La Policía Nacional quiere comprar 1.000 cascos para los agentes que componen sus Unidades de Prevención y Reacción (UPR), que son una especie de antidisturbios distintos a los tradicionales UIP que suelen actuar en situaciones de baja intensidad. El presupuesto máximo es de 498 euros por unidad. Lo que sí quiere la Policía es que estos cascos lleven “una banda amarilla de pintura o adhesivo de color amarillo fluorescente de alta visibilidad” para diferenciar estas unidades de las UIP.
El contrato acaba de ser licitado, y según su memoria justificativa, la necesidad de dotar de este material antidisturbio a los funcionarios de las UPR “viene establecida por sus competencias en materia de orden público”: labores de seguridad ciudadana en concentraciones y manifestaciones “que no requieran la actuación de otras unidades más especializadas”, dispositivos con ocasión de espectáculos públicos deportivos, musicales o taurinos; y eventos sociales pacíficos, como son las fiestas patronales o religiosas, actos culturales, mítines y otros similares.
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Si bien dichas funciones no presentan, a priori, un riego excesivo, argumenta la Policía Nacional, “bien es sabido que dichos eventos pueden derivar en altercados de grandes dimensiones, debiendo estar las Unidades de Prevención y Reacción prevista de los medios necesarios que reunan las características y el nivel de seguridad acorde con las funciones que desempeñan y a los riesgos a los que se hallan expuestas”.
“Los riesgos derivados de las funciones que realizan estas unidades y a los que hacen frente los policías que las integran, se pueden enumerar desde el impacto de objetos contundentes lanzados por manifestantes (piedras, cascotes, escombros, bolas de acero, adoquineso similares) hasta sustancias químicas que pudieran inflamarse (tipo cóctel “Molotov”) o agentes corrosivos o irritantes”.
Llama la atención el método empleado por la Policía para calcular el precio que debe pagar por los cascos, que ha tenido en cuenta “los precios habituales en el mercado en concordancia con las adquisiciones realizadas en años anteriores, teniendo en cuenta asimismo el incremento del IPC, el número de cantidades a adquirir, y la subida de la materia prima debido a la situación bélica actual”, en referencia a la guerra de Ucrania.
Y pone como ejemplo que en 2015 se tramitó otro contrato para adquirir 2.350 cascos antidisturbios por un importe unitario de 324€ impuestos excluidos, última adquisición de este tipo de material realizada por la Policía Nacional. Ahora el precio se va a 412 euros por unidad, que sumando el IVA sube a 498 euros. En la actualidad, las UPR están formadas por unos 2.190 efectivos distribuidos en 72 grupos operativos.
Requisitos técnicos
El casco antidisturbio, además de servir para protección de la cabeza del usuario contra golpes e impactos, debe llevar en la parte exterior lateral, a ambos lados de la carcasa, un sistema de acoplamiento rápido para sujeción de una máscara NBQ. Su peso máximo debe ser de 1.900 gramos. También deberá llevar un protector de nuca y ser de tamaño único para “permitir su utilización sobre las distintas tallas de cabeza”. Los cascos deberán pasar ensayos con armas delcalibre 22 y 38 para que no sean penetrados. También deberán ser resistentes a la gasolina y otros productos inflamables
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