El PSG lanza un órdago Mbappé y le deja fuera de la gira por Japón

El culebrón que mantienen Kylian Mbappé, el Paris-Saint Germain y el Real Madrid, actor principal en esta historia por mucho que se empeñe en mantenerse en el segundo plano, ha vivido a última hora de este viernes su capítulo más trascendente –y seguramente determinante–en mucho tiempo. Nasser Al-Khelaifi, el hombre escogido por el emir de Catar para dirigir el PSG, ordenó excluir al delantero de la gira de pretemporada que realizará el equipo de Luis Enrique por Japón. El movimiento de la dirigencia catarí es un ultimátum en toda regla a su estrella: o renueva su contrato más allá de 2024 o será traspasado este verano. O lo que es lo mismo, es el anuncio oficial de que Mbappé no entra en sus planes y está en el mercado.

El PSG intentará ahora venderle por una cifra que difícilmente alcanzará ya los 200 millones de euros que ofrecía el Madrid hace dos años. La decisión del club galo, por chocante que pudiera parecer, no es más que la confirmación de lo que vienen advirtiéndole al jugador y su madre y agente, Fayza Lamari, desde que ellos les comunicasen el pasado mes de junio mediante una carta la decisión de marcharse al término de la próxima temporada. La respuesta de Catar fue inminente y tajante: en ningún caso se marcharía gratis.

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El club nunca escondió su postura públicamente. Ya en la presentación de Luis Enrique, Al-Khelaifi anunció que la renovación era obligatoria en el caso de que quisiese continuar. “Si Mbappé quiere quedarse, nosotros queremos que se quede, pero tiene que firmar un nuevo contrato. No vamos a dejar que uno de los mejores futbolistas se vaya gratis, está muy claro”, trasladó. El pasado miércoles el dirigente aumentó la presión en privado durante su visita a la plantilla en las instalaciones de Poissy con un mensaje todavía más contundente. ”Nadie está por encima de la institución, tampoco yo, y el que no quiera jugar por el escudo o no lo respete no debería estar aquí”, dijo ante el grupo. La advertencia iba dirigida directamente a Mbappé.

Lo cierto es que ya entonces el PSG y su estrella, o más bien su madre, llevaban días e incluso semanas librando un intenso tira y afloja. Las dos partes han estado negociando en busca de una solución con una fecha marcada en rojo en el calendario: el 31 de julio, día límite para que Mbappé ejecute la cláusula de renovación que ya ha comunicado que no piensa activar. Y también el momento en el que Catar deberá abonarle a su unos 40 millones de euros en concepto de la prima de fidelidad que acordaron el verano pasado.

Precisamente, ese bonus, que ascendería a 80 millones si se mantiene en París hasta junio de 2024, es uno de los principales puntos de fricción entre Lamari y el PSG. El chico no quiere renunciar a dicha cantidad y Catar no está dispuesto a pagársela para que, además, se marche sin dejar ni un euro en las arcas y embolsándose otra jugosa cantidad en la futura prima de fichaje que pacte con su club de destino.

Hasta la fecha, las posturas siguen encalladas, por lo que Mbappé ya conocía de antemano que no se subiría al avión rumbo a Japón. De hecho, según afirma Le Parisien, el medio más cercano a los dirigentes del PSG, ahora mismo el delantero habría sido tildado de “indeseable”, el estatus que el club reserva para los descartes. El mismo diario asegura que pasará a ejercitarse con el resto de jugadores que se encuentran en su misma situación hasta que acepte ser traspasado.

Y cuando eso suceda, si es que finalmente sucede, será el momento en el que entre el juego el Real Madrid, el equipo en el que quiere recalar el atacante. Un deseo que Lamari ya le comunicó al conjunto blanco hace tiempo, tal y como contó Infobae España. La madre y agente es la que se ha encargado de mantener el contacto los dirigentes madridistas desde el plantón del año pasado, y ambas partes ya trabajaban en los detalles para su llegada en 2024.

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Quizás por eso, sumado a los acontecimientos que se suceden en París, desde hace semanas en el Madrid, que económicamente está preparado para afrontar la operación ha ido creciendo poco a poco el optimismo de cara a una inminente llegada. Eso sí, siempre con la máxima prudencia y apostando por la paciencia, ya que trasladan que no se moverán hasta que la situación sea propensa para hacerlo. Lo sucedido el verano anterior todavía está presente y bajo ningún concepto van a permitir que el escenario se repita.

Por el momento, el PSG ya se ha encargado de abrir el que puede ser el último capítulo de un culebrón imprevisible y terriblemente enrevesado en el que ha sucedido de todo y que va camino de cerrarse en el momento más inesperado.

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