Ha tenido que llegar al pelotón otro Carlitos ilustre, en su caso apellidado Rodríguez, para que el deporte español vuelva a ilusionarse con uno de sus grandes caladeros históricos de éxitos: el ciclismo. Con 22 años, el corredor granadino del Ineos está emulando al tenista Alcaraz con su propio debut de tintes legendarios. No se está produciendo en la hierba, pero el escenario es al deporte de las dos ruedas lo que Wimbledon al de la raqueta: en su primera participación en el Tour de Francia, la carrera ciclista con mayúsculas, marcha tercero a falta de tan sólo seis etapas para la conclusión.
Tras ser séptimo en la Vuelta a España de 2022, todo apunta a que Carlos Rodríguez va a conseguir ahora la mejor participación de su vida en una prueba de tres semanas. Si la batalla entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar por el maillot amarillo ya promete lo suyo (apenas 10 segundos de margen para el danés), la que atañe a ocupar el último cajón del podio en los Campos Elíseos tampoco se queda atrás: sólo hay 77 segundos entre el español, Adam Yates y Jai Hindley.
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Hasta la fecha, a quien más ha acompañado la regularidad, de entre los tres, ha sido al de Almuñécar. Sin bajarse del ‘top 5′ desde el 6 de julio, fue cuarto a partir del día 8 de forma ininterrumpida, hasta que alcanzó la tercera plaza de la general gracias a su victoria en Morzine: perder tiempo no ha sido una opción para él. El zarpazo de Yates en busca de las posiciones de honor fue notable de camino a Saint-Gervais, pero le toca confirmarlo tanto en la contrarreloj de este martes como en las jornadas restantes. En cuanto al australiano, ganador del Giro de Italia en 2022, ha ido a menos desde que se impuso en Laruns, con los Alpes castigándole sobremanera en las dos últimas etapas.
“Si tengo buenas piernas claro que atacaré [...] A mí siempre me gusta ser ofensivo, pero ahora mismo con dos corredores tan fuertes y con dos equipos tan fuertes alrededor es difícil hacer daño sin pegarse un tiro en el pie”, ha reconocido un Rodríguez que, sin saber muy bien qué esperar de la “crono bastante dura” de hoy, marca en rojo sobre todo el miércoles: “Es la etapa que mejor me va. El Col de la Loze es una subida bastante larga, muy dura, y creo que puede ser uno de los momentos importantes de este Tour”.
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Está claro que él se queda con la montaña. Y, por encima de todo, con la posibilidad de resarcirse en esta tercera semana de la caída que le privó de hacerlo todavía mejor en la última Vuelta. Suceda lo que suceda en los próximos días, está claro que el ciclismo español vive su mejor momento en la Grande Boucle en nada menos que ocho años.
Los españoles vuelven a sonreír
Carlos Rodríguez es el gran culpable de haber agitado la ronda francesa con más ímpetu que nunca en los últimos tiempos para los intereses españoles, pero no el único. Pello Bilbao destapó al sprint, en la décima etapa, un tarro de las esencias que ya había cogido demasiado polvo, haciéndose en Issoire con el primer triunfo español en el Tour desde 2018. La fiesta continuó 48 horas más tarde en Belleville-en-Beaujolais, de la mano de la escapada fulminante de Ion Izaguirre. Alegría doble para la grupeta vasca, tras partir hacia el país vecino precisamente desde su tierra.
La lucha por el podio, muy real después del tercer festejo español en las carreteras galas, ya iguala esta edición con la última en la que hubo algo que celebrar para los nuestros: 2015. Entonces, todo un mito como Alejandro Valverde consiguió estar en la fotografía final de París junto a Chris Froome, primero, y su compañero Nairo Quintana, segundo en un podio copado por Movistar. Además, hubo tres victorias de etapa españolas, como ha ocurrido por el momento en 2023: dos de ‘Purito’ Rodríguez (ganó en Huy y en Plateau de Beille dos años después de finalizar tercero el Tour) y una de Rubén Plaza (Gap).
La guinda del pastel que ese verano corrió a cargo del ‘Bala’ puede ponerla, en la actualidad, Carlos Rodríguez. Seguirá quedando en el ‘debe’, eso sí, volver a ganar el Tour de Francia. Algo que no consigue ningún español desde que Alberto Contador lo lograse por segunda y última vez en 2009. Pero que, al mismo tiempo, parece una hipótesis cada vez menos lejana gracias al concurso de jóvenes promesas como el andaluz y Juan Ayuso.
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