La siniestralidad laboral cayó a los niveles más reducidos de las últimas décadas con la Covid-19 pese a las bajas de trabajadores sanitarios y de servicios sociales. Los confinamientos y las distintas restricciones sanitarias congelaron la actividad e impidieron muchos accidentes, tanto en el lugar de trabajo como en los trayectos hacia el mismo. 2023 es el primer año iniciado sin restricciones sanitarias para el ocio y esta reactivación ha venido acompañada de la vuelta progresiva a los niveles anteriores de siniestralidad en la hostelería.
Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, los accidentes de trabajo en jornada con baja aumentaron un 13,4% en el sector de la hostelería entre enero y mayo de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esto supone un total de 19.040 accidentes laborales con baja en los cinco primeros meses del año, es decir, 126,09 al día. La hostelería es el sector donde más se disparan este tipo de accidentes, aunque el número absoluto no termina de informar del fenómeno, ya que en el mismo periodo también han aumentado un 6,52% interanual los afiliados medios a la Seguridad Social.
Por ello, lo recomendable es comparar el índice de incidencia, que relaciona el número de accidentes con el de trabajadores. Según este índice, la hostelería anota un aumento del 6,5% en comparación con 2022, de manera que el incremento de la siniestralidad es mayor que el propio crecimiento laboral del sector. La hostelería siempre ha tenido un índice de incidencia algo mayor que el total de todos los sectores, pero quedó por debajo en 2020, 2021 y 2022.
En lo que va de 2023, la incidencia de la siniestralidad laboral en la hostelería está 4,1 puntos por encima del total, lo que apunta a que este año podría recuperar su tendencia anterior tras el fin de las restricciones sanitarias. No obstante, el sector con más índice de incidencia sigue siendo el de las industrias extractivas, seguido de la construcción.
Mariano Sanz, secretario de Salud Laboral de CCOO, detalla que la tipología de accidentes de la hostelería se concentran en “alteraciones musculoesqueléticas y caídas al mismo nivel” y, aunque desconoce por el momento las causas concretas del aumento de la siniestralidad en el sector, reconoce que “hay que poner el foco” para detectarlo.
Lo que cuentan los datos es que la mayoría de los accidentes registrados este año en jornada en la hostelería (18.950) son leves y tienen mayor peso en el subsector de servicios de comidas y bebidas (13.994), que es el más numeroso en mano de obra, pero también el que peores condiciones laborales tiene en salarios y horarios. Solo se han contabilizado 81 accidentes graves y 9 mortales.
La siniestralidad baja en términos generales por la sanidad
Más allá de la hostelería, el índice de incidencia general cae un 5,1% en los cinco primeros meses de 2023 en comparación interanual, pero la rebaja se circunscribe mayoritariamente a los trabajadores sanitarios y de servicios sociales, que registran una incidencia un 47% inferior. Esto se debe a que dichos trabajadores dejan de tener derecho a bajas laborales por Covid-19 a partir de la primavera de 2022, al tiempo que desciende la gravedad de la enfermedad. Se suman rebajas de la incidencia del 1,6% en la agricultura, del 1% en el transporte y del 1,4% en actividades administrativas. Todos los demás sectores (7) elevan su incidencia.
También cae ligeramente el número de accidentes de trabajo respecto a los cinco primeros meses de 2022, un 0,9% (hasta los 250.232), pero Sanz no cree que se deba interpretar como un descenso estructural por el efecto del Covid-19: “Creemos que hay que ser prudentes”, afirma. Sí destaca que en los accidentes mortales “ha habido una bajada importante”, con 48 muertes menos (un total de 245) que en el mismo periodo de 2022.
Por otra parte, Sanz incide en que continúan replicándose los siniestros más habituales y estudiados: “Seguimos teniendo accidentes clásicos con índices muy elevados vinculados con tráfico, caídas en altura, atrapamientos o choques contra objetos. Accidentes muy relacionados con las medidas preventivas que se toman porque están bastante identificados”. Lo que indica que, si persisten, es porque “no se están cumpliendo las medidas de seguridad”, defiende.
CCOO pide más inspectores y cambios legales
El gran problema que impide la vigilancia de la prevención de riesgos laborales es, a juicio de CCOO, la falta de inspectores de trabajo. “Hay un inspector por más de 20.000 trabajadores y por más de 1.300 o 1.400 empresas”, critica. Precisamente esta semana, el Gobierno publicó la oferta de empleo público para 2023 que incluye 65 plazas de nuevo ingreso para subinspectores de la escala de Seguridad y Salud Laboral a los que se suman otros 70 de la escala de empleo y Seguridad Social, pero CCOO lo considera insuficiente.
Por otra parte, el sindicato critica la rebaja del “valor” de la prevención desde la reforma laboral del año 2012, algo que no ha modificado la de 2021. En concreto, Sanz explica que se elevó a 25 trabajadores el número limite hasta el cual la empresa puede desarrollar por sí misma todas las actividades preventivas, límite que antes de esa reforma estaba en 6 trabajadores. Además, se “suavizaron” los requisitos de calidad de los servicios de prevención ajenos y ahora hay “servicios de prevención low cost” con técnicos que cubren “200 empresas” a la vez.
Desde CCOO creen que la patronal podría estar de acuerdo en abordar la modificación del límite de 25 trabajadores porque “hay cosas que saben que están mal” y considera que el Gobierno no ha abordado la prevención de riesgos laborales “con la intensidad que debería”, pese a la firma de la Estrategia de Seguridad y Salud en el trabajo 2023-2027 en febrero de este año.
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