“Estamos cerca del Palacio de la Moncloa, pero no dentro; podemos llegar, pero no lo hemos hecho”, pronuncia Alberto Núñez Feijóo desde los 92 metros de altura que alcanza el Faro de Moncloa, donde ofrece un discurso más bien institucional con las banderas de España y de la Unión Europea a sus espaldas.
“Me dirijo a mi país con Moncloa a la vista, pero teniendo presente que quien está es el señor Sánchez. Ni cerca es dentro, ni poder es conseguir, pero tenemos al alcance nuestro objetivo”, continúa el líder del PP, con un tono sobrio y acompañado por varias personas que van en sus listas por Madrid, como Marta Rivera de la Cruz, Cayetana Álvarez de Toledo, Eugenia Carballedo o Jaime de los Santos.
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Desde las alturas y con la residencia presidencial a la vista, Feijóo promete un cambio que no sea ni abrupto, ni con deseos de revancha, ni atropellado, porque lo que quieren los españoles, según el candidato del PP, es un cambio “sin ira”. Se compromete a la política que España desea y merece “en forma y en fondo”, sin precisar cuál es y con los pactos con Vox reclamando esa “forma”. También critica que el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, recurra al “argumento clásico” del “miedo”, pero, en su opinión, España no tiene miedo al cambio, sino a cuatro años más de lo mismo.
“Soy Feijóo, quiero ser presidente de todos los españoles, y me propongo restaurar el espíritu de la Moncloa que alumbró la mejor política de nuestra democracia”, es una de las tantas frases en “modo institucional” que el candidato deja esta mañana de lunes, en la que ha vuelto a pedir que los españoles le otorguen un mandato “claro y profundo”, con el que representará a todos los ciudadanos “piensen lo que piensen”.
La gran mayoría “no autoritaria”
En este sentido, Feijóo rechaza practicar una política no “autoritaria” si consigue una mayoría suficiente, e invita a quienes quieran “sumarse” de cualquier “espectro político”. También lanza una advertencia si no recauda los apoyos suficientes: “Quien pretenda imponerme algo, se equivocará. Me imponen mis principios y mis compromisos”, asevera el líder del PP, en un mensaje velado, pero teledirigido a la sede de Bambú, donde Santiago Abascal insiste en no regalar sus apoyos al PP.
“No seré rehén de ningún partido, ni siquiera del mío”, lanza Feijóo.
La sustitución de las “coaliciones de partidos” por los “pactos de Estado”, es el objetivo del PP, por lo que, a seis días de las elecciones, ya ha avanzado cinco de estos pactos, en los que no habrá exclusiones, vetos, ni cordones sanitarios “arbitrarios”, incluyendo a Vox en los mismos. E incluso se ha apresurado a decir que, con que salga uno de los cinco, “la legislatura habrá merecido la pena”.
— Pacto institucional, con el que quiere mejorar “la calidad de la democracia”, preservando la división de poderes y la independencia de los organismos de control.
— Pacto por el estado del bienestar, para garantizar la “viabilidad de la sanidad pública y la estabilidad y la calidad de la educación”.
—Pacto por el saneamiento económico, que pretende garantizar la solvencia de las más vulnerables y la clase media, y un camino más próspero para los jóvenes
—Pacto para las familias, con el fin de que puedan compartir más tiempo “con los suyos y hacer posible la conciliación”.
—Pacto territorial, “para fortalecer la España de las autonomías, mediante el diálogo multilateral para tomar decisiones comunes sobre los asuntos comunes”.
“Prometo gobernar pensando en todos y para todos, sin poner etiquetas a nadie y con respeto a las minorías parlamentarias, pero no toleraré ataques a la unidad nacional ni a la España de las autonomías”, advierte el líder del PP, anticipando las advertencias que, si gobierna, tendrá que trasladar a su izquierda y a su derecha.
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