20 de las playas más bonitas de Portugal: desde los acantilados del Algarve hasta las calas salvajes del Alentejo

Portugal se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos favoritos para viajar durante el verano, pero también en cualquier época del año. Esto se debe a la cantidad de atractivos turísticos que cuenta y a su espectacular patrimonio histórico, cultural y natural. De este último destacan sus imponentes parajes de interior, pero también sus bellas playas.

Estas cuentan con una orografía única caracterizada por un paisaje rocoso y con acantilados. No obstante, también se pueden encontrar pequeñas calas y arenales más extensos que son dignos de admirar. Por ello, hemos elaborado una selección de 20 de las playas más bonitas del país luso que no te puedes perder en tu viaje.

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Es una de las playas más hermosas y visitadas del Algarve. De arena blanca y rodeada de rocas de un bonito color rojizo y exuberante vegetación, es un paisaje absolutamente único. Cerca de ella todavía se pueden encontrar pequeñas calas y playas más tranquilas escondidas entre rocas de piedra caliza.

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Esta preciosa cala se encuentra rodeada de peñascos y grutas que conectan con otras calas como Praia da Prainha. Situada en el extremo oriental dela extensa playa de Alvor, en el Algarve, se caracteriza por sus bellas aguas de color turquesa y por su tranquilidad.

No es una de las mejores playas para bañarse, pero esto toda una eminencia en Portugal gracias a sus enormes olas. Se puede decir que este arenal es una de las mecas del surf, pues en sus aguas se ha tomado la ola más grande del mundo, 26,2 metros.

Esta playa se encuentra rodeada de preciosos acantilados de arenisca y formaciones rocosas de curiosas formas. Se enclava en la bahía de Lagos, y para acceder a ella hay que bajar unos 200 escalones, un esfuerzo que vale la pena al contemplar su gran belleza.

Enclavado en pleno Parque Natural de la Arrábida, cerca de Setúbal, este arenal es uno de los más salvajes de Alentejo. Cuenta con aguas cristalinas y arena fina y blanca, y se ubica a poco menos de una hora de Lisboa. Esto convierte a la Praia do Portinho en uno de los mejores destinos para alejarse del bullicio de la capital.

La Praia da Falésia es una de las playas más extensas del Algarve. Tiene casi seis kilómetros de arena dorada y su ubicación, cerca de Albufeira, la hace todavía más popular. Destaca por su espectacular entorno, ya que se encuentra rodeada por acantilados.

Al igual que la praia do Portinho se enclava dentro del Parque Natural de la Arrábida. Se caracteriza por su inmensa tranquilidad y por haber sido elegida en 2017 la “Mejor Playa de Europa”, de acuerdo a una votación del portal European Best Destinations. Permite practicar submarinismo, pero su acceso es algo complejo.

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Un aspecto curioso de este arenal es que en uno de sus extremos, sobre un promontorio rocoso, se ubica la conocida como Capela do Senhor da Pedra. Se trata de una capilla que le da un toque especial a la playa. A su vez, es una de las más bonitas de Oporto, perfecta para disfrutar de un tranquilo día si se visita la ciudad.

Es una de las playas más impresionantes de Portugal. Cuenta con kilómetros de dunas y se ubica a solo 1 hora de la capital. Además, su oleaje es perfecto para practicar deportes de agua como el kitesurf.

Este arenal es uno de los secretos mejores guardados del Algarve. Se encuentra justo al lado de la hermosa cueva de Benagil, por lo que su acceso solo se puede hacer en barco o kayak. Su imagen es única gracias a las cuevas y arcos que forma la roca, convirtiendo la playa en un lugar único que hay que visitar.

Junto a la praia da Corredura destaca también la praia de Vale Covo. Ambas cuentan con las mismas características y a esta solo se puede acceder también por mar. Es un sitio ideal para relajarse y disfrutar de un espectacular paisaje adornado con acantilados y playas vírgenes. La playa es bastante estrecha, por lo que cuando sube la marea puede incluso llegar a desaparecer bajo las olas.

Este arenal ofrece una de las vistas más impresionantes de Portugal. La caída de las casas por el acantilado que abriga la playa es una imagen única en el país luso. Además, cuenta con una piscina en uno de sus extremos que hace las delicias de todos los bañistas.

Se enclava muy cerca del Cabo de San Vicente y se caracteriza por el perfil abrupto de sus acantilados. Además, es uno de los arenales favoritos por los surfistas gracias a las condiciones y características que ofrece.

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Esta espectacular playa se encuentra en Sintra y destaca por su espectacular entorno. Se incrusta bajo el cobijo de los acantilados y alberga varias rocas que sobresalen del agua. De hecho, su nombre se debe a una de estas formaciones por tener forma de oso.

Se encuentra en la costa de Estoril, a tan solo cinco kilómetros de Cascais. Su belleza fue reconocida en 1969 cuando apareció en una película de James Bond. Además, sus aguas son idóneas para practicar deportes de agua y el sendero que recorre la playa hasta Cascais descubre lugares como la Boca del Infierno.

Junto a la Praia do Camilo, es la más famosa de Lagos. Los peñascos que se adentran en el mar crean un paisaje digno de admirar. Al igual que la gran mayoría de playas del Algarve, al estar resguardada entre rocas, el agua es bastante tranquila, lo que la convierte en un espacio perfecto para visitar con toda la familia.

Las Azores conforman un rincón mágico dentro de las fronteras portuguesas. Un conjunto de islas que son lo más cerca al paraíso gracias a playas como la de Mosteiros. Se encuentra en la isla de São Miguel, la más grande de todas, y sus características volcánicas hace que sea una de las más bellas de Portugal.

Madeira es conocida como la isla dorada gracias en parte a la playa de Porto Santo. Se trata de un arenal salvaje de unos nueve kilómetros de longitud que es uno de los más bellos de Portugal. Su arena fina y dorada junto con sus aguas turquesas terminan por completar el conjunto paisajístico.

Situada en un valle profundo y entre paredes imponentes, Magoito es una de las playas más impresionantes de Sintra. Cuenta con un fuerte oleaje perfecto para practicar surf, aunque su acceso es algo complejo.

El arenal se caracteriza por tener agua por los dos lados. Esto sucede debido a que es lo que conecta la isla de Baleal con la Península. Igualmente, es imprescindible recorrer las calas que rodean al islote.

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