Así son los patrulleros oceánicos que Uruguay comprará a una empresa española por 80 millones de euros

El gobierno del presidente Lacalle Pou elige la propuesta del astillero gallego Cardama para dotar a la Armada uruguaya con buques avanzados para combatir a la pesca ilegal china

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Uruguay adquirirá dos buques marítimos para vigilar su territorio marítimo y perseguir a los barcos extranjeros que pescan de forma ilegal en las aguas del país

Nuevo éxito para al industria naval española. Tras varios años de idas y vuelta, el Gobierno de Uruguay finalmente ha concretado la compra de dos patrulleros oceánicos con los que vigilar su territorio marítimo y perseguir a los barcos extranjeros, principalmente chinos, que pescan de forma ilegal en aguas uruguayas. El ministro de Defensa del país sudamericano, Javier García, ha anunciado que ha cerrado un acuerdo con el astillero español Cardama Shipyards para adquirir dos buques para la Armada Nacional del Uruguay, por un valor total de de 82,2 millones de euros.

“Estos dos buques van a permitir a la Armada Nacional retomar su misión esencial, consistente en la custodia de nuestra soberanía nacional en el mar, del cuidado de nuestros recursos naturales, de evitar y reprimir, cuando sea necesario, actividades ilegales, la pesca ilegal, el crimen organizado, y retomar el control sobre todo en nuestro espacio marítimo, cuestión que como ustedes saben está muy limitada a partir del deterioro y la antigüedad que tienen los buques que cuenta la Armada Nacional en el día de hoy”, explicó García en una rueda de prensa. Sin embargo, aún resta que el Tribunal de Cuentas uruguayo de el visto bueno a la adquisición, solo entonces se procederá a la firma del contrato entre ambas partes.

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Cardama, cuyas instalaciones se encuentra en Vigo, Galicia, no será la única compañía española vinculada a este proyecto, por ejemplo, la firma Escribano Mechanical & Engineering aportará sistemas electroópticos y estaciones de armas remotas. En concreto, según han confirmado a Infobae España desde la propia compañía, los buques uruguayos estarán equipados con el sistema Oteos N, que integra sensores optrónicos e infrarrojos que incrementan la capacidad de detección, identificación y seguimiento automático de objetivos; y cañones Sentinel 30, de 30 mm, y Sentinel 2.0, de 12,7 mm. Además, si bien la construcción de las embarcaciones será responsabilidad de Cardama, el diseño de las mismas pertenece a una tercera empresa, también española, contratada por el astillero gallego, cuyo nombre aún no ha trascendido.

Características

Los patrulleros escogidos por Uruguay desplazan unas 1.700 toneladas, a una velocidad máxima de 24 nudos, y poseen una eslora de 86,75 metros, una manga de 12,20 m y un calados de 3,60 m. El jefe de la Armada Nacional, almirante Jorge Wilson, ha detallado que cada embarcación “tiene la posibilidad de emplear un helicóptero embarcado, con lo cual amplía su radio de detección mediante el empleo del radar de búsqueda de superficie que tiene la aeronave más allá del radar que tiene el buque”. Los helicópteros que la fuerza tiene previsto emplear desde los buques son sus Augusta Bell 412 SP, adquiridos a la firma italiana Leonardo y anteriormente eran desplegados por la Guardia Costera de ese país europeo.

El ministro de Defensa Nacional
El ministro de Defensa Nacional de Uruguay, Javier García, durante la rueda de prensa en la que anunció la compra de los patrulleros. (Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay)

Además, cada barco cuenta, en popa, con una rampa para lanzar dos lanchas de intercepción rápida que navegan por encima de los 35 nudos. De igual manera, tienen capacidad para albergar hasta 80 personas y la tripulación necesaria para operarlos oscila entre los 50 y 60 individuos. “Son dos buques absolutamente modernos desde el punto de vista de tecnología, de sus capacidades y de los aportes que va a hacer a la Armada Nacional”, señaló el ministro García. De marchar todo según los tiempos previsto, la primera embarcación estaría arribando a Uruguay en el primer trimestre de 2025.

Un largo proceso de compra

Uruguay ha prolongado y demorado la adquisición de patrulleros oceánicos durante más de diez años. Durante los gobiernos de Pepe Mujica (2010-2015) y Tabaré Vázquez (2015-2020) se llevaron a cabo dos licitaciones, en la que se habían seleccionado los buques de la empresa alemana Lurssen -por 210 millones de dólares-, pero la adquisición nunca se concretó.

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En 2021, ya con el presidente Luis Lacalle Pou en el poder, se realizó una nueva convocatorias de ofertas en el mercado internacional a la que se presentaron empresas de Francia, China, y Países Bajos. Finalmente, en un principio se inclinaron por la industria china que, de haberse proseguido con el proceso se podría haber generador la paradoja que buques de construcción china fueran los que persiguieran a los pesqueros ilegales que, en la mayoría de los casos, también provienen del gigante asiático.

El ministro de Defensa de
El ministro de Defensa de Uruguay, Javier García (i), junto al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. (Ministerio de Defensa de Uruguay)

Sin embargo, el Gobierno uruguayo desestimó la oferta de China. Así, surgió la posibilidad de comprar buques a la Armada de Noruega, pero que después de evaluar el estado de los mismos también fueron descartados. De esta manera, tras un nuevo proceso licitatorio, aunque algo más abreviado, y después de analizar ocho ofertas distintas, la propuesta española ha sido la escogida.

¿Una Armada pensada para la guerra?

Una vez conocida la noticia de esta compra por parte de Uruguay, el gran interrogante que se ha puesto sobre la mesa es si esta es una buena adquisición. Los analistas coinciden que para dar respuesta a esta pregunta es preciso tener en cuenta no solo las capacidades de los buques sino también las misiones en las que se emplearán. “El gran problema es determinar cuál es el rol de la Armada, si es una Armada de guerra o guardacostas”, explicó a Infobae España el experto en asuntos militares de Uruguay Gabriel Porfilio. “Las funciones que últimamente estaba cumpliendo la Armada, más allá de obviamente la protección de la soberanía, son netamente de guardia costera porque no tiene, y nunca tuvo, los medios como para realizar la guerra”.

En este sentido, Porfilio ha señalado que los barcos que se van a comprar en España son de construcción y de diseño civil y han sido catalogados como buques policiales. “Eso es lo que la Armada uruguaya va a terminar siendo no sólo en la práctica sino también en la teoría”, aseguró. De todos modos, el experto resaltó las nuevas capacidades que supondrá para Uruguay las futuras embarcaciones: “Si bien el armamento es de calibres menores traen capacidades efectivas muy superiores a las que actualmente se tiene y van a permitir actuar en misiones internacionales, pueden operar en aguas de cualquier país y de todo tipo, con un helicóptero embarcado, con Datalink y múltiples sistemas optrónicos”.

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