La reforma laboral mejora el empleo en el sector turístico: hay 400.000 contratos fijos más que antes del covid

La temporalidad en el sector turístico se ha desplomado al mínimo histórico del 7,9%, muy lejos del 39,02% que registraba en el tercer trimestre de 2019

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FOTO DE ARCHIVO: Un camarero
FOTO DE ARCHIVO: Un camarero lleva una bandeja con cervezas en un barrio comercial de Madrid, España, el 27 de julio de 2021. REUTERS/Juan Medina

El turismo ha sido un sector tradicionalmente marcado por la temporalidad en el empleo que generaba. La fuerte contratación que registraba durante la época estival o durante la campaña de navidad se diluía en otras épocas del año, cuando la actividad turística era menor. Así, la entrada en vigor de la reforma laboral, que traía consigo la eliminación de los contratos temporales, suponía un reto para este sector. Sin embargo, este cambio normativo que a priori parecía complicado de asumir, ha mejorado notablemente la calidad de los empleos relacionados con el turismo: en junio de 2023 se registraron 400.000 contratos fijos más que en 2019, año previo al estallido de la pandemia.

La recuperación de la actividad turística –tras el fin de las restricciones– como consecuencia del aumento de la demanda de viajes y la subida de precios derivada de la inflación, ha estimulado el crecimiento del empleo: se han creado un 6% más de puestos de trabajo en comparación con 2019, con 126.815 afiliados más a la Seguridad Social, según los datos de la Alianza Turística Exceltur, que engloba a grandes empresas como Meliá, RIU, Iberostar, NH, Iberia o Renfe.

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Pero no sólo importa la cantidad, también la calidad. Y lo cierto es que, un año y medio después de la entrada en vigor de la reforma laboral, la temporalidad en el sector turístico se ha desplomado al mínimo histórico del 7,9% –la mitad de la media española que se sitúa en el 14,3%– y muy lejos del 39,02% que registraba en el tercer trimestre de 2019, tal y como muestra la Encuesta de Población Activa (EPA). Así, en el último año se ha producido un fuerte avance del empleo indefinido, que en el caso del sector turístico ya representa el 92,4% del total de contratos -30 puntos más que antes de la pandemia-.

Por tipo de contrato, el empleo fijo a tiempo completo supera en 200.000 a los contratos registrados antes de la pandemia y ya supone el 39,9% del empleo turístico, mientras que los fijos a tiempo parcial suman 192.000 más que antes de la pandemia –con lo que representa el 27,2% del total turístico–. La figura más controvertida que trajo a la palestra la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz fue la de los fijos discontinuos. Este tipo de contratación indefinida ha sido la más utilizada para suplir los contratos temporales.

La falta de mano de obra incentiva las mejoras laborales

Sin embargo, solo representan dos de cada diez contratos de relacionados con el turismo, pese a ser uno de los sectores con mayor estacionalidad. Óscar Perelli, director de Estudios de Exceltur, ha resaltado que en cuanto las empresas han visto una mejora en la actividad han redoblado las contrataciones. Además, la falta de mano de obra y los problemas para cubrir las vacantes han incentivado mejoras en la calidad de los contratos. “Con las dificultades de contratación se han mejorado las condiciones de empleo”, ha reconocido Perelli.

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Y no sólo ha mejorado la calidad de la contratación, también lo ha hecho la remuneración de los trabajadores. En comparación con los datos registrados antes del estallido del Covid-19, los salarios de los empleos relacionados con el sector turístico se han incrementado de media un 8,8% –superando en tres décimas la revalorización de los sueldos en España, que se sitúa en el 8,2%– según los datos recopilados por Caixabank Research y recogidos por Exceltur.

Una evolución positiva en la contratación que puede verse reforzada de cara al último trimestre del año –la otra temporada de fuerte actividad– ya que las grandes empresas del sector esperan aumentar sus ingresos en más de 11% impulsadas por el aumento de las ventas. A pesar de que los márgenes no se han recuperado, el aumento de los precios y el fuerte impulso de las ventas dota de liquidez a estas compañías, que miran al 2023 con optimismo tras dos años de ralentización de su actividad.

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