones también en su primer encuentro mundialista. Dos debuts que, a tenor de lo visto este viernes, no admiten comparativa.
Anecdótico resultó el concurso de Alexia Putellas, que no fue de la partida hasta el 76. Hacía mucho que el partido carecía ya de todo interés, conquistada ya la victoria y también las sensaciones. Zambia volverá a poner a prueba la ambición de España el próximo miércoles. Mientras ese nuevo compromiso llega, la tan cacareada candidatura de las nuestras está, al menos por ahora, sobre la mesa: el resultado más holgado de lo que va de Mundial pertenece a las de Vilda.
Seguir leyendo: