España se queda sin socorristas por las condiciones laborales: impagos, más de 10 horas al día y sin apenas vacaciones

“Las empresas del sector son muy piratas”, lamenta Guillermo Rojo, responsable de juventud de CCOO del hábitat de Madrid

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Piscina del área recreativa de Riosequillo en Buitrago del Lozoya. (Foto: Comunidad de Madrid)
Piscina del área recreativa de Riosequillo en Buitrago del Lozoya. (Foto: Comunidad de Madrid)

Con la llegada del verano, se abre la temporada para los socorristas, ya que son ellos quienes se encargan de controlar que ni en las playas ni las piscinas se produzca ningún indecente. El problema es que el número de socorristas en España se ha reducido tanto que en algunos puntos del mapa incluso están teniendo serios problemas para poder encontrar trabajadores de este sector. Esto se debe principalmente a un motivo, sus condiciones laborales, las cuales han empeorado considerablemente en los últimos años y esto ha llevado sea un sector cada vez menos atractivo y al que cada vez menos personas quieren dedicarse.

Guillermo Rojo, responsable de juventud de CCOO del hábitat de Madrid, trabaja en la campaña online que ayuda a estos trabajadores de forma gratuita a defender sus derechos. De esta forma, ha podido conocer de cerca los problemas del sector y las experiencias que muchos socorristas han vivido. Rojo ha explicado a Infobae España que se juntan dos cuestiones: el cambio en la normativa del sector, ya que se han cambiado los requisitos que recoge la normativa y, por tanto, no todos los trabajadores los cumplen. Pero, la principal barrera son las condiciones laborales.

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Respecto a este sector, detalla, hay que tener en cuenta varios puntos. En primer lugar, que las empresas que gestionan las piscinas públicas y de las comunidades privadas son pequeñas. Por ello, los contratistas buscan firmar con ellas contratos al precio más bajo posible. Estos repercute directamente en el sueldo de los socorristas. Además, tampoco respetan la normativa vigente, que generalmente se adscribe al convenio de instalaciones acuáticas estatal, porque no hay uno autonómico o provincial. Esta ley recoge una serie de condiciones que se deben respetar sobre los contratos y condiciones en las que trabajan los socorristas.

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Uno de los puntos, según afirma el responsable de juventud de CCOO del hábitat de Madrid, que suelen incumplir son las horas extra. “Yo lo que más me he encontrado son personas trabajando entre 50 y 75 horas semanales, y muchos de ellos con horas extras sin pagas. En los mejores casos están pagadas como horas ordinarias o por debajo de las horas ordinarias”, específica. Por otra parte, tampoco se respectan los descansos, ya que la mayoría de socorristas trabaja de lunes a domingo y no tienen ningún descanso semanal, cuando el convenio recoge que deben tener un día y medio libre, añade.

Tampoco les suelen dar EPIS, asegura Rojo, es decir, no les dan el material de trabajo como la sombrilla, crema solar o chanclas y se ven “obligados a comprarlo ellos”. Incluso realizan funciones que no les competen, como mantenimiento de la piscina o control de los productos químicos. “Se les piden que lleven a cabo estas funciones, pero no tienen ninguna formación respecto a estas actividades, ni tampoco ni riesgos laborales para conocer los peligros que puede conllevar”.

La piscina municipal de Gines (Sevilla) abierta por la noche para combatir la ola de calor (Joaquin Corchero / Europa Press).
La piscina municipal de Gines (Sevilla) abierta por la noche para combatir la ola de calor (Joaquin Corchero / Europa Press).

Los impagos son el principal problema que se ha encontrado Rojo entre los trabajadores. “Hace poco tuve una reunión con ocho o nueve socorristas procedentes de la misma empresas que llevaban once meses esperando a que les pagaran el último salario y medio de tres meses”. Además, el convenio recoge que estos trabajadores deben cobrar el salario mínimo, un plus de transporte (128 euros al mes) y medias dietas (13 euros por día trabajado). “En todos los casos que me encuentro hay que reclamar la media dieta porque nadie se ha leído el convenio o nadie lo quiere pagar y no lo reconocen pagarlo”.

