Como buena saharaui, Tesh Sidi habla con las manos. Nacida en Auserd, uno de los campamentos de refugiados saharauis afincados en Tinduf (Argelia) desde que Marruecos ocupara las tierras de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) después de que España abandonara el territorio que previamente había colonizado. Han pasado más de 50 años y hay quienes no han conocido más que el calor y la precariedad de esos campamentos. Al menos, Tesh pudo vivir a caballo entre Tinduf y Mauritania, que sumado a sus veranos en Alicante gracias a los programas de ayuda a los niños saharauis, la han convertido en una mujer de mil sitios.
Si las cuentas son como se augura y salvo catástrofe, Tesh Sidi se convertirá en la primera diputada saharaui en la historia del Congreso de los Diputados. Es la número tres de Sumar por la lista de Madrid y su sola presencia devolverá la cuestión saharaui al centro del debate nacional. “Cada saharaui sabe cuál es su rol en el campo de batalla. El mío ahora es entrar en estas reglas del pueblo para visibilizar la causa. Voy a ser útil para la presencia mediática y pedagógica, además de en acuerdos comerciales y empresariales”, asegura a Infobae España durante la entrevista.
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España tiene responsabilidades históricas en el territorio saharaui. Tras abandonar la colonización, dejó a merced de Marruecos a miles de personas que hasta entonces tenían DNI español. Una región doblemente ocupada, ahora por la dictadura marroquí, que pide la independencia y la liberación de su país. “A veces se enmascara la colonización española como algo amigable y no hay que sentirse orgullo de aquello: fue una colonización, a las cosas por su nombre, se colonizó y hay una responsabilidad con el pueblo saharaui”, recuerda la futura diputada, que ante posibles dudas o equidistancias, deja bien claro que los saharauis no buscan ser españoles, buscan ser reconocidos como una nación independiente.
Históricamente, así como Palestina ha tenido siempre un gran apoyo dentro de la izquierda internacional, el Sáhara siempre ha pasado más desapercibido. Por ello, Tesh pone el foco en su ejercicio por visibilizar el conflicto: “El mero hecho de que salga con una pulsera del Sáhara en televisión ya es importante”, relata la mujer. La paciencia es una de las grandes virtudes del pueblo saharaui y Tesh hace un análisis a largo, larguísimo plazo: “Hay que concebir que la lucha es de siglos Todo cambia, el imperio egipcio desapareció después de miles de años”, dice. De pronto, los cincuenta años de conflicto se sienten tan pequeños como un suspiro.
Una infancia en un campamento de refugiados
Las cosas han cambiado en los campamentos desde que ella era una niña. Tesh recuerda que aquellos niños crecidos en los noventa “eran hijos de todos”, ya que cualquier mujer en periodo de lactancia amamantaba a otros niños. “Hubo una crisis humanitaria mucho más grande de la que hay ahora”, dice sobre su infancia, a la que resta romanticismo y la cataloga como “cero idílica”.
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Ahora hay casas en los campamentos que disponen de aire acondicionado, lavabos y cocinas de fogones, una mejoría que, por otro lado, indica que el conflicto está estancado y que ha sido necesario buscar acomodo en mitad del desierto. Tesh prefiere verle el lado optimista, una mentalidad muy saharaui, y constatar mejorías en los campamentos es para ella un síntoma de “administración colectiva”, algo de lo que sentirse orgullosa. “Somos un Estado dentro de un Estado, no es como un campamento de Lesbos. No hemos desistido en organizarnos”, insiste la mujer.
El aliado natural de Sumar en caso de victoria será el PSOE, que ya ha demostrado en varias ocasiones que la cuestión saharaui le genera incomodidad. De hecho, este año apareció una carta de Pedro Sánchez donde reconocía que la mejor opción para el conflicto era que el Sáhara se convirtiera en una autonomía de Marruecos, medida intolerable para la RASD y el pueblo saharaui. La gran pregunta es si se podrá presionar para rascar avances en la materia, algo de lo que Tesh está convencida: “Se les podrá presionar, claro. Estamos con la libre determinación del pueblo saharaui. El Sáhara es fundamental en el programa de Sumar. Será una negociación ardua, pero hay que volver a posturas de derecho internacional y responsabilidades de España”, promete con convicción.
La relación entre Marruecos y España
Los saharauis han estado siempre entre España y Marruecos, por eso sus posturas en torno al reino de Mohamed VI son tan contundentes: “La relación entre los países no es de igual a igual, es la de un dictador chantajista sometiendo a un estado de derecho. Esa es la relación, es tóxica y donde se negocia con una pistola encima de la mesa y con las personas. Es una relación de chantaje, de que España camina con un pie y el otro está cogido por Marruecos”, afirma tajante Tesh.
Hace precisamente un año, la masacre en la valla de Melilla donde murieron 37 personas, marcó un punto de inflexión dentro de la política exterior del Gobierno de coalición. “Marlaska tendría que haber dimitido. Es un insulto a los derechos humanos y a las familias. Se habló que si el pie de un muerto estaba o no en la frontera, no se puede debatir eso cuando eres un gobierno progresista y hablas de derechos humanos. Es que no se puede seguir financiando a una dictadura como Marruecos”, asevera la saharaui.
Hay una máxima dentro de toda esta campaña electora, que ni PSOE ni Sumar saben responder con certeza. Tras una legislatura plagada de medidas sociales, las encuestas dan como claro vencedor del 23-J al PP de Alberto Núñez Feijóo. Tesh se atreve a exponer los motivos, que se encuentran en las propias rutinas agotadoras del ciudadano: “La gente no tiene tiempo para politizarse, para pasar tiempo con sus familiares. Después de 10 horas fuera de casa no quieres saber nada, hay que cambiar esas dinámicas”. Tal vez el tiempo libre sea la siguiente revolución.
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