La campaña de las elecciones del próximo domingo 23 de julio tiene este miércoles una de las paradas más destacadas con la celebración del “debate final” de RTVE entre los candidatos del PSOE, Pedro Sánchez; Vox, Santiago Abascal y Sumar, Yolanda Díaz. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, rehusó acudir a esta cita, pero sin duda, estará muy presente. Sobre todo, en los discursos de los representantes del bloque de la izquierda.
Para Yolanda Díaz y Santiago Abascal, este debate es “clave”, ya que ambos no tuvieron la oportunidad de dirigirse a los electores en el cara a cara entre Sánchez y Feijóo del pasado lunes. Si bien, precisamente después de esta experiencia y en contraste con los días previos al cara a cara, desde el PSOE evitan alimentar las expectativas en torno a una contienda en la que no estará el principal rival a batir (Feijóo lidera todas las encuestas menos la del CIS).
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El propio Sánchez negó en una entrevista en El Plural que este debate fuera una segunda vuelta al entender que “son dos debates distintos”. “Creo que, efectivamente, tuvimos un debate bronco, un debate en el que fue una pena que no pudiéramos hablar de lo que realmente importa a la ciudadanía, que es la sanidad, la educación, las pensiones, el empleo... Y creo que en este segundo debate se van a ver las dos formas o las dos opciones de gobierno que hay después del 28 de mayo”, enfatizó.
El secretario general del PSOE se vio sorprendido el pasado 10 de julio por la estrategia del “galope de Gish” (ametralladora de falacias) desplegada por Feijóo en el duelo de Atresmedia. Desde entonces, tanto los socialistas como los representantes de Sumar han centrado su discurso en las “mentiras” de Feijóo para tratar de desacreditarle. No obstante, Sánchez y Díaz no podrán confrontar estas mentiras directamente con el propio Feijóo, al estar ausente.
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Así, en Ferraz, lejos de la consideración que otorgaron al cara a cara, al catalogarlo de “decisivo”, reducen el debate a tres a “otra oportunidad más de contrastar modelos” y de dirigirse a “grandes audiencias”, en consonancia con la campaña mediática que lleva a cabo el presidente del Gobierno. Si bien, la batalla por los últimos escaños ha obligado al cuartel general de los socialistas a redirigir su estrategia y rescatar el formato de los mítines, celebrando en los últimos cinco días de campaña el mismo número de actos que en las diez primeras jornadas.
Ante la ausencia de Feijóo, al que afean que su “modelo de la mentira no soporta dos debates”, el PSOE se resigna a confrontar con su representante, “su vicepresidente de facto”, quien “hablará por los dos”. De este modo, como ha venido haciendo hasta ahora, Sánchez previsiblemente tratará de identificar al líder popular con el candidato de la extrema derecha.
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“Quien ha dado utilidad en el espacio conservador al voto a Vox es el propio Feijóo”, señaló el secretario general del PSOE recientemente al entender que la dinámica del PP de “embarrar el campo, de provocar ruido, de generar incluso dudas sobre Correos y sobre el voto por correo” es “un intento desesperado de atraer votantes de Vox”.
Sobre la participación de Yolanda Díaz en el debate, con quien Pedro Sánchez aspira a reeditar la coalición, fuentes de la dirección socialista recalcan que, aunque son dos partidos diferentes, parten del “convencimiento de que nos unen muchas cosas”, además de defender a capa y espada la gestión del Gobierno.
Por su parte, la líder de Sumar defendió este martes que el debate será “muy importante, sobre todo porque nos encontramos en la recta final de la campaña y porque le vamos a presentar a España nuestro proyecto de país”. Asimismo, la vicepresidenta segunda lamentó que Feijóo “no quiera venir a presentar su proyecto de país”, y que “no quiere debatir en una televisión pública y someterse al escrutinio de todos los españoles”.
Esta ausencia también fue cuestionada por el candidato de Vox, pero con menos vehemencia. Ante las encuestan que vaticinan un eventual gobierno de coalición tras el 23-J, bien de PP y Vox o bien PSOE-Sumar, Abascal estará solo confrontando con el Gobierno, mientras que los dos partidos que sostienen al Ejecutivo usarán este debate para contrarrestar al tándem de la derecha y la ultraderecha.
Desde el equipo del líder del PP adelantan que el debate será un “todos contra Feijóo”, pero el candidato rehúsa acudir al ente público y en su lugar, explican esta fuentes, “compartirá momentos con la España no televisiva, esa que espera de sus políticos más cercanía y menos platós”.
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