¿Qué es el nuevo fondo público de pensiones y cómo beneficia a los trabajadores que ahorren en él?

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, tiene que darse prisa si quiere cumplir su objetivo de poner en marcha los fondos públicos de pensiones (FPEPP) antes de que acabe la legislatura, como se comprometió a principios de junio, ya que solo le queda una semana para conseguirlo.

Con este ‘macrofondo’ de promoción pública y gestión privada, Escrivá pretende facilitar el ahorro complementario para la jubilación a cerca de 10 millones de trabajadores de pymes, empleados públicos y autónomos, dar estabilidad al actual modelo de previsión social complementaria e impulsar los planes de pensiones en el marco de la negociación colectiva. Otro de sus objetivos es multiplicar por cinco el dinero acumulado en planes de pensiones de empresa hasta llegar a los 300.000 millones euros.

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Para cumplir sus planes y poner en funcionamiento el proceso, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha llevado a cabo un concurso público entre entidades privadas que serán las encargadas de gestionar los fondos e invertir en activos con distintos niveles de riesgo. Eso sí, supervisadas por una comisión promotora independiente integrada por funcionarios del ministerio. Entre sus funciones destacan promover la constitución de los fondos de pensiones, establecer un marco común de estrategia de inversión y seleccionar a las entidades gestoras y depositarias.

Cada tres años el ministerio convocará un procedimiento abierto para seleccionar a las entidades gestoras de fondos de pensiones y para la constitución y gestión de nuevos fondos de pensiones de empleo de promoción pública abiertos. Los activos de los fondos serán invertidos tomando en cuenta la rentabilidad, el riesgo y el impacto social y medioambiental de las inversiones.

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La implantación de estos fondos en las empresas se articulará a través del convenio colectivo y los trabajadores que opten por ahorrar en ellos deben llegar a un acuerdo con sus empresas para que estas les ingresen una parte del salario en sus fondos de pensiones. Este porcentaje también lo regulará el convenio.

Entre las ventajas de los nuevos fondos destacan sus bajas comisiones, mucho menores que las de los planes de pensiones individuales, rondan entre el 0,1% y el 0,25%, los incentivos fiscales que supone tanto para el empresario como para el trabajador y la posibilidad de obtener una buena rentabilidad, ya que al ser fondos con mucho capital podrán acceder a inversiones más rentables y sofisticadas.

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El deseo de José Luis Escrivá de impulsar los planes de empleo a costa de los individuales viene de lejos, al aprobar en 2020 una reducción de 8.000 a 2.000 euros el límite de las aportaciones a los planes individuales con derecho a desgravación en el IRPF, lo que supuso una merma del 75 por ciento.

Más tarde, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022 estableció una nueva rebaja de estos límites de 2.000 a 1.500 euros, lo que “perjudicó” a 7,5 millones de participes en planes de pensiones individuales y a casi un millón de ahorradores en planes de previsión asegurados (PPA), señalan desde la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensión (Inverco). Mientras que aumentó los incentivos fiscales a los paratícipes de planes de pensiones de empleo, que pueden desgravarse hasta 10.000 euros en la declaración de la renta.

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