Pocas selecciones femeninas han generado tanta polémica y expectación en los últimos 12 meses como esta España que comanda Jorge Vilda. No es para menos. Por un lado, la rebelión de las 15 jugadoras que renunciaron a continuar en la Roja en septiembre del año pasado si la Federación no sustituía al vigente seleccionador fue tema de debate a nivel internacional, con futbolistas de todo el mundo, como la icónica estadounidense Megan Rapinoe, posicionándose a favor de las españolas. Por otro, el auge de su fútbol en el último lustro, espoleado especialmente por el dominador Barcelona, campeón de Europa este curso y también en 2021. Así las cosas, con el motín prácticamente sofocado –de momento ya han regresado tres de las 15, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y Ona Batlle–, la España comandada por Vilda, defendido a capa y espada durante todo el temporal por el presidente Luis Rubiales, se presenta en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda dispuesta a afrontar el mayor reto de su historia.
Será la tercera cita mundialista para una Roja que en sus primeras participaciones cuajó un papel discreto. En 2015, su debut, se fue a casa tras no cosechar ninguna victoria en los tres partidos de la fase de grupos, donde tan solo firmó un punto en el duelo inaugural ante Costa Rica. Cuatro años después, en 2019, fue un pasito más lejos: un triunfo y un empate valieron el pase a octavos de final, donde España dio la cara pero claudicó ante la todopoderosa Estados Unidos.
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Curiosamente, la selección debutará en este viernes (9:30 horas, La 2) bajo el frío de Nueva Zelanda ante el rival con el que debutó en un Mundial: Costa Rica. El momento, eso sí, es muy diferente. En estos ocho años, España, que figura en el sexto puesto del ranking de la FIFA, se ha convertido en una de las mejores selecciones a nivel europeo y aspira ahora a dar el golpe a nivel mundial. Todo lo que no sea pasar de la fase de grupos sería un fracaso mayúsculo. Aunque, más allá de eso, el objetivo parece claro: superar, al menos, un cruce eliminatorio, algo que la selección nunca ha sido capaz de conseguir. A partir de ahí, total derecho para soñar en un Mundial que será el primero con 32 selecciones.
Confianza absoluta
Tanto Vilda como el grupo de jugadores son conscientes de las expectativas. Y no les asustan, o al menos así lo expresa el seleccionador. “Llevamos un mes hablando de objetivos. Me gusta resaltar que en categorías inferiores somos los mejores del mundo, con mucha diferencia, y es lo que nos falta en la absoluta. Queremos ir a por todas y llegar muy lejos”, ha declarado Vilda, quien ha hecho hincapié en la preparación previa. “Me gustaría remarcar el esfuerzo que han hecho las jugadoras en este mes. Se han exigido mucho en entrenamientos muy intensos. La verdad es que las sensaciones son muy positivas. Estamos preparados y listas para empezar el Mundial”.
El pistoletazo de salida se dará en el Sky Stadium ante una Costa Rica a la que Vilda define como “un equipo muy competitivo, se cierran bien en defensa, con jugadoras que pueden ser peligrosas al contragolpe”. España será fiel a su estilo: un equipo combinativo y vertical. “Tenemos un estilo reconocible y reconocido. Sabemos que hay una expectación grande y eso es una motivación extra. Queremos ganar el partido y jugar bien, mostrar cómo es España con nuestro juego atractivo”, describió Vilda.
Alexia, entre algodones
El seleccionador ha asegurado que tiene a todas las jugadoras disponibles para el debut, pero lo cierto es que hay un nombre marcado en rojo: Alexia Putellas. La vigente Balón de Oro, recuperada hace menos de tres meses de la rotura del ligamento cruzado que la dejó sin Eurocopa hace un año, llega al estreno entre algodones. Pese a todo, la catalana, que se ejercitó incluso al margen en las primeras sesiones en Nueva Zelanda, apunta al once. Vilda, por el momento, ni confirma ni desmiente. “Estamos intentando optimizar sus entrenamientos para tener a la mejor Alexia. Lo estamos tratando con mucha delicadeza para que esté en las mejores condiciones y pueda jugar mañana”, reconoció Vilda, que no ha desvelado el once.
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A priori, no hay más de dos o tres incógnitas de cara al estreno, del que podrían caerse las azulgranas Aitana y Mariona. Juegue quien juegue, llega el turno para una España que por primera vez aspira a ser protagonista en un Mundial.
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