¿Qué es el botulismo? Estos son sus síntomas y los posibles tratamientos

En la última semana, el Ministerio de Sanidad ha confirmado cinco casos de botulismo en todo el país. Además, otros dos pacientes están en seguimiento por presentar síntomas compatibles. Todos ellos tienen algo en común: habían consumido tortilla de patata envasada en los días previos a la aparición de la enfermedad. Las alarmas saltaban cuando una conocida cadena de supermercados advertía a su clientela de la retirada de las tortillas precocinadas del mercado. La empresa, en un comunicado posterior, se hacía eco de una posible intoxicación ligada a distintos lotes del producto.

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En total, son siete las personas que están afectadas por este brote de botulismo. Dos de ellas todavía no han podido recibir un diagnóstico claro, mientras que otras tres han tenido que ser ingresadas en la UCI. La infección se extiende a lo largo y ancho del país: dos turistas se contagiaron en Valladolid, uno en Asturias y otras dos personas en Galicia y Madrid. Los enfermos cuyo positivo todavía no ha sido confirmado están en Andalucía y Valencia, pero ambos presentan un cuadro clínico compatible.

El Grupo Palacios, que se encarga de la distribución de tortillas envasadas para distintos supermercados, ha paralizado la producción en su fábrica de Mudrián (Segovia). El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha publicado un informe en el que aborda la situación y confirma que todos los casos están relacionados con el consumo de este producto alimentario en los días previos al desarrollo de los síntomas.

El botulismo es una intoxicación alimentaria poco frecuente que está causada por las toxinas que produce la bacteria Clostridium botulinum. Estas toxinas son unas de las más potentes que se conocen. Cuando penetran en el organismo, provocan relajación muscular, debilidad y parálisis en los nervios. Las bacterias que las originan se pueden encontrar tanto en el suelo como en aguas no tratadas de todo el planeta.

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La relajación muscular es precisamente uno de los primeros síntomas que puede detectar una persona que ha contraído la enfermedad. El botulismo bloquea la comunicación entre los nervios y los músculos, por lo que su principal manifestación física es la debilidad generalizada. Los médicos explican que las toxinas comienzan afectando a la zona superior del cuerpo, dando lugar a la caída de los párpados y la dilatación de las pupilas. La visión borrosa y la sequedad en la boca también son dos de los síntomas. Asimismo, pueden provocar retención urinaria o estreñimiento. Esta infección no suele causar fiebre.

El botulismo se puede contagiar por tres vías, aunque la más frecuente es la alimentaria. En estos casos, el paciente también suele sentir dificultad para tragar y náuseas o vómitos. Los alimentos más proclives al desarrollo de estas bacterias son, entre otros, las conservas vegetales caseras, los pimientos asados o el pescado en mal estado. Las autoridades sanitarias recomiendan mantener una esterilización adecuada de los productos para evitar contagios. Los ciudadanos que presenten síntomas compatibles deben acudir cuanto antes a un centro médico. Lo normal es que se manifiesten en las primeras 24 horas posteriores al consumo del alimento contaminado, en este caso la tortilla de patata envasada. Si los enfermos siguen el tratamiento adecuado, que suele ser un fármaco llamado antitoxina, la curación está prácticamente garantizada.

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