Por este motivo, el responsable de CCOO considera que lo que acaba pasando es que “se desconfía porque las empresas del sector son muy piratas”. A lo que añade: “Estructuralmente, podemos decir que hay un montón de empresas y sectores en los que hay condiciones muy malas, pero es que en este sector en algunas ocasiones es una cosa espeluznante, que no se entiende. Entonces, claro, deja de ser atractivo”.

Dos perfiles de socorristas

Este profesional también considera que incluye mucho el perfil social que suele trabajar en el sector, donde se pueden encontrar dos tipos de empleados. Por un lado, un perfil joven utiliza el verano para sacar unos ahorros. Por otra parte, está el perfil migrante, que viene a España procedentes de Latinoamérica (Argentina, Perú o Colombia) que tienen contacto con empresas españolas y vienen a hacer la campaña de verano. El problema, según explica Guillermo Rojo, es que estos dos perfiles no suelen estar acostumbrados a organizarse sindicalmente o laboralmente. “Esto hace que las empresas se aprovechen porque estos perfiles no tienen información sobre el convenio”.

El caso de Jorge Gallego

Jorge Gallego es uno de estos socorristas que ha sufrido las malas condiciones del sector y que ha dicho basta. Según ha detallado a Infobae España, durante el verano pasado contaba con un horario de 11 de la mañana a 22:30 durante todos los días de la semana. En todo el verano, específica, solo contó con seis días de vacaciones. A ello se suma que este trabajador no contaba con hora para comer, ni le pagaron las dietas ni el transporte. “Incluso había vecinos que se enfadaban conmigo por no irme a la garita a la hora de la comida, pero era mi horario de trabajo y no podía dejar la piscina sola. Al final, si pasa algo es responsabilidad mía”, explica.

Ante esta situación, este socorrista decidió tomar cartas en el asunto y contactó con CCOO para contarle su situación y pedirle consejo sobre como actuar. “Lo primero que me recomendaron fue que escribiera una carta a la empresa, pero no sirvió de nada”.

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Entonces decidieron empezar un proceso de demanda en octubre. Tras ello, la empresa se puso en contacto con Jorge Gallego para preguntarle que había pasado. “Me dijeron que me tenían por un buen trabajador, como uno de los mejores chicos que habían tenido trabajando, que la demanda era una falta de respecto, que habíamos llegado a un acuerdo por ese salario. Yo les contesté que aunque hubiéramos llegado a un acuerdo, eso estaba por debajo del convenio y que yo seguiría con la demanda”. Después de esta llamada, a este socorrista le llegó una carta para intentar llegar a un acuerdo en enero. “Nosotros estábamos luchando por unos 3.400 euros, más un 10% por morosidad. En un primer momento, me ofrecieron 1.500 euros directamente a mí, pero desde CCOO me recomendaron que diera sus datos para que a mí no me estafaran”.

A partir de ese momento fue la abogada de la Comisión quien se hizo cargo de los contactos con la empresa. En el segundo intento de la entidad, ofrecieron unos 2.000 euros, pero la letrada lo rechazó porque consideraba que era muy poco y creía que debíamos continuar con el proceso, detalla Gallego. Finalmente, en febrero llegó la carta donde le informaban que el juicio se produciría el 20 de junio a las 8:30 de la mañana. Una semana antes, los abogados de la empresa se pusieron en contacto con su abogada y le ofrecieron un acuerdo de 3.000 euros y aceptaron. “El proceso ha tardado casi un año y ha sido largo, pero tú tienes que luchar por lo que es tuyo. Si todo el mundo lucha por sus derechos, al final ellos van a tener que cambiar las condiciones”, concluye.

